Oír aquello llena de tristeza y frustración a la joven. Aunque la diosa luna no le ha dado la dicha de convertirse aún, ella sabe que dado el momento adecuado lo hará. Su madre logró convertirse por primera vez a los 25 años, a pesar de eso, fue la Alfa de la manada, una líder sin igual y respetada por todos, hasta por las demás manadas. No ve la hora de demostrarle a todos que ella no es tan inútil como le hacen querer ver.
—No sé de qué me acusas, Lorena, pero no pienso quedarme a averiguarlo o a que me sigas insultando —Katrina hace amague por subir la escalera, pero su padre por fin habla.
—Jarl estuvo aquí anoche. Vino a buscarte porque no había ido a casa y se preocupó, luego recibió una llamada de un amigo suyo diciendo que estabas en un Night Club de mala muerte emborrachándote con un par de omegas y tu amiga.
—Pero papá…
—¿Acaso es mentira? —Su padre se levanta, deja su celular a un lado y camina hasta ella—. Las fotos que le envió su amigo a Jarl y las que todos aquí vimos, ¿eran falsas? ¿No eran tú y Amber?
El mentón de Katrina empieza temblar y las lágrimas fluyen por su rostro como si tuvieran vida propia. No consigue asimilar que esto esté pasando. ¿Ahora resulta que la mala de la historia es ella?
—Solo fui a beber unos tragos, papá, ellos son mis amigos, no estaba haciendo nada malo.
Las carcajadas de Lorena se oyen por todo el gran salón, mientras que Mauricio niega, decepcionado.
—Eres una gran decepción, Katrina, lamento mucho esto, pero Lorena tiene toda la razón. Nos avergüenzas a toda la familia y arrastras a Lizzie contigo fondo al fango, quien aún no ha encontrado a su compañero. Si a ti no te interesa lo que la gente piensa de ti, muy bien por ti, pero no nos perjudiques a nosotros, no perjudiques a tu marido que te ama a pesar de como eres y qué tiene que soportar esto.
¿Jarl la ama? ¿Qué tipo de broma de mal gusto es esto?
—¡¿Qué es lo que hago mal, papá?! —grita Katrina con impotencia. Lorena ríe complacida al ver como Katrina pierde los estribos—. ¡Dime qué es eso que tanto te molesta para poder cambiar!
—¿En serio me preguntas eso? ¡Por la diosa luna, Katrina! ¿Nunca te has mirado en el espejo acaso? Siempre estás mal vestida, dejada, fea, pareces una joven de la calle y no la hija de la familia Glimlore y futura luna de la manada. Solo avergüenzas a los que estamos a tu lado con tu actitud rebelde. Tienes mucho que aprender de tu hermana, que es un claro ejemplo de cómo debe comportarse una verdadera luna.
Ahora es Katrina quien ríe como una demente al oír aquello. ¿Ser como Lizzie? El mundo definitivamente se puso al revés mientras ella estaba durmiendo.
—Solo he decidido estudiar y trabajar, para hacer algo con mi vida, valerme por mí misma. ¿Eso es manchar nuestro apellido? ¿Eso es tener una actitud rebelde? No quiero ser una mantenida como estas dos zánganas que trajiste contigo al castillo.
—¡A mí me respetas, insolente! —Lorena la mira con rabia—. Era lo único que me faltaba, que vengas a insultarme en mi propia casa.
—Esta también es mi casa, este castillo fue construido por mis ancestros, mi madre lo remodeló completamente y también me pertenece por derecho. Las que viven aquí de arrastradas, son otras, no yo, yo soy una Glimlore.
Esta vez Mauricio se acerca a su hija con toda la intención de abofetearla, pero al final se acobarda.
—Respeta a Lorena y a tu hermana Lizzie, Katrina. Ellas tienen más derechos que tú de estar en este castillo. El que tu madre me heredó a mí, ¿O quieres que te recuerde el testamento donde me dejó todo? Tú no tienes nada, no eres nadie aquí.
Katrina se seca bruscamente las lágrimas de su rostro con el dorso de la mano y sale corriendo escaleras arriba hasta su habitación, o la que era antes de casarse con Jarl. Entra y cierra la puerta con llave antes de ir hasta el buro donde tiene algunos retratos y toma uno en el que están ella y su madre, abrazadas.
Lo pone contra su pecho y se tira a la ancha cama, llorando amargamente, lamentándose de su suerte y de que ella ya no esté aquí para cuidarla. No entiende por qué todos están en su contra, por qué la odian tanto si ella nunca le ha hecho daño a nadie.
—Pero si es mi hermanita, la fiestera, la borracha traicionera —La voz chillona de Lizzie la hace pegar un brinco en medio de su desahogo.
—¡¿Qué haces aquí y cómo entraste?! —le pregunta, Katrina, muy molesta.
Su hermana le muestra un manojo de llaves con aire triunfante mientras sonríe complacida.
—¡Dámelo ahora mismo! No tienes el derecho de entrar aquí sin mi permiso, esta es mi habitación —chilla la rubia intentando arrebatarle las llaves, pero sin éxito.
—No exageres, ni siquiera me importa este cuartucho, Katrina. El mío es diez veces mejor y más grande que esta pocilga que huele a perro mojado —Lizzie mira con repugnancia el sitio mientras pasa los dedos por las cortinas coloridas y de baja calidad de su hermana—. Solo pasé para molestarte un poco y para ver cómo te sientes luego de haber pasado la noche con tus amiguitos.
—¡Sal de mi cuarto, Lizzie! No quiero verte, menos después de lo que me hiciste —Katrina llora con angustia, ahora, mientras su hermana la mira con la ceja arqueada—. Tú y Jarl son unos miserables, malnacidos, no merecen mi perdón.
—El drama es lo tuyo, definitivamente. Te ahogas en un vaso con agua, Katrina. Te pasas de tóxica y celosa y mira cómo te ves —Su hermana se lleva las manos a su boca para aplacar sus risas de burla—. Estás fea, Jarl no merece una compañera como tú.
Lizzie tira las llaves sobre el buro y sale de la habitación dejando a Katrina desolada. Sus risas de burlas aún se oyen desde el pasillo, mientras su hermana no deja de llorar.
¿Acaso no fue suficiente con lo que hizo? ¿También tiene que venir a burlarse de ella?
Luego del incidente, Jarl se entera de que Katrina ya está en el castillo de Alba Noctis, por medio de Lizzie. Pensó que debía ir a buscarla en el departamento de su amiga Amber, y se estaba tomando el tiempo para eso porque sabe que debe ir con cuidado para no dañar su reputación frente a la prensa, pero ahora que sabe dónde está su esposa no le tomará mucho trabajo convencerla para llevarla con él nuevamente. «Lizzie resultó no ser tan hueca a pesar de todo y le está sirviendo para otra cosa que no sea solo follar» piensa con una sonrisa maliciosa en el rostro. La verdad es que han follado y mucho desde hace dos años, cuando ella se convirtió por primera vez y se encontraban en el bosque. Es por eso que le gustan este tipo de hembras, porque le sirven para pasar el rato y sacarse el estrés que lleva encima. Follar le alivia todos sus pesares. —¿Cuándo vas a romper el hilo rojo con mi hermana, Jarl? —dice, con voz bastante chillona, Lizzie. —Esperaremos el momento justo —contesta,
Luego de la conversación entre Jarl y Mauricio, Jarl sale raudamente del castillo para encontrarse con su amigo Gabriel. Encontrar ese testamento es su prioridad ahora y él podrá aconsejarle qué hacer. Le envía un mensaje y le pide que se encuentren en su departamento. No quiere que alguien ajeno escuche lo que tienen que hablar, y tampoco serán interrumpidos allí. Llega hasta el edificio donde vive Gabriel y Jarl le comenta todo, tal como lo escuchó en el castillo, también lo que su padre había escuchado decir al que era abogado de la alfa Lauren poco antes de su muerte. Uniendo todos los puntos, la versión concuerda perfectamente. «Su padre tuvo toda la razón en pedirte que reclamara a Katrina como su compañera y él estuvo bien en hacerle caso» piensa, Jarl, animado. —Necesito ver el contenido de ese testamento, Jarl —dice, Gabriel, mientras bebe de su whisky—. Si puedes traerme al menos una copia, tendremos todo lo que necesitamos para redactar el documento que Katrina debe fir
A Katrina se le escapa un sonoro jadeo cuando Jarl succiona de nuevo sus pezones, alternando entre uno y otro, mientras dos de sus dedos juguetean en su zona íntima. Él juega con su clítoris con el pulgar para excitarla, entretanto la va penetrando una y otra vez con los dedos. Las sensaciones que invaden a Katrina son muy intensas y desconocidas para ella. Nunca antes las había sentido y por un momento intenta resistir, pero no soporta más y explota alrededor de los dedos de su mate soltando un gemido agudo y profundo. Una sonrisa arrogante se extiende en el rostro de Jarl al verla convulsionar sin control bajo sus manos. Él le quitó la virginidad luego de casarse y es obvio que este es su primer orgasmo porque en ese entonces ella no había reaccionado de esta forma. Antes de que ella pueda volver del todo a la realidad, toma su dura y adolorida verga y la coloca en su entrada para penetrarla lentamente. Katrina es bastante estrecha y si no fuera porque necesita que ella confíe nue
—Debes estar loca si piensas perdonarlo y creerle esa sarta de mentiras que te dijo para endulzarte los oídos —La respuesta de Amber hace suspirar, desganada, a Katrina—. Jarl no te ama en absoluto. Alguien que ama no trata a su compañera de ese modo a como te trató, amiga. Te está mintiendo descaradamente y usando tu inocencia a su favor. —Aunque no lo creas, anoche se comportó muy cariñoso conmigo, Amber. Parecía otra persona.—Pero se estaba follando a Lizzie, tu medio hermana, en su oficina, Katrina. Tú misma los viste. ¿Qué más pruebas necesitas que Jarl es un completo patán?—Me dijo que ella se le había insinuado.—Eso también puede ser real —replica Amber, al momento—. A tu medio hermana se le huele, lo golfa, desde lejos, créeme. Y para nadie en Alba Noctis es un secreto que esa tipa le echa los perros a tu marido desde siempre, desde que se mudó al castillo. Además, su madre es el ejemplo vivo de lo que es ser una mujerzuela, tiene de dónde aprender.—Pero…—Pero eso no jus
Jarl mira a la mujer en la cama desde el espejo mientras se ajusta el pantalón. «¡Vaya hembra que conseguí esta vez!», piensa con una sonrisa coqueta, Job no responde, lo que no le parece raro, no ha hecho otra cosa en todo el día que pedir por Katrina. La mujer se remueve un poco entre las sábanas de seda antes de despertar. Se levanta con una sonrisa de oreja a oreja, dejando ver a Jarl sus enormes pechos morenos.—¿Ya te vas? —le pregunta ella con su tono sensual caribeño mientras deja ver el resto de su cuerpo desnudo, caderas anchas, cintura estrecha y piel brillante—. Pensé que podíamos darnos otra oportunidad. Aquello estuvo delicioso.—Qué más quisiera yo que quedarme, pero tengo muchas cosas que hacer, preciosa. —La mujer morena con rizos africanos, se levanta de la cama y se agacha para recoger su ropa del suelo, dándole una vista completa de su trasero a Jarl.Él siente que en ese mismo momento su pene se endurece de nuevo, pero su reloj le indica que ya debe ir. Si no fu
Esa noche, Jarl se queda hasta el amanecer en el castillo junto con Katrina y luego se va. Esa misma mañana, manda a suspender todas sus actividades previstas en la oficina y se reúne con Gabriel. Para sorpresa de ambos, la herencia es muchísimo más de lo que tenían conocimiento realmente. —¡Ese Mauricio es un maldito! —gruñe, Jarl, cuando Gabriel le informa de todos los bienes de su esposa—. Ese embustero pretendía adueñarse de absolutamente todo. —Esto es mucho más dinero de lo que puedes gastar en toda tu vida, Jarl. La alfa Lauren era una muy buena inversionista. Hacía dinero hasta por respirar, la condenada. Todos sus negocios son bastante prósperos. —Tampoco, solo mira estas empresas de cafeterías y tiendas de ropa de mala muerte. A esto yo le llamo dinero perdido, las ganancias son casi inexistentes en todo estos años que ella lleva muerta. Pudo haber invertido todo ese dinero aquí en Sofisthy. —La pregunta aquí es, ¿qué piensas hacer con todo esto? —le pregunta, Gabriel—. ¿
Katrina no entiende el cambio repentino y tan violento de su madrastra. Amber trata de ayudarla, pero la furia de Lorena es más y termina empujando a Katrina de manera brusca. Su amiga intenta tomarla de la mano, pero ella termina tumbada al suelo igual que ella.La rubia da algunas vueltas en el piso piedra y termina sentada con un golpe fuerte en la cintura que la hace emitir un quejido de dolor.—¡Katrina! —Amber va rápidamente hacia ella, preocupada. Katrina se retuerce del dolor, sin poder contestar. Su rostro empieza a ponerse pálido y lleno de sudor. Se lleva sus manos a su vientre para amenizar el dolor.—Duele mucho —gimotea. Amber toma su celular y llama a emergencias inmediatamente.—Esto es lo mínimo que te mereces —Lorena se carcajea al verla en el suelo. Se acerca de manera amenazante con los ojos en tono naranja brillante—. Este es el comienzo de tu tormento si no te largas de una vez del castillo.En ese el momento, un Porsche en tono negro, se estaciona frente a la pu
Katrina va hasta la mansión con su esposo, mientras que Amber se queda en su departamento.—Tengo algunas cosas que solucionar en la oficina ahora —dice Jarl entrando al sanitario luego de que suben a la habitación—. Ya le di órdenes a Sara que te dé especial atención. Si necesitas algo, le hablas.—¿No es muy tarde para que vayas a la oficina? —pregunta Katrina sentada desde la cama—. Dijiste que me cuidarías esta noche.Jarl no contesta, como siempre. Katrina ya está acostumbrada a sus salidas nocturnas y a su forma tan evidente de ignorarla.Con un suspiro desganado, se quita el calzado y se acuesta en la cama. Ya no siente ningún dolor, pero prefiere seguir las recomendaciones de su doctora y reposar. Se lleva sus manos a su vientre y cierra los ojos para no pensar en nada, excepto en ese pequeño cachorro que crece en su interior. Se pregunta cómo es posible que él no haya podido sentirlo todavía, los padres suelen sentir a sus cachorros incluso mucho antes de que la madre sepa qu