— Despierta, mí amor— Me dijo Mika.
Abrí los ojos y estaba ella nuevamente acariciando mí verga sobre el pantalón. Nada de aquello había sido un sueño y tal vez había pasado muy poco rato, puesto que la marihuana y las luces lo distorsionaban todo. Era imposible no estar despierto porque Ulz estaba al otro lado, nuevamente con una de sus piernas sobre las mías.
— Voy al baño—Dijo Mika.
— ¿Otra vez?—Preguntó Ulz.
— Va a ser la última vez que voy, amiga. Te lo juro.
Mika se puso de pie y desapareció. Ulz me abrazó y yo la tomé de la cintura. Pese a que podía inspirarme cuestiones estrictamente más carnales debido a su voluptuosidad, solamente tenía unos enormes deseos de besarla y recorrer su cuerpo con mis manos. Eran otra clase de sentimientos y sensaciones, algo mucho más idílico
No supe cómo me fui a los brazos de Morfeo con mi verga flácida dentro de la vagina de Ulz. No entendía como había llegado a volver a hacerlo con ella después de habernos quedado conversando un buen rato más una vez que nos metimos definitivamente a la cama. Solo recuerdo haber oído algo de que Mika tenía que salir temprano de casa y que ella se iba a quedar un rato más, puesto que necesitaba conversar algo importante conmigo antes de irse a su casa. Repetía a cada rato que para ella había sido una noche muy especial y que yo había estado a la altura y que todo era una lástima.Por más que lo intenté no pude hacer ningún recuerdo más. Solo sé que cuando Mika metió ruido al levantarse desperté con una angustia en mi alma que no era para nada normal. Luego seguí durmiendo.Para variar desperté por culpa del maldito celular. Era el maldito Javo.— Buenos días,
Al cabo de un rato Caks se fue. Mi estado estático en uno de los sillones de cuero que poblaban esa parte del bar/biblioteca con el cual contaba el mastodónico departamento de Javo me proporcionó la impresión de que nada de lo que estaba sucediendo me podía importardemasiado.— ¿Que sucede winner?—Me preguntó Javo, tras ir a dejar a Caks al estacionamiento.—Me siento un poco estafado—Respondí, cínicamente.Descubrí que la mejor forma de comunicarme con Javo consistía en evitar que mis respuestas generaran más preguntas. Estaba perdido de todos modos.— Yo también me siento estafado, querido winner —Dijo Javo—Lamentablemente hice todo lo que pude. En vista de que lo
Tras unas cinco cervezas más recién ahí me atreví a hablar.—Javo—Dije.Javo estaba cada vez más borracho. A veces se iba desvaneciendo lentamente por el sofá. Sin embargo parecía aún estar despierto.—¿Que quieres, winner?—Ahora que estoy condenado a muerte, ¿Tu me podrías explicar algunas cosas?Tras alcanzar su botella de cerveza Javo se incorporó.— Winner —Dijo Javo— Es lo único que puedo hacer por tí. Juro decirte la verdad, nada más que la verdad.— ¿Por qué me grabaste mí mamada con Sus? Yo sé que tú fuiste.Sonó mí teléfono. Llamaba Mika. No quise contestarle. Javo encendió un porro y me convidó para que yo fumara primero.
— Y eso pues winner —Continuaba Javo—Por eso quería que te alejaras de esa puta.No daba crédito a lo que veía en la pantalla gigante mientras me bebía mí enésima cerveza de la tarde. Mí rostro demasiado nítido mientras Mika me lamía la verga y yo se la enterraba en la boca con todas mis fuerzas.— Mika llegó a nosotros por Tamur—Dijo Javo— Tamur era mí socio. Yo solía producir el material que ellos me entregaban, ya que durante el exilio estudié algo de cine porno. Eran una pareja que además de hacerle a la prostitución y la pornografía hacían exhibicionismo. Actuaban en vivo en mí club artístico pornográfico. — ¿Cómo en vivo? — Sexo en vivo pues winner. Ellos follaban delante de la gente en un escenario. Tengo videos por si es que quieres guardarlos a tu colección personal.
Tras analizar bastante mí plan en esa tarde repleta de cerveza opté por mostrar los primeros indicios de proponerlo.— ¿Cuánto pide Mika por esos videos?—Pregunté.— ¿Por qué winner? ¿Los quieres comprar?— Primero quiero saber cuánto valen.Había sacado cálculos, y pese a que no tenía idea cual era el montó exacto, se habían acumulado algo más que simplemente un par de millones en mí cuenta bancaria.— ¿Por qué quieres comprar esos videos, winner?Traté de no ponerme tan nervioso para responder aquella pregunta que me pareció bastante manipuladora y amenazante.— No quiero que se difundan, simplemente eso— Respondí, bastante incrédulo de mí mismo.Mí plan era otro.
Javo salió de la ducha en el momento justo que dejé de hablar con las chicas.Lamenté bastante no haber aprovechado ese rato para intentar robarle mis videos con Mika.Me di cuenta de que me había dejado su teléfono en todo momento. No tenía idea que mierda era lo que el pretendía conmigo y el primer paso de mí plan aún no se me daba. No podía irme de ahí sin ser el dueño del vídeo en el cual Mika había permitido que grabaran cada uno de nuestros encuentros sexuales que tuvimos en casa. Después de largo rato parecía recién dimensionar gran parte de lo ocurrido y la manera en como eso me iba a afectar de ahí en adelante.— Te tengo un negocio, Javo—Dije.— Cada cosa a su tiempo, winner, cada cosa a su tiempo—Dijo Javo, mientras se sacaba los pelos que hay entre medio de las cejas con unas pinzas.
Pese a que Javo y Lerka aún seguían divirtiendose en eso de simular que estaban teniendo sexo, por lo general aún me sentía cómodo. La charla de Elect era bastante activa y en circunstancias como esas se agradecía bastante.— Javo cree que tendremos que cerrar la oficina —Dijo Elect— Es verdad que últimamente los números están bastante malos. Por eso hoy estamos acá y por eso Javo está tan triste.Encendí un cigarro. Mí intuición indicaba que debía ganar la máxima cantidad de tiempo posible y era en eso que trataba de enfocarme. A ella o a quien sea había que distraer y debía estar todo el tiempo pendiente de lo que sea que me permitiese sacar alguna deducción.— ¿Y tú cómo estás con eso?—Pregunté.— Por un lado estoy muy mal. Me da pena que se cierre la oficina ahora que al fin estaba ejerciendo mí verdadera vocación.
Tras terminar el esquelon completo del texto que pretendía escribir me quedé dormido por un buen rato y tuve un sueño casi terrorífico.El pequeño Mak ya estaba más o menos mayor. Aún era un niño. Era el portero de su equipo de fútbol y estaba pasando por una mala tarde, ya que en muy pocos minutos había recibido tres goles según los comentarios que oía en las tribunas y los entrenadores decidían reemplazarlo mucho antes de que terminara la mitad del primer tiempo. El estadio estaba lleno y los espectadores comenzaban a gritarle y a arrojarle cosas.Tomándome la cabeza con ambas manos, no podía comprender cómo era que los adultos podían comportarse de esa forma.Yo había llegado algo atrasado al partido y alcanzaba a verlo salir de la cancha una vez que hicieron el cambio. Mí hijo se echaba a llorar en un rincón q