Así van pasando el tiempo, entre días solitarios en el apartamento, porque Paúl está en su empresa y noches apasionadas entre las sábanas o bajo el cielo estrellado de la terraza. Ya han pasado siete días desde el desastre de mi boda, estoy preparando una rica cena cuando suena mi teléfono. —Hola Frank. —Amiga te llamo para informarte que el turco ya se fue del país. —Seguro Frank. —Claro que sí, mi contacto lo vio con sus propios ojos subir al avión, a él y a su comitiva. —Gracias Frank. —Otra cosa, ¿cuándo vas a regresar a la universidad?, ya has perdido una semana, yo sé que eso para ti no es nada te recuperas de inmediato, pero acuérdate que estamos preparando tesis y te necesitamos. —El lunes me incorporo. —¿Seguro amiga? —Seguro Frank. Bueno ahora me toca la peor parte, hablar con Paúl, este fin de semana me voy para mi casa. Preparo la cena, arreglo la mesa, coloco una botella de vino en el refrigerador, pongo ca
CASA DE PAMELA. —Pamela, deja de dar vueltas que me tienes mareado, desde que estoy aquí no has dejado de hablar del turco. —Es que estoy furiosa, que se ha creído ese turco, ya está, ya se me fue el encanto, ya me olvidé de su mirada tan desafiante, del color de sus ojos, de su sonrisa tan seductora, pero a la vez tan dulce, de su cuerpo tan imponente. —Caramba, pero para irse el encanto lo recuerdas muy bien. —Frank es que me molesta que venga con sus aires de otro mundo, con su flota de autos, con su elegante chófer, a decirme que él se quiere casar conmigo, no te lo voy a negar, al principio me impresionó, es un hombre hermoso, muy elegante, pero hasta allí. ¿Qué te parece?, con su cara bien lavada me dice que vino a conquistarme, ¿qué es lo que se cree?, que por el hecho de tener dinero me voy a olvidar que quiso comprarme. —Pamela, ya mujer es hora que te calmes, no lo veas más y con eso das terminado el asunto.. —Es que no lo pienso ver,
APARTAMENTO DE ZAHIR. —¡No puede ser! ¿Por qué ahora?, sólo tengo un mes para conquistar a Pamela y ahora me salen con esto. Samet, Samet. —Dígame señor Zahir. —Prepara mi maleta, mañana nos vamos a Estambul. —¿Mañana? —Sí mañana, precisamente mañana que iba a tener mi primera cita con Pamela, estaba preparando algo bonito para el almuerzo y ahora resulta que me tengo que ir. —¿Qué pasó en Estambul señor? —Que son unos incompetentes, que mis primos son unos buenos para nada, sólo tengo unos días aquí y ya ellos dañaron una negociación, son unos imbéciles, no los soporto, si no fuera porque son familia y sobre todo por la abuela ya los hubiese echado a patadas de la empresa, ahora me voy y quedó mal con Pamela, ¡qué desgracia la mía! —Señor, pero no se angustie, hable con la señorita Pamela, ella va a entender. —Ese no es el caso, el problema es que se me acorta el tiempo, el trato es de un mes, ahora pierdo varios días en Estambul
APARTAMENTO DE PAÚL. —Okey Paúl ya me estás cansando, tanto dar vuelta en un mismo sitio y todavía no le has buscado solución al problema. —Mi tía está empeñada en que lleve a Pamela a su casa, quiere que la invite a la cena que tiene con sus amigos. —Entonces porque no lo haces, llámala y la invitas. —No, tú no conoces a Pamela, no va a ir, me ayudó una vez, pero dos no. —Dime porque terminaste con ella, ya no te gustaba. —Todo lo contrario, me gusta demasiado, me encanta. —Entonces porque la alejaste. —Yo no me alejé, fue ella quien lo hizo, una noche regresé de una cena de negocios, estaba pasado de copas, ella me había preparado una cena, pero yo no sabía nada, esa noche no quiso nada conmigo, a la mañana siguiente ya tenía las maletas preparadas y se fue. —Y si tanto te gustaba porque no la detuviste, no la amas o sólo te gusta. —Sí la amo, creo que es la primera vez que me enamoro de esa manera. —¿Entonces, por qué
La casa de la tía de Paúl es hermosa, se nota la elegancia por todos lados. Al llegar, Paúl pasando su brazo por mi cintura me conduce a la sala de estar donde se encuentran los invitados a la cena. El tío Robert al verme se me acerca. —Querida Pamela, me alegro que hayas aceptado la invitación, Paúl nos contó que estás elaborando tu tesis y por eso estás llena de trabajo. —Señor Robert, gracias por la invitación, sí es así, estoy full trabajo, por eso dudé en venir, lo hice por la señora Elizabeth. —Ya Elizabeth baja para estar con nosotros, como siempre está atendiendo los últimos toques de la cena. —Amor, ¿deseas tomar algo? —Agua, por favor, ya te dije que antes de venir me tomé un calmante para el dolor de cabeza. —Si quieres te mando a preparar un cóctel sin alcohol. —No, por ahora prefiero agua. De pronto aparece Claudia la ex de Paúl, con un vestido sumamente sugestivo, el tío Robert inmediatamente sale a recibirla, se le
ESTAMBUL. —Elif, ¿dónde está Zahir? —Mamá ya Zahir está en Boston. —¿Cómo es eso?, se fue sin despedirse. —Mamá él subió a tu habitación, pero estabas durmiendo no quiso despertarte. —Pues debió hacerlo, yo necesitaba hablar con él antes que saliera para Boston. No entiendo porque tanto apuro en irse, yo tenía planes este fin de semana para él. —¿Planes?, ¿cuáles planes? —Alev, ya está aquí. —¿Quién es Alev? —Elif no te hagas el loco, sabes perfectamente a lo que me refiero, Zahir tiene que casarse, es hora que él tenga una familia y ya le tengo a la novia perfecta. —Mamá no crees que ya tu nieto está grandecito, él perfectamente puede buscar a la mujer que lo va a acompañar el resto de sus días. —Mi nieto tiene que hacer lo que yo le diga, agradezco que ese matrimonio de locura con la extranjera no se dio, si di mi consentimiento en ese momento fue por las condiciones en que estaba él, no quise contrariarlo, pero ahora
Mi teléfono está sonando, de un salto me despierto para tomarlo, la habitación está completamente a oscuras, a pesar del frío que está haciendo estoy empapada en sudor. —¡Wow! Qué pesadilla. —Aló. —Buenas noches señorita Pamela soy Samet. —Hola Samet, ¿qué pasa? —Disculpe la hora, ¿usted está con el señor Zahir? —No, ¿qué pasa con él? —Desde la mañana no sé dónde anda, lo he estado llamando, pero no me responde, ¿usted ha hablado con él? —Sí hablé temprano, pero no sé más nada de él. —Disculpe que la haya molestado, lo que pasa es que estoy preocupado, el señor Zahir nunca se pierde de esa manera, pero hoy quiso salir solo. —No te disculpes, está bien que me hayas llamado, ¿dónde estás? —Yo estoy en el apartamento del señor. —Me puedes enviar la dirección, voy para allá. —Pero señorita está lloviendo, si a usted le llega a pasar algo, el señor no me lo perdonaría. —No te preocupes por mí, enviame la dirección.
Antes de llegar a mi casa llamo a Frank. —Pamela, ¿qué pasa?, todavía estoy dormido. —Necesito tu ayuda. —Ahora, dime qué hago. —Estoy llegando a mi casa, tú me llamaste anoche porque tenías un dolor, tu mamá no está en casa y querías que te acompañara al hospital. —Pamela, ¿dónde te quedaste anoche? —En el apartamento de Zahir. —Yo sabía que el turco te iba a convencer. —Sí Frank, lo amo. —Así mismo dijiste de Paúl. —Yo creí estar enamorada de Paúl, pero él se encargó de echar todo a perder. —Yo no quiero dañarte tu entusiasmo, pero qué pasaría si Paúl cambia y te da a demostrar que de verdad te ama. Otra cosa, a mí me encanta el turco, pero él te va a llevar para Estambul, tú estás dispuesta a dejar tu país para irte con él. El cambio es radical, otras costumbres, otras tradiciones, otros ideales, le has preguntado si te dejaría trabajar, seguramente va a querer tenerte en la casa. —Frank no me asustes, ade