Sergio se quedó atónito al seguir la dirección de la mirada del secretario y encontrarse con que, aquella pincelada roja que tenía la atención de toda la multitud, era Marina.Ella, que anteriormente solía vestir y maquillarse simplona, era la primera vez que se presentaba así.Los flashes no paraban, los medios la fotografiaban, cual famosa en la alfombra roja. Sofía se sintió tan mal al ver a Marina tan espectacular, en contraste con ella, tan simple y pálida como una estudiante adolescente.Sofía pensó que Marina, al verla tomada de la mano de Sergio, se sentiría incómoda, pero esta, con una sonrisa en su rostro, se acercó a ellos tranquilamente. —Señora, se ve realmente hermosa —dijo Sofía, conteniendo apenas la envidia que sentía.—La señora Blanco está aquí, ¿quién es la acompañante junto al señor Blanco? —susurraban algunos medios.Marina, discretamente, tomó el brazo de su marido y, sonriendo, le extendió la mano a la chica diciéndole:—Tú debes ser Sofía, la estudiante que S
Debido a ese incidente, Sergio tenía la mente completamente enfocada en Marina, ignorando por completo las acciones de Sofía. Al finalizar la subasta, Marina se disponía a marcharse, pero se encontró cara a cara con Sergio y Sofía.—Marina, si en verdad no entiendes de bienes raíces, no vengas a causar problemas —le recriminó Sergio sin ninguna consideración.Sofía añadió: —Sí, señora Blanco, su actuación ha hecho que el señor Blanco pierda una fortuna.Marina sonrió con indiferencia: —Señorita Quiroga, creo que está confundida. Ese terreno lo compré yo, esto no tiene nada que ver con Sergio.Sofía exclamó: —¡Pero son diez mil millones...!—Solo son diez mil millones, para nosotros es como construir una simple letrina, y mucho menos para la señorita Sánchez —se oyó la voz de Felipe a lo lejos.Marina vio a Felipe junto a Xavier y respondió con total indiferencia: —Diez mil millones son solo para un capricho.Diez mil millones no eran nada para Sergio, ¡y mucho menos para Marina!S
Todos quedaron en silencio, hasta que Xavier, con una amplia sonrisa, dijo:—Señora Blanco, no debería acusar injustamente a las personas buenas.—Así es, ¡todos somos comerciantes muy serios! —dijo Felipe solemnemente mirando a Marina.—Si son comerciantes serios o no, no soy yo quien lo decide, pero creo que Sergio estaría bastante interesado —dijo Marina y agregó—: Yo solo soy una mujer ignorante en esto, pero Sergio no lo es, si le cuento lo que acabo de decir, no sé cómo lo tomará.—¡Eres demasiado astuta! —Felipe no pudo contenerse.Marina miró seriamente a Xavier: —No voy a andarme con rodeos. Préstame ocho mil millones y, en tres años, te los devuelvo con sus intereses y toso.Felipe abrió ampliamente los ojos: —Estás bromeando, ¿verdad? Ocho mil millones, ¿sabes cuánto será el interés en tres años? Si no puedes devolverlo, perderemos todo este dinero. Eres la esposa de Sergio, ¿quién se responsabiliza por tí?—Sé cuánto será el interés, puedo firmar un contrato especial con
La sonrisa de Sofía se congeló.—¿Por qué?—El señor llevará a la señora Blanco esta noche, así que señorita Quiroga, no es conveniente que asista.Sofía sonrió con pesar.—Ahora va son la señora, eso es genial, de todas forma yo no tenía ganas de ir… dijo apenada al secretario. Ensimismada sostuvo el teléfono ya desconectado, y se mordió el labio inferior, estaba furiosa.Sus compañeras la miraron incrédulas.—Sofía, ¿tu novio te está dando largas?—Escuché que este evento es internacional, ¿no dijiste que tu novio organizó este evento especialmente para llevarte a conocer a algunos empresarios extranjeros?Viendo las miradas de sospecha detrás de ella, Sofía forzó otra sencilla sonrisa. —Él tiene un cliente muy importante que quiere llevar consigo. No quiero en verdad ser un estorbo.Sofía bajó tímidamente la mirada hacia el vestido que sostenía en sus manos, con una expresión un poco sombría. Sergio nunca había sido aficionado a Marina, ¿cómo pudo...?Ella apretó el vestido con fu
La voz de Sofía era tan fuerte que de repente todo alrededor quedó en completo silencio. Cuando se dio cuenta, de inmediato todas las miradas ya estaban puestas en ella. Incluyendo las de Sergio y Marina.En ese momento, ante los ojos de todos, Sofía parecía una mujer agria, mezquina y sin educación alguna. Frente a ella, el anciano jardinero, encorvado, recogía con cuidado las rosas del suelo una por una, murmurando disculpas constantemente.Al percatarse de las furtivas miradas a su alrededor, el rostro de Sofía se tornó sombrío de inmediato. Rápidamente cambió su expresión, mostrando una cara de total disculpa, y dijo: —Lo siento, lo siento, estaba demasiado apurada, ¿está bien, señor?Marina observaba con curiosidad la escena desde no muy lejos. Aunque Sofía intentaba arreglar la situación, ya era demasiado tarde. Eso solo la hacía parecer más falsa.En ese momento, Sofía también notó a Marina junto a Sergio. —¿Qué hace ella aquí?Sergio frunció el ceño.Por la expresión de Sergi
Mirando la seria expresión de Sergio, ya había sospechado que ese terreno se vendería a gran escala. Sin embargo, Sergio renunció a comprarlo y optó mejor por dárselo a Esteban como un favor. Marina le dijo seriamente: —Solo estaba siendo cortés con él, estás pensando demasiado. Sergio frunció el ceño muy pensativo, evaluando si las palabras de Marina eran verdaderas o falsas. Pero, en realidad, ¿cómo podría Marina saber el valor futuro de ese terreno? Sergio pensó que había exagerado en esto. —Bueno. Él no prestó mucha atención a Marina y llevó a Sofía directamente a conocer a otras personas. Cuando Sofía se iba, le lanzó una mirada de disculpa a Marina. Aunque la mirada estaba bien disimulada, Marina pudo percibir de inmediato una ligera sonrisa triunfante en los ojos de Sofía. Ella levantó la cabeza y se tomó una copa de champán. Ahora, ante los ojos de los demás, era una mujer fracasada que había sido abandonada por su esposo recién casado, quien no solo dejó a su esposa para
Un momento después, Sofía salió del baño con una expresión muy desagradable en su rostro, se había cambiado a un elegante vestido blanco. Sergio le preguntó al instante: —¿Qué sucede?—Curiosamente cuando salí del baño, creo que vi a la señorita Sánchez.—¿Marina?Sofía lo afirmó. —Vi a la señorita Sánchez con ese hombre de la última vez. Estaban muy cercanos...Después de decir eso, Sofía observó la fría expresión de Sergio y rápidamente añadió: —Pero también podría quizás haberme equivocado. ¿Cómo podría la señorita Sánchez conocer a alguien como Xavier? He oído que Xavier es un criminal muy peligroso.—Definitivamente, esta Marina…La voz de Sergio se volvió severa. La última vez ya había notado que Xavier mostraba interés por Marina. ¿Esa mujer en realidad, no sabía mantener la distancia necesaria? Incluso se acercaba a un delincuente como Xavier. Sentía una extraña opresión en el pecho.En ese momento, Marina salió del baño y vio justo que Sergio la miraba con descontento y con
Según lo anterior, pasaron tres años más antes de que el anciano muriera y Xavier fuera revelado como su nieto. ¿Podría ser que su renacimiento, sin querer, cambiara absolutamente todo eso? En ese momento, Sofía se puso pálida por las palabras del anciano. ¿No se suponía que Xavier era un huérfano según los grandes rumores? ¿Cómo podría ser preciso el nieto del señor Duarte? ¿Entonces todas las cosas que dijo anteriormente las escuchó el anciano? Debía tener en cuenta que ofender al señor Duarte significaría perder cualquier oportunidad en el mundo financiero. Al darse cuenta de eso, Sofía miró de reojo a Sergio en busca de ayuda. —Señor Duarte, Sofía solo habló sin pensar, teniendo en cuenta su juventud, le ruego que no la juzgue con tanta severidad. El señor Duarte apenas dejó escapar un resoplido por la nariz: —Escuché que el señor Blanco tenía un genio en el sector, pero parece que, en verdad no es gran cosa. Sofía se puso aún más pálida. Claramente, había perdido el valioso