El celular de Eren sonó inmediatamente una vez que terminó de leer la totalidad de aquellas paginas que habían sido enviadas por encomienda.
Por breves instantes creyó que podía ser Mak quien llamaba en ese momento y se puso bastante nerviosa por aquello y por primera vez en su vida sentía que disfrutaba de aquella clase de nervios.
Sin embargo era Charlotte, de quien se había olvidado por completo tras quedar absolutamente atrapada en las páginas que acababa de terminar de leer.
— Amiga —Dijo ella, casi a la brevedad— ¿No habías quedado de llamarme dentro de una hora?
— Lo siento — Respondió Eren, mirando una vez más las fotos de Mak con un dejo de extraña desesperanza— T
Tras enviarle unas fotografías con un conjunto blanco que se había tomado por la mañana, Eren volvió a llamar a los diez minutos y Mak le contestó en el acto. — ¿Sí? —Dijo Mak. — Soy Eren— Respondió ella, admirando su propio y lindo pelo rubio ante la cámara. — Ya lo sé —Respondió Mak, con una sonrisa que Eren consideró bastante dulce. Lo encontró mucho más guapo tras verlo así, conversando con ella y solo para ella. Sentía que ya tenía el control absoluto de la situación y consideró que no iba a ser necesario hacerlo caer en la trampa. — ¿Por qué no te atreves a enviarme esos vídeos? —Insistió Eren, con un dedo en la boca. — Porque soy pudoroso, créeme. ¿Acaso no te das cuenta? &nb
Eren despertó de su siesta de lo más feliz, pese a que lo que más odiaba en su vida era tener que abandonar su confortable habitación con balcón y vista al mar para tener que ir al instituto.Después de un año de encierro obligatorio producto de la pandemia bajo la tutela de sus muy estrictos y conservadores padres en su condición de hija única, Eren por fin iba a tener la ocasión de salir de casa y así cambiar aunque fuese por una noche aquella monótona rutina de confinamiento, puesto que el director de la escuela donde se graduaba las había autorizado para celebrar presencialmente la fiesta de fin de año que se iba a llevar a cabo en las instalaciones del establecimiento, a través de un sinfín de actividades recreativas que se iban a prolongar hasta altas horas de la noche.Aquella iba a ser la primera fiesta post pandemia que se iba a celebrar entre las tranquilas y conservadoras familias que
Pese a lo fuerte que se consideraba ella como mujer, Eren no pudo evitarse echar a llorar, ya que sabía de antemano que ante tan radical escenario no era mucho lo que podía llegar a hacer respecto a lo que era una decisión ya tomada por parte de su padre.Solo quedaba una salida y esperaba tener el valor suficiente como para poder llevarla a cabo en forma de plan.En eso Morgana golpea la puerta.— ¡Largate! —Gritó Eren, sin dejar de llorar.— ¡Hija ábreme! Necesito explicarte que esto no va a ser tan terrible.Eren abrió la puerta, casi sin insistir en sus ganas de estar sola. Todo era odio y resignación en ella. Mal que mal sabía que ante la voz de su padre no se podí
Todo comenzó aquella tarde.Yo tenía mí cabeza echada hacia atrás, Mika me la estaba chupando y estaba haciendo enormes esfuerzos para no pensar en las tristes consecuencias de todo lo que me estaba proporcionando aquello.Esa tarde había llegado demasiado temprano de la calle y el trabajo estaba cada vez peor por culpa de la pandemia. Me sentía miserable e indigno de todo aquello y ahí estaba Mika en cuatro patas sobre la cama de plaza y media, haciendo un trabajo de lujo con su boca y con su lengua. Con una mano jugaba con su culo y con la otra le corría el pelo con el fin de que no me tapara la vista de aquella hermosa postal, en la cual tenía el privilegio de ser espectador y protagonista a la vez.
Después de acabar en su muslo derecho y fumarnos un cigarro comenzaron a acudir las preguntas; típico en mí eso de volverse altamente reflexivo después de eyacular.¿Por qué me sentía tan miserable e indigno?Primero empeze a alojar en su pieza porque ella me lo había pedido y como por culpa de la pandemia el trabajo en la calle se había echado a perder, acepté quedarme ahí por un tiempo. Jare me prohibió acercarme a nuestro hijo mientras durará la cuarentena y entonces ahí tomé la decisión de irme a vivir definitivamente con Mika a su minúscula y céntrica pieza de caserón antiguo en pleno centro de la capital. Ella había sido mí novia años atrás y por razones que no van al caso lo estábamos intent
El sábado en la tarde bajé corriendo las escaleras junto con mí guitarra.Tuve que decirle a Mika que con lo que ganara iba a comprar una pizza.Mientras bajaba las escaleras estuve más consciente que nunca de que todo era mierda y suciedad en el piso en el que vivíamos. La mugre del suelo de madera debía estar hace siglos ahí.La avenida principal en la cual vivíamos estaba desierta. Me costó un buen rato tomar un bus que me permitiera llegar a la ruta en la cual trabajaba.Mí existencia era la calle. ¿Que clase de vida tenía? Se suponía que era el arte y ahí estaba yo, a punto de salir de los veinti y tantos y si es que no lograba sobrevivir a la pandemia iba a dejar el mundo sin obtener ningún asu
Declaración judicial capítulo 4Escribí Javo más su apellido en el buscador de la red social de color azul. No se podía enviar una solicitud de amistad, solo de mensaje. La foto que aparecía era la misma desde hace unos ocho años, cuando aun éramos compañeros de universidad. Era obvio que la cuenta tenía muy poca o nula actividad.Y ahí estaba pensando yo en lo ridículo que sería ponerme manos a la obra e intentar componer aquella novela por encargo. Tal vez Javo creía que yo no lo hacía porque no le creía y por eso me había dado esos treinta mil. Yo sabía que el tenía bastante dinero y era cierto eso de que todo aquel asunto pasaba por inverosímil. ¿Que iría hacer Javo con el borrador de la novela en caso de que la escribiera? Nada. Ta
Me puse a pensar en mí hijo que ya no había visto en varios días y en lo tóxica que estaba siendo mí vida en ese momento y terminé emborrachandome con vodka barato en la plaza de la esquina antes de llegar a casa en muy malas condiciones. Por supuesto que no había podido seguir trabajando después de enfrentarme a esa presencia muy cercana de la policía inteligente. La pobre pizza quedó abandonada y tirada en el suelo y Mika se quedó sin follar ni ver películas e increíblemente no me reprochó nada de lo que no alcancé a hacer.