Dentro de las celdas de la manada Alba Noctis, Jarl golpea fuerte la pared al recibir la noticia de Gabriel. Está muy nervioso. Su amigo lo mira con resignación.—Sabes que lo que estás pidiendo es peligroso, y ellos no arriesgarán su pellejo por nada —dice Gabriel tratando de mantener la voz baja—. Tú decides, les das lo que piden o te quedas aquí a esperar tu juzgamiento.—Eso es demasiado dinero, Gabriel —chilla Jarl, enfadado—. Me quedaré sin nada, es todo lo que me queda. Ellos ya me quitaron todo.Hay un odio profundo en la mirada de Jarl al pensar en Ragnar y Katrina. Gabriel no dice nada, pero sabe que él tiene algún plan metido entre ceja y ceja y que no habrá poder humano que lo haga retroceder. —Necesito salir de aquí. Quiero que Katrina y ese maldito sufran por esto. Que se arrepientan por haber vuelto y haber planeado todo esto contra mí. —¿No crees que es hora de alejarse? No hagas algo que te hunda más, Jarl —Gabriel siente algo de temor por lo que Jarl pueda hacer.—
Las luces de la mansión Shadowfang se van apagando poco a poco y Jarl sabe que el momento que tanto estaba esperando por fin ha llegado. Hay dos guardias deambulando en esa parte, omegas débiles, que no le preocupan demasiado, porque sabe qué puede pasar desapercibido con la pócima y que si algo se sale de control, ellos no son enemigos para él. Camina sigilosamente unos metros por el costado de la muralla hasta que oye decir a uno de ellos que necesita ir al baño. Ese momento es el perfecto para avanzar. Corre hasta la puerta y al intentar abrirla, esta se abre sin la mayor dificultad. Mira con precaución para asegurarse de que no haya nadie más adentro. Todo el sitio ya está semi oscuras, pero puede ver que se trata de la sección del lavadero de la casa. Entra y tras escanear todo con la vista rápidamente, sube por la escalera principal que lleva al segundo piso para poder llegar hasta Katrina. Abre cada puerta muy despacio para no alertar a nadie y así poder ver quién está all
Ya es imposible seguir ocultando lo que sucede cuando todos empiezan a movilizarse dentro de la casa. Rubí y Paula se despiertan aturdidas por el movimiento inusual de los pasillos de la mansión, ellas salen a mirar y en cuanto se dan cuenta de que la puerta de la habitación de Ragnar está abierta y hay varias personas adentro, corren hasta allí. —¡¿Qué sucede hermano?! —grita Rubí— ¡¿Dónde está Katrina?! Paula intenta contener a Ragnar, pero no lo consigue. Él está demasiado nervioso. Ragnar no soporta ver el video en el celular del guardia, respira profundamente antes de salir de allí. No va a permitir que ese hombre siga lastimando a Katrina. Dijo que sobre su cadáver volvería a permitirlo, y así será. Esta noche uno de los dos va a morir. —Hijo, por favor —Paula intenta detenerlo—. Deja que los guardias se encarguen de eso, por favor no vayas en ese estado. Necesitas tranquilizarte, estás muy nervioso. Ragnar se voltea a mirarla por unos segundos, pero al final se marcha. Ju
—¡Remus! —La voz de Katrina hace pestañear a Jarl mientras que Remus mantiene los ojos cerrados, sus fuerzas amainan rápidamente con la bala de plata incrustada en su pecho y retrocede dentro de la mente de Ragnar dejándolo tomar su forma humana nuevamente. La respiración de Katrina se ralentiza en ese momento. Todo es silencio y oscuridad alrededor de ella al ver a su compañero herido de gravedad en el suelo. Akira usa todas sus fuerzas para rasgar las cintas en las que tiene atados los pies y manos de Katrina y levantarse para llegar hasta Ragnar, de cuyo pecho sale sangre a borbotones. Ella intenta gritar en busca de ayuda, pero su voz no sale, todas las palabras se quedan todas atascadas en su garganta, la droga que Jarl le hizo inhalar es demasiado fuerte y Akira, aunque intenta emerger, no lo logra del todo. Katrina toma la cabeza de su compañero y lo lleva a su pecho. Todavía está vivo, aunque gravemente herido e inconsciente. Jarl levanta la vista y mira fijamente a Katrina
Sebastián y Rubí llegan primeros a la escena en su forma licántropa, encontrándose con una Akira bastante agresiva y molesta por los acontecimientos anteriores, Ragnar semiconsciente y Jarl evidentemente muerto en garras de ella. «¿Estás bien?» Sebastián intenta comunicarse con Katrina por medio del enlace mental, pero Akira aún tiene el aura expandida y no puede hacer comunicación con ella de manera efectiva ni acercarse demasiado, por lo que la ronda a cierta distancia con la cola entre las patas y mostrando su cuello en señal de respeto y sumisión. Rita, la loba de Rubí, también se mantiene atrás, igual que los que vienen llegando al sitio. Akira vuelve a aullar muy fuerte, aumentando su aura todavía más. Sirox no tiene de otra que retroceder igual que los demás debido al dolor que les produce su demostración de poder. Todos los licántropos de la manada Alba Noctis reciben el mensaje de su líder, la única y verdadera alfa, que su “alfa elegido”, Jarl Fenrisson, acaba de ser derr
El anciano consejero, encargado de dar el veredicto final, sale en el medio del escenario y empieza a hablar. —El consejo de la manada Alba Noctis, luego de haber analizado todas las evidencias en contra de los acusados que fueron proporcionadas por el alfa Ragnar Shadowfang y haber oído las declaraciones de los acusados, los halló culpables. Los tres son condenados a muerte indigna frente a todos los miembros de la manada. La condena se ejecutará esta misma noche en el ruedo del castillo. Lizzie empieza a llorar desconsoladamente, mientras que su madre, se mantiene con la vista en frente, sin inmutarse. Mauricio sigue sin reaccionar, analizando la posibilidad de usar aquella pócima que ese hombre le entregó la otra noche y así evitar que aquellos Lycan terminen con su vida frente a todos. Katrina se lleva la mano a la boca para ahogar un sollozo que busca una manera desesperada de escapar. Luego de las sentencias, el juicio se da por terminado y los tres son llevados a los lugares
Las semanas pasan en un abrir y cerrar de ojos. El vientre de Katrina subió mucho de tamaño y sus movimientos ya se redujeron al mínimo para esta etapa de su embarazo. Su pequeña Rouse, como ella y su esposo la llaman, es muy saludable y enérgica, tanto que ya ni siquiera la deja dormir correctamente y por consiguiente a Ragnar, quien cuida de ella día y noche.Hoy es el día de la cirugía programada para dar a luz. Moreira prefirió que ella fuera intervenida, ya que la pequeña está en una posición poco favorable para que Katrina pueda hacer un parto natural.En el castillo Alba Noctis todos están despiertos desde muy temprano preparándose para la llegada de la princesa, hay mucho movimiento en cada rincón. Ragnar está muy nervioso, sus manos sudan y en su garganta hay un nudo gigante que no lo deja respirar con normalidad. Nunca en su vida se había puesto tan nervioso como ahora, ni siquiera el día que nacieron los mellizos.Ya hizo como diez recorridos en total por la habitación de s
Veinte años han pasado… Desde la ventana de su despacho, Ragnar mira atentamente a Katrina, quien se encuentra hablando con Amber y Rubí en el patio mientras señalan hacia los pequeños que se encuentran jugando en el inmenso patio. Un poco más allá, hacia las piscinas, están los más grandes, Ethan y su compañera Milly, Selene, Rouse, Brandon y Bruno, los gemelos que tuvieron luego de Rouse, y Lucinda. Una sonrisa se extiende por su rostro al ver a Silvia, sollozando mientras pide a su madre que la cargue. Desde que ha nacido es una niña muy sensible y quejosa, contraria a su mellizo Héctor, que parece no ser afectado por nada y se adapta rápidamente a todo. Sí, Ragnar y Katrina tienen ocho hijos en total, y según Katrina, estos serán los últimos, ya que están en edad de ser abuelos, pero Ragnar y Remus no están de acuerdo con eso. A él le llena el corazón ver a tantos cachorros rondando la mansión y los últimos ya tienen 3 años, por lo que es probable que intenten tener más próximame