Llego al hotel, corro a mi habitación y allí la veo, está dormida, parece una princesa, con esa carita de ángel. Con mucho cuidado para no despertarla, me quito la ropa y me deslizo en la cama, ella inconscientemente se voltea hacia mí, pasa su brazo por encima de mi pecho y se pega a mí cuerpo. Me quedo mirando ese rostro que me enamoró desde el primer momento que la vi, esos labios tan delineados, esa nariz tan perfecta, no resisto la tentación y le doy un ligero beso en los labios. Pamela medio entreabre los ojos. —¿viniste? —Sí amor, te prometí que venía esta noche. —¿Qué hora es? —Ya es más de la medianoche. —¿Por qué tardaste tanto? —El auto se descompuso, Samet tuvo que llamar a un mecánico, pero eso no importa, lo que en realidad nos importa es que estoy aquí contigo. ¿Cenaste? —Un poco. —Ese un poco, significa que no lo hiciste, ¿no salieron a cenar? —Sí, Emir y Katy cenaron en el restaurante del hotel. —A
La familia de Emir nos recibió con mucho cariño, su mamá estuvo conversando por mucho tiempo con Katy, luego almorzamos, por supuesto comida típica turca, en la cara de Katy se le nota que está feliz. Regresamos al hotel ya en horas de la noche, a la hora de dormir, Zahir me pregunta: —Ahora si, ¿me puedes decir por qué has estado todo el día molesta conmigo? —¿Y tú me puedes decir, por qué aún no me has contado la conversación que sostuviste con tu abuela? Nosotros quedamos en que íbamos a ser sinceros, que no nos íbamos a ocultar nada, vamos estoy esperando que me digas, lo que hablaste con tu abuela. —Mi intención no es mentirte, pero es verdad, te he ocultado lo que hablé con mi abuela por temor a tú reacción. —Habla, ¿qué hablaron? —Mi abuela insiste en mi boda con Alev, como le dije que no me casaba, me propuso algo que por supuesto yo lo rechacé. Me pidió que me casara con Alev y continuara mi relación contigo. —En pocas palabr
Estoy asombrada y feliz, jamás me hubiese imaginado que mi papá aceptara a Zahir tan rápido como lo hizo. Durante el almuerzo la conversación giró sobre nuestra boda y por supuesto no perdieron la oportunidad para hablar de negocios. A partir de ese día ya Zahir se siente desligado de todo compromiso con las empresas de Estambul, decidió comenzar de nuevo, pero en Boston, ya él estaba trabajando desde hace bastante tiempo en relación a eso. Está sentado a mi lado, me toma la mano se la lleva a los labios, me sonríe y yo fascinada con esos ojos negros que me sonríen con la mirada. —¿Ya tienen fecha para la boda? —Papá le dije a Zahir que quiero casarme después de la graduación. —¿Y cuando es la fecha de la graduación? —No nos han dado una fecha exacta, pero creo que es para dentro de tres meses aproximadamente. —¿Y tú qué opinas Zahir? —Al principio estuve de acuerdo con ella, pero ya no, me quiero casar pronto, en este mismo mes.
Estoy sentada en un sofá de la sala con una mano en mi cabeza y la otra sosteniendo una taza de café. Desde allí escucho los gritos de mis padres que están en la biblioteca. —Sí, ya sé, yo tengo la culpa, me descuidé y ahora las pérdidas son millonarias, pero entiende está es la única solución. —Williams se trata de nuestra hija, no podemos obligarla a un matrimonio sin amor. —Lo sé a mí me duele tanto como a tí, pero el turco está dispuesto a pagar todas nuestras deudas, eso significa que podemos salvar la empresa, esta empresa que fue el negocio de mis abuelos y luego de mis padres, lo levantaron con tanto esfuerzo y ahora yo no puedo destruirla. —Yo lo sé amor, pero a la niña le faltan sólo meses para terminar su carrera, no podemos obligarla a que abandone su sueño y se vaya a otro país con un hombre que no conoce. —Maldigo la hora cuando hice ese negocio, amor estoy entre la espada y la pared, no sé que hacer. Mi papá tiene razón, la empre
Bastó el llévame contigo, para que Paúl acelerara su auto, en poco tiempo ya estamos frente a unos de los edificios más elegantes en el centro de la ciudad. Todo pasa tan rápido, como para que no me dé tiempo a pensar en lo que estoy haciendo, en cada semáforo quita su mirada de la carretera y me besa, en el ascensor antes de llegar al apartamento me toma entre sus brazos y me besa. Llegamos al apartamento, cierra la puerta y me pega a ella para besarme, luego me toma en sus brazos y me lleva a la cama, no sé en qué momento mis prendas de vestir están en el suelo, sólo siento el calor de sus labios que recorren mi espalda, lentamente me voltea sin despegar mis labios de mis hombros, de mi pecho, esos labios van bajando lentamente, esa sensación hace que pierda la cordura, si ¡estoy loca!, cómo es posible que sólo bastó una noche para regalarle a este hombre, todo lo que he guardado durante tanto tiempo. Él tuvo razón, me hizo la mujer más feliz de la tierra. M
Me despierto, lo busco a mi lado y no lo encuentro. —¡No puede ser! Otra vez me lo hizo. —Amor, ¿ya despertaste?, -se acerca y me da un beso. —¿Dónde estabas? —Fui a trotar un rato y luego fui a comprar el pan. —¿Siempre te levantas tan temprano? —Siempre, si no voy a trotar me quedo en el apartamento haciendo ejercicios, la rutina es casi una hora diario, ven ya hice café, vamos a desayunar. —Espérame unos minutos, primero voy al baño. —¡Wow! que pena, este hombre se levanta primero que yo. —¿Qué dices amor? —No, nada, deja buscar mi teléfono, no lo he visto desde ayer. —Yo tampoco he visto el mío. —Tengo muchas llamadas de mi mamá y de mi papá, voy a tener que llamarlos. —Desayuna primero, después los llama. —No, tengo que llamarlos. —Mamá. —Mi niña hermosa, por fin te escucho. —Bendición mamá, discúlpame lo que hice, pero no pude casarme. —Mi amor no te disculpes, yo misma te incité a ha
Así van pasando el tiempo, entre días solitarios en el apartamento, porque Paúl está en su empresa y noches apasionadas entre las sábanas o bajo el cielo estrellado de la terraza. Ya han pasado siete días desde el desastre de mi boda, estoy preparando una rica cena cuando suena mi teléfono. —Hola Frank. —Amiga te llamo para informarte que el turco ya se fue del país. —Seguro Frank. —Claro que sí, mi contacto lo vio con sus propios ojos subir al avión, a él y a su comitiva. —Gracias Frank. —Otra cosa, ¿cuándo vas a regresar a la universidad?, ya has perdido una semana, yo sé que eso para ti no es nada te recuperas de inmediato, pero acuérdate que estamos preparando tesis y te necesitamos. —El lunes me incorporo. —¿Seguro amiga? —Seguro Frank. Bueno ahora me toca la peor parte, hablar con Paúl, este fin de semana me voy para mi casa. Preparo la cena, arreglo la mesa, coloco una botella de vino en el refrigerador, pongo ca
CASA DE PAMELA. —Pamela, deja de dar vueltas que me tienes mareado, desde que estoy aquí no has dejado de hablar del turco. —Es que estoy furiosa, que se ha creído ese turco, ya está, ya se me fue el encanto, ya me olvidé de su mirada tan desafiante, del color de sus ojos, de su sonrisa tan seductora, pero a la vez tan dulce, de su cuerpo tan imponente. —Caramba, pero para irse el encanto lo recuerdas muy bien. —Frank es que me molesta que venga con sus aires de otro mundo, con su flota de autos, con su elegante chófer, a decirme que él se quiere casar conmigo, no te lo voy a negar, al principio me impresionó, es un hombre hermoso, muy elegante, pero hasta allí. ¿Qué te parece?, con su cara bien lavada me dice que vino a conquistarme, ¿qué es lo que se cree?, que por el hecho de tener dinero me voy a olvidar que quiso comprarme. —Pamela, ya mujer es hora que te calmes, no lo veas más y con eso das terminado el asunto.. —Es que no lo pienso ver,