Capítulo 39

Cuando me bajé del automóvil no vi a Mika por ninguna parte. No me extrañó demasiado.

Tal vez todo era un mal viaje y nada de lo que vivía era real.

Conformandome con eso iba a subir las escaleras y de pronto me detuvo un brazo que apareció de la nada. Era el idiota de Karzev.

—¿Y? ¿Winner? ¿Lograste hacer las salchichas con caramelo con malteadas de pollo?

Que mierda, pensé.

— Si —Respondí—. Hasta sobró un poco. ¿No te gustaría probar de esa mierda?

 — Por supuesto que no, winner. Yo solo te seguí hasta acá porque quiero la receta.

Si ese hijo de puta me siguió hasta allí lo más probable es que hubiese visto a Elect conmigo. Yo confíe en ella considerando que supuestamente el era un integrante de la policía inteligente de poca monta.

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