Lo primero que hice fue ir por un par de latas de cerveza a la tienda de licores de la esquina. Luego comencé a caminar pausadamente y sin rumbo fijo. Mientras tanto iba bebiendo y mirando el paisaje de aquel barrio que era hermoso en otoño o en invierno. Era mí terapia personal para encontrar paz y cada vez que cumplía con aquella rutina las cosas parecían mejorar en mí vida.
Sonó mí teléfono y miré la pantalla. Decía Roniv. El hijo de puta de Javo me había entregado el teléfono con los contactos sincronizados. Me propuse hablar sin cuidado, puesto que a esas alturas hubiese sido bastante ingenuo de mí parte el no sospechar que el aparato estaba intervenido o algo parecido. De todos modos ya estaba jodido y nada de lo que hiciese iba a lograr revertir la situación.
Adiós terapia de paz.
— ¿Sí? —Contesté.
— Alo. ¿Hablo
Una vez que salí del centro médico intenté comunicarme con Mika, quien jamás me contestó el teléfono. Había pensado en alojar afuera pero al mismo tiempo no pretendía hacer eso sin darle una especie de aviso previo. Decidí que lo mejor que podía hacer era intentar irme a casa.Pasé primero a la tienda de la esquina por un par de latas de cervezas y me senté en el extremo más lejano de la plaza en perspectiva al edificio.Sentado en un banco que estaba ubicado debajo de un gran árbol me puse a revisar mis exámenes. Había un montón de términos que no comprendía y todos iban acompañados de la palabra negativo, escrita en negrita.Había una nota también, cuya firma era de Caks y el timbre pertenecía al centro médico. "¿Te gustó lo
— Despierta, mí amor— Me dijo Mika.Abrí los ojos y estaba ella nuevamente acariciando mí verga sobre el pantalón. Nada de aquello había sido un sueño y tal vez había pasado muy poco rato, puesto que la marihuana y las luces lo distorsionaban todo. Era imposible no estar despierto porque Ulz estaba al otro lado, nuevamente con una de sus piernas sobre las mías.— Voy al baño—Dijo Mika.— ¿Otra vez?—Preguntó Ulz.— Va a ser la última vez que voy, amiga. Te lo juro.Mika se puso de pie y desapareció. Ulz me abrazó y yo la tomé de la cintura. Pese a que podía inspirarme cuestiones estrictamente más carnales debido a su voluptuosidad, solamente tenía unos enormes deseos de besarla y recorrer su cuerpo con mis manos. Eran otra clase de sentimientos y sensaciones, algo mucho más idílico
No supe cómo me fui a los brazos de Morfeo con mi verga flácida dentro de la vagina de Ulz. No entendía como había llegado a volver a hacerlo con ella después de habernos quedado conversando un buen rato más una vez que nos metimos definitivamente a la cama. Solo recuerdo haber oído algo de que Mika tenía que salir temprano de casa y que ella se iba a quedar un rato más, puesto que necesitaba conversar algo importante conmigo antes de irse a su casa. Repetía a cada rato que para ella había sido una noche muy especial y que yo había estado a la altura y que todo era una lástima.Por más que lo intenté no pude hacer ningún recuerdo más. Solo sé que cuando Mika metió ruido al levantarse desperté con una angustia en mi alma que no era para nada normal. Luego seguí durmiendo.Para variar desperté por culpa del maldito celular. Era el maldito Javo.— Buenos días,
Al cabo de un rato Caks se fue. Mi estado estático en uno de los sillones de cuero que poblaban esa parte del bar/biblioteca con el cual contaba el mastodónico departamento de Javo me proporcionó la impresión de que nada de lo que estaba sucediendo me podía importardemasiado.— ¿Que sucede winner?—Me preguntó Javo, tras ir a dejar a Caks al estacionamiento.—Me siento un poco estafado—Respondí, cínicamente.Descubrí que la mejor forma de comunicarme con Javo consistía en evitar que mis respuestas generaran más preguntas. Estaba perdido de todos modos.— Yo también me siento estafado, querido winner —Dijo Javo—Lamentablemente hice todo lo que pude. En vista de que lo
Tras unas cinco cervezas más recién ahí me atreví a hablar.—Javo—Dije.Javo estaba cada vez más borracho. A veces se iba desvaneciendo lentamente por el sofá. Sin embargo parecía aún estar despierto.—¿Que quieres, winner?—Ahora que estoy condenado a muerte, ¿Tu me podrías explicar algunas cosas?Tras alcanzar su botella de cerveza Javo se incorporó.— Winner —Dijo Javo— Es lo único que puedo hacer por tí. Juro decirte la verdad, nada más que la verdad.— ¿Por qué me grabaste mí mamada con Sus? Yo sé que tú fuiste.Sonó mí teléfono. Llamaba Mika. No quise contestarle. Javo encendió un porro y me convidó para que yo fumara primero.
— Y eso pues winner —Continuaba Javo—Por eso quería que te alejaras de esa puta.No daba crédito a lo que veía en la pantalla gigante mientras me bebía mí enésima cerveza de la tarde. Mí rostro demasiado nítido mientras Mika me lamía la verga y yo se la enterraba en la boca con todas mis fuerzas.— Mika llegó a nosotros por Tamur—Dijo Javo— Tamur era mí socio. Yo solía producir el material que ellos me entregaban, ya que durante el exilio estudié algo de cine porno. Eran una pareja que además de hacerle a la prostitución y la pornografía hacían exhibicionismo. Actuaban en vivo en mí club artístico pornográfico. — ¿Cómo en vivo? — Sexo en vivo pues winner. Ellos follaban delante de la gente en un escenario. Tengo videos por si es que quieres guardarlos a tu colección personal.
Tras analizar bastante mí plan en esa tarde repleta de cerveza opté por mostrar los primeros indicios de proponerlo.— ¿Cuánto pide Mika por esos videos?—Pregunté.— ¿Por qué winner? ¿Los quieres comprar?— Primero quiero saber cuánto valen.Había sacado cálculos, y pese a que no tenía idea cual era el montó exacto, se habían acumulado algo más que simplemente un par de millones en mí cuenta bancaria.— ¿Por qué quieres comprar esos videos, winner?Traté de no ponerme tan nervioso para responder aquella pregunta que me pareció bastante manipuladora y amenazante.— No quiero que se difundan, simplemente eso— Respondí, bastante incrédulo de mí mismo.Mí plan era otro.
Javo salió de la ducha en el momento justo que dejé de hablar con las chicas.Lamenté bastante no haber aprovechado ese rato para intentar robarle mis videos con Mika.Me di cuenta de que me había dejado su teléfono en todo momento. No tenía idea que mierda era lo que el pretendía conmigo y el primer paso de mí plan aún no se me daba. No podía irme de ahí sin ser el dueño del vídeo en el cual Mika había permitido que grabaran cada uno de nuestros encuentros sexuales que tuvimos en casa. Después de largo rato parecía recién dimensionar gran parte de lo ocurrido y la manera en como eso me iba a afectar de ahí en adelante.— Te tengo un negocio, Javo—Dije.— Cada cosa a su tiempo, winner, cada cosa a su tiempo—Dijo Javo, mientras se sacaba los pelos que hay entre medio de las cejas con unas pinzas.