Capítulo 48

Roniv seguía conduciendo por la carretera y tardé bastante en comprender que íbamos en dirección a las montañas. Había algo de música en el equipo y ahí estaba yo, sin saber si estaba confiando ciegamente en la vida o en la muerte.

— Eres millonario, Mak. Eres el hombre más rico de esta maldita ciudad.

— ¿De qué sirve eso si soy un prófugo? ¡Explícame! ¿De qué sirve?

— ¿Acaso crees que eres el único que está prófugo?

Aquello era cierto.

— ¿Por qué estás haciendo esto? —Pregunté.

— Había demasiada gente y me dio nervios.

— ¿Pánico escénico?

— No, estúpido. ¿Acaso no se te ocurrió pensar que podía morir un montón de gente inocente?

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