Javo salió de la ducha en el momento justo que dejé de hablar con las chicas.
Lamenté bastante no haber aprovechado ese rato para intentar robarle mis videos con Mika.
Me di cuenta de que me había dejado su teléfono en todo momento. No tenía idea que mierda era lo que el pretendía conmigo y el primer paso de mí plan aún no se me daba. No podía irme de ahí sin ser el dueño del vídeo en el cual Mika había permitido que grabaran cada uno de nuestros encuentros sexuales que tuvimos en casa. Después de largo rato parecía recién dimensionar gran parte de lo ocurrido y la manera en como eso me iba a afectar de ahí en adelante.
— Te tengo un negocio, Javo—Dije.
— Cada cosa a su tiempo, winner, cada cosa a su tiempo—Dijo Javo, mientras se sacaba los pelos que hay entre medio de las cejas con unas pinzas.
Pese a que Javo y Lerka aún seguían divirtiendose en eso de simular que estaban teniendo sexo, por lo general aún me sentía cómodo. La charla de Elect era bastante activa y en circunstancias como esas se agradecía bastante.— Javo cree que tendremos que cerrar la oficina —Dijo Elect— Es verdad que últimamente los números están bastante malos. Por eso hoy estamos acá y por eso Javo está tan triste.Encendí un cigarro. Mí intuición indicaba que debía ganar la máxima cantidad de tiempo posible y era en eso que trataba de enfocarme. A ella o a quien sea había que distraer y debía estar todo el tiempo pendiente de lo que sea que me permitiese sacar alguna deducción.— ¿Y tú cómo estás con eso?—Pregunté.— Por un lado estoy muy mal. Me da pena que se cierre la oficina ahora que al fin estaba ejerciendo mí verdadera vocación.
Tras terminar el esquelon completo del texto que pretendía escribir me quedé dormido por un buen rato y tuve un sueño casi terrorífico.El pequeño Mak ya estaba más o menos mayor. Aún era un niño. Era el portero de su equipo de fútbol y estaba pasando por una mala tarde, ya que en muy pocos minutos había recibido tres goles según los comentarios que oía en las tribunas y los entrenadores decidían reemplazarlo mucho antes de que terminara la mitad del primer tiempo. El estadio estaba lleno y los espectadores comenzaban a gritarle y a arrojarle cosas.Tomándome la cabeza con ambas manos, no podía comprender cómo era que los adultos podían comportarse de esa forma.Yo había llegado algo atrasado al partido y alcanzaba a verlo salir de la cancha una vez que hicieron el cambio. Mí hijo se echaba a llorar en un rincón q
Estaba en el límite justo entre lo que significaba alcanzar la somnolencia definitiva y el oír el ruido blanco de las risas provenientes de la sala cuando sentí una especie de vibra que me recorrió el cuerpo entero. Me hice el dormido y Elect cantaba felizmente y la débil luz de la habitación se encendió abruptamente.— Mak —Dijo— ¿Estás despierto? Perdoname la vida.No sabía que mierda hacer. Solo comprendía que el sexo era una trampa en la cual no debía volver a caer.Cuando se apagaron las luces creí que me abandonaba definitivamente. Me sentí aliviado y triste a la vez hasta que se movió la frazada. Elect se acostaba al lado mío y la cama era muy pequeña como para no darse cuenta y traté de incorporarme de la forma más calmada que pude.— Perdón, Elect —Dije— Me quedé dormido.
Tras un largo rato besándonos no apuntábamos más que a eso; besarnos y lamernos. Ninguna de nuestras zonas erógenas eran incorporadas a aquella rutina y yo estaba relativamente bien así.— Mak— Dijo Elect.— ¿Que pasa?Esa voz sexy la hallé demasiado triste.— ¿No te gusto, verdad?No sabía si estaba hablando en serio o no, por lo que me puse de pie y encendí la luz. Los rostros me proporcionaban mucha más información que las palabras y al parecer ella lo sabía.— ¿Como no me vas a gustar? —Dije—Mirate. Fíjate cómo te miro.El rostro de Elect era demasiado infantil en ese momento.— ¿Entonces por qué no haces las cosas que hacen los hombres cuando están calientes?
Al día siguiente me levanté sin hacer mucho ruido. Había logrado no despertar a Elect, a quien me preocupé de dejarla tapada considerando el frío que hacía ahí, tan cerca de las montañas en pleno invierno. Luego me dirigí a la sala y descubrí que la puerta de salida estaba abierta. Me disponía a abandonar el departamento cuando Javo me atajó.— Quieto ahí, winner —Dijo, apuntándome con una pistola.Me quedé tranquilo. Ni siquiera me di el trabajo de subir los brazos. El rostro de Javo era simplemente desquiciado.— ¡Disparame! —Dije, pensando qué tal vez estaba soñando.Últimamente me daba la impresión de que los sueños se mezclaban con la realidad y eso no era algo bueno. Lo mejor que se podía hacer era ponerle fin a todo eso.— ¡Mak! — Oí.
Después de acabar con ella a cuatro patas una vez que echamos hacia atrás el asiento del copiloto, Elect se acomodó rápidamente en su lugar que consistía en conducir.Habíamos follado corta y placenteramente para ambos una vez más. Me distraía pensando en eso mientras ella al fin quedaba conforme con su aspecto de respetable integrante de la policía inteligente.— Seduzco tipos como tú —Me dijo.— Es parte de mi trabajo. Pero lamentablemente me enamoré de tí.No sabía si era broma o no lo que decía. Necesitaba contar con algo más de información para hacerme un juicio.— La verdad es que no te creo —Dije—Es imposible que una chica como tú se enamore de un tipo como yo.— No es imposible, Mak, no es imposible. Yo me enamoré de ti por muchas cosas. Cosas que tienes tú y no tiene ningú
Cuando me bajé del automóvil no vi a Mika por ninguna parte. No me extrañó demasiado.Tal vez todo era un mal viaje y nada de lo que vivía era real.Conformandome con eso iba a subir las escaleras y de pronto me detuvo un brazo que apareció de la nada. Era el idiota de Karzev.—¿Y? ¿Winner? ¿Lograste hacer las salchichas con caramelo con malteadas de pollo?Que mierda, pensé.— Si —Respondí—. Hasta sobró un poco. ¿No te gustaría probar de esa mierda?— Por supuesto que no, winner. Yo solo te seguí hasta acá porque quiero la receta.Si ese hijo de puta me siguió hasta allí lo más probable es que hubiese visto a Elect conmigo. Yo confíe en ella considerando que supuestamente el era un integrante de la policía inteligente de poca monta.
Mika comenzó a golpear frenéticamente la puerta. — Mi amor —Dijo— Javo dice que ya terminó de hablar conmigo, pero que contigo aún no. Dice que vayas. Me daba la impresión de que en cualquier momento Mika iba a intentar manipularme. Me daba pena pensar así y decidí acudir a la videollamada con los ojos cerrados, puesto que no hallaba nada más asqueroso en la historia de la humanidad que mirar la verga de Javo. —Abre los ojos, winner —Dijo Javo—No seas infantil. Trabajo me costó prepararme para mirar la pantalla. No me gustó para nada lo que ví, pese a que finalmente no era nada de eso que esperaba; los horribles encapuchados de colores haciendo guardia fuera de la casa de mí hijo. — ¡Ahí no! —Grité, con todas mis fuerzas— ¡Ahí no! Ja