APARTAMENTO DE PAÚL. —Okey Paúl ya me estás cansando, tanto dar vuelta en un mismo sitio y todavía no le has buscado solución al problema. —Mi tía está empeñada en que lleve a Pamela a su casa, quiere que la invite a la cena que tiene con sus amigos. —Entonces porque no lo haces, llámala y la invitas. —No, tú no conoces a Pamela, no va a ir, me ayudó una vez, pero dos no. —Dime porque terminaste con ella, ya no te gustaba. —Todo lo contrario, me gusta demasiado, me encanta. —Entonces porque la alejaste. —Yo no me alejé, fue ella quien lo hizo, una noche regresé de una cena de negocios, estaba pasado de copas, ella me había preparado una cena, pero yo no sabía nada, esa noche no quiso nada conmigo, a la mañana siguiente ya tenía las maletas preparadas y se fue. —Y si tanto te gustaba porque no la detuviste, no la amas o sólo te gusta. —Sí la amo, creo que es la primera vez que me enamoro de esa manera. —¿Entonces, por qué
La casa de la tía de Paúl es hermosa, se nota la elegancia por todos lados. Al llegar, Paúl pasando su brazo por mi cintura me conduce a la sala de estar donde se encuentran los invitados a la cena. El tío Robert al verme se me acerca. —Querida Pamela, me alegro que hayas aceptado la invitación, Paúl nos contó que estás elaborando tu tesis y por eso estás llena de trabajo. —Señor Robert, gracias por la invitación, sí es así, estoy full trabajo, por eso dudé en venir, lo hice por la señora Elizabeth. —Ya Elizabeth baja para estar con nosotros, como siempre está atendiendo los últimos toques de la cena. —Amor, ¿deseas tomar algo? —Agua, por favor, ya te dije que antes de venir me tomé un calmante para el dolor de cabeza. —Si quieres te mando a preparar un cóctel sin alcohol. —No, por ahora prefiero agua. De pronto aparece Claudia la ex de Paúl, con un vestido sumamente sugestivo, el tío Robert inmediatamente sale a recibirla, se le
ESTAMBUL. —Elif, ¿dónde está Zahir? —Mamá ya Zahir está en Boston. —¿Cómo es eso?, se fue sin despedirse. —Mamá él subió a tu habitación, pero estabas durmiendo no quiso despertarte. —Pues debió hacerlo, yo necesitaba hablar con él antes que saliera para Boston. No entiendo porque tanto apuro en irse, yo tenía planes este fin de semana para él. —¿Planes?, ¿cuáles planes? —Alev, ya está aquí. —¿Quién es Alev? —Elif no te hagas el loco, sabes perfectamente a lo que me refiero, Zahir tiene que casarse, es hora que él tenga una familia y ya le tengo a la novia perfecta. —Mamá no crees que ya tu nieto está grandecito, él perfectamente puede buscar a la mujer que lo va a acompañar el resto de sus días. —Mi nieto tiene que hacer lo que yo le diga, agradezco que ese matrimonio de locura con la extranjera no se dio, si di mi consentimiento en ese momento fue por las condiciones en que estaba él, no quise contrariarlo, pero ahora
Mi teléfono está sonando, de un salto me despierto para tomarlo, la habitación está completamente a oscuras, a pesar del frío que está haciendo estoy empapada en sudor. —¡Wow! Qué pesadilla. —Aló. —Buenas noches señorita Pamela soy Samet. —Hola Samet, ¿qué pasa? —Disculpe la hora, ¿usted está con el señor Zahir? —No, ¿qué pasa con él? —Desde la mañana no sé dónde anda, lo he estado llamando, pero no me responde, ¿usted ha hablado con él? —Sí hablé temprano, pero no sé más nada de él. —Disculpe que la haya molestado, lo que pasa es que estoy preocupado, el señor Zahir nunca se pierde de esa manera, pero hoy quiso salir solo. —No te disculpes, está bien que me hayas llamado, ¿dónde estás? —Yo estoy en el apartamento del señor. —Me puedes enviar la dirección, voy para allá. —Pero señorita está lloviendo, si a usted le llega a pasar algo, el señor no me lo perdonaría. —No te preocupes por mí, enviame la dirección.
Antes de llegar a mi casa llamo a Frank. —Pamela, ¿qué pasa?, todavía estoy dormido. —Necesito tu ayuda. —Ahora, dime qué hago. —Estoy llegando a mi casa, tú me llamaste anoche porque tenías un dolor, tu mamá no está en casa y querías que te acompañara al hospital. —Pamela, ¿dónde te quedaste anoche? —En el apartamento de Zahir. —Yo sabía que el turco te iba a convencer. —Sí Frank, lo amo. —Así mismo dijiste de Paúl. —Yo creí estar enamorada de Paúl, pero él se encargó de echar todo a perder. —Yo no quiero dañarte tu entusiasmo, pero qué pasaría si Paúl cambia y te da a demostrar que de verdad te ama. Otra cosa, a mí me encanta el turco, pero él te va a llevar para Estambul, tú estás dispuesta a dejar tu país para irte con él. El cambio es radical, otras costumbres, otras tradiciones, otros ideales, le has preguntado si te dejaría trabajar, seguramente va a querer tenerte en la casa. —Frank no me asustes, ade
ESTAMBUL. —Elif, hablaste con tu hijo. —Sí madre. —Le dijiste que dentro de unos días lo quiero aquí. —Sí madre. —Cuando vuelvas a hablar con él, dile que le compré una joya a Alev para que se la traiga de obsequio. —Madre tu nieto ya no es un niño, déjalo que él decida si le compra o no joyas a Alev. —Es que ustedes los hombres son descuidados, para eso estamos las madres y las abuelas para recordarles lo que tienen que hacer. —Voy a hablar con mi amiga, tenemos que ir preparando la boda de estos niños. —Mamá por favor no te apresures, deja que tu nieto llegue a Estambul. —Pues no, esa boda se va a realizar lo más rápido que se pueda, ya quiero un nieto, además ya me comprometí con mi amiga y en esta familia nadie ha faltado a sus compromisos. —No debiste haberlo hecho sin antes consultar con Zahir. —¿Cuándo yo le he pedido permiso a esta familia para decidir algo?, dime cuándo. —Nunca madre, usted siempre ha tomad
APARTAMENTO DE ZAHIR. —Señor ya el auto está listo, para cuando quiera salir. —Sí yo te aviso, primero tengo que hacer unas llamadas. —Creo que en la reunión de negocios con los Bustamante le fue bien, porque lo veo muy contento. —Sí, no me puedo quejar, me fue bastante bien. —¿Conoció a Paúl? —No, lamentablemente no pudo asistir, creo que está de viaje, me hubiese gustado conocerlo. —Bueno, ya usted lo conoce por fotos. —Así es, pero quería mirarlo directamente a los ojos para ver a quien me estoy enfrentando. —Seguro que cuando el señor Paúl llegue de su viaje va a visitar a la señorita Pamela. —Eso dalo por hecho ya se metió en su casa, allí me tiene ventaja, su mamá lo conoció y hasta desayunaron juntos, ese fue el día que Pamela no desayunó conmigo por atender a "su visita" —Ella no tiene la culpa, seguramente él llegó sin avisar. —Sí de eso estoy seguro. —¿Señor llamó a su abuela? —Sí, anoche hablé con el
APARTAMENTO DE ZAHIR. Así como lo dijo Zahir, así mismo lo hice —Frank amigo, necesito un favor. —Dime Pamela, soy tu amigo, ¿qué quieres que haga por ti? —Frank esta noche me quedo con Zahir, ¿me puedes cubrir? —Por supuesto. —Voy a llamar para la casa, esto por si a mi papá se le ocurre llamarte, a mi mamá le voy a decir la verdad que me quedé con Zahir. —Aplaudo eso amiga, ya no puedes seguir mintiéndole a tu mamá, además ya usted es una mujer adulta, no entiendo por qué tanta escondedera, hablé claro y ya. —Ya le conté todo a mamá, quién falta es papá, con él es más difícil, tú sabes que no quiere nada con los turcos. —Eso le va a pasar, ya lo veré con el turco abrazados los dos. En efecto mi mamá no lo tomo mal, tampoco me sermoneo, sólo me dijo que tuviese cuidado. En eso Zahir ha sido muy cuidadoso, no por él, porque él quiere tener un hijo, si no por mí, lo hemos hablado y le he dicho que aún no. Después de habla