—¡Vamos, sube! —dice Amber a Katrina cuando la intercepta con su motocicleta en una calle oscura—. Te llevaré a un lugar donde vas a olvidar al idiota de tu esposo.
Katrina sube a la motocicleta detrás de ella y se coloca el casco. Sus ojos están rojos e hinchados de tanto llorar en todo este tiempo. Estuvo vagando por las calles por muchas horas, hasta qué llegada la noche llamó a su amiga, quien vino a su rescate inmediatamente.
Katrina permanece callada durante todo el viaje con la vista perdida en el camino y Amber prefiere no agobiarla con preguntas tontas, por ahora. La conoce, sabe que únicamente necesita compañía y apoyo, de momento. Ya los reclamos y verdades vendrán después.
Llegan hasta un local con aspecto dudoso. Katrina nunca había venido a un sitio como este anteriormente, pero puede imaginar de lo que se trata. Amber trabaja los fines de semana como camarera en un local nocturno.
—No creo que esto sea una buena idea —dice Katrina, vacilante mirando la fachada del lugar.
—No te preocupes tanto. Allí adentro nadie va a acercarse a ti, al menos que tú quieras. Además, solo venimos para tomar algo y olvidar, estaremos en una de las mesas seguras.
Al final Amber convence a Katrina de entrar. La joven se sorprende de lo bello que es por dentro. El lugar es bastante pintoresco, hay luces y humos de todos los colores, mujeres hermosas y sensuales bailando frente a hombres elegantemente trajeados, parejas bebiendo algunos tragos en las mesas.
Algunos voltean al verlas pasar y Katrina no se sorprende de ello. Amber está despampanante en un vestido negro sugerente y su maquillaje perfecto, mientras que ella parece un patito feo en medio de cisnes blancos.
Caminan hasta una de las secciones vip donde solo acceden algunas pocas personas que prefieren la privacidad. Enseguida se acerca un joven mesero que sirve caipiriña para ambas.
—No puedo beber alcohol —Katrina señala la copa—. ¿Olvidas que estoy embarazada?
—Es solo un trago, no te hará daño, ni a tu cachorro. Tampoco es que tomes todos los días. Esta vez necesitamos algo fuerte.
Katrina toma la copa y bebe un sorbo largo de su trago. El alcohol le quema la garganta al paso, pero al momento la hace sentir aliviada y con más coraje.
—Necesito otra —dice ella señalando el vaso vacío, Amber niega con una sonrisa.
Las amigas terminan tomando toda la noche acompañadas de una pareja gay conocida de la manada. Katrina está totalmente ebria, igual que todos. Luego de la segunda copa, se negó rotundamente a parar y ser llevada a su casa, como le sugirió su amiga cientos de veces. Además de maldecir a su esposo y a su hermana toda la noche, algo tenía muy seguro, no iba a volver a esa casa luego de pillar la infidelidad de su mate.
Amber pide un taxi casi al amanecer, ya que en ese estado es imposible manejar la motocicleta, y ambas van a dormir a su departamento. No es hasta que el sol entra por la ventana, que Katrina se levanta bruscamente, aturdida.
Mira a todos lados y luego de enfocar la vista se da cuenta de que está en la cama de su amiga.
Vestigios de lo que pasó anoche vuelven a su mente como recuerdos cortos y confusos. Se toma la cabeza con ambas manos para mermar el dolor. Ella nunca antes había tomado alcohol más que unos tragos de vino en las reuniones familiares, pero no hasta llegar a este estado tan deplorable.
En la mesita de noche, junto con una nota de su amiga, encuentra un vaso de jugo de naranja y una pastilla para el dolor de cabeza que no duda ni un segundo en tomarla.
La parte más difícil viene ahora, que es volver a casa y enfrentar la situación. Como sea, no piensa ir a su casa, sino al castillo Alba Noctis. La cara de Jarl es lo menos que desea ver, ahora.
Luego de lavarse el rostro, toma un taxi y va hasta el castillo que era de su madre. Allí trabaja con su amiga durante la mañana, pero solo en las oficinas, ahora va a ir hasta la casa, en su antigua habitación.
Su padre se encuentra sentado en el comedor, tomando su café y a su lado, Lorena, la segunda esposa de su padre y madre de Lizzie. Ambos voltean al verla llegar.
—Buenos días —Los saluda, Katrina.
Su padre asiente sin contestar nada, sin embargo, Lorena, se levanta y camina hasta ella y sin que la joven pueda adivinar sus intenciones, deja una sonora cachetada en su mejilla que produce una marca roja al instante en el rostro de la joven.
—¡Eres una mala influencia, Katrina! ¿Cómo pudiste insultar a tu propia hermana de esa forma frente a todos en la empresa? —dice Lorena con la rabia botando por sus ojos—. ¿Qué tu madre nunca te enseñó nada?
—Usted no es quién para hablar de mi madre, señora —replica la joven frotando su cara para aliviar el picor—. Y no me acuse de algo que no es cierto.
—¡Por supuesto que es cierto! Jarl vino aquí anoche para contarnos todo lo que había pasado en Sofisthy. Tu hermana llegó devastada de la oficina por la humillación que le hiciste frente a todos.
—Eso no es cierto. Ella…
—No te atrevas, Katrina Glimlore, o juro por la diosa luna que vas a lamentarlo —La interrumpe, Lorena—. No permitiré que manches la reputación de Lizzie. Ella es una joven de bien, respetuosa, amable, querida por toda la manada, no como tú.
El padre de Katrina permanece impasible con su celular en la mano, como si no le importara lo que está pasando entre su hija y su esposa. Desde que su madre ha muerto, estas dos hacen con Katrina lo que les da la gana, y a él no le importa en absoluto.
En muchas ocasiones llegó a pensar que él también la odiaba, porque nunca le dio ni un poco de afecto.
—No sé qué les dijo Jarl, papá, pero no es cierto —La joven intenta acercarse a Mauricio, pero Lorena sale a su paso.
—No solo eres una mentirosa, sino también una vil mujerzuela. Mira las fachas en las que llegas. Apestas a alcohol de mala muerte. Siento mucha pena por el pobrecito de Jarl, debe ser muy difícil para él enterarse de la clase de mujer que tiene como mate, desaliñada, inútil y que ni siquiera tiene una loba a sus 20 años. Eres un fracaso total. Un fracaso para toda la manada.
Oír aquello llena de tristeza y frustración a la joven. Aunque la diosa luna no le ha dado la dicha de convertirse aún, ella sabe que dado el momento adecuado lo hará. Su madre logró convertirse por primera vez a los 25 años, a pesar de eso, fue la Alfa de la manada, una líder sin igual y respetada por todos, hasta por las demás manadas. No ve la hora de demostrarle a todos que ella no es tan inútil como le hacen querer ver.—No sé de qué me acusas, Lorena, pero no pienso quedarme a averiguarlo o a que me sigas insultando —Katrina hace amague por subir la escalera, pero su padre por fin habla.—Jarl estuvo aquí anoche. Vino a buscarte porque no había ido a casa y se preocupó, luego recibió una llamada de un amigo suyo diciendo que estabas en un Night Club de mala muerte emborrachándote con un par de omegas y tu amiga.—Pero papá…—¿Acaso es mentira? —Su padre se levanta, deja su celular a un lado y camina hasta ella—. Las fotos que le envió su amigo a Jarl y las que todos aquí vimos,
Luego del incidente, Jarl se entera de que Katrina ya está en el castillo de Alba Noctis, por medio de Lizzie. Pensó que debía ir a buscarla en el departamento de su amiga Amber, y se estaba tomando el tiempo para eso porque sabe que debe ir con cuidado para no dañar su reputación frente a la prensa, pero ahora que sabe dónde está su esposa no le tomará mucho trabajo convencerla para llevarla con él nuevamente. «Lizzie resultó no ser tan hueca a pesar de todo y le está sirviendo para otra cosa que no sea solo follar» piensa con una sonrisa maliciosa en el rostro. La verdad es que han follado y mucho desde hace dos años, cuando ella se convirtió por primera vez y se encontraban en el bosque. Es por eso que le gustan este tipo de hembras, porque le sirven para pasar el rato y sacarse el estrés que lleva encima. Follar le alivia todos sus pesares. —¿Cuándo vas a romper el hilo rojo con mi hermana, Jarl? —dice, con voz bastante chillona, Lizzie. —Esperaremos el momento justo —contesta,
Luego de la conversación entre Jarl y Mauricio, Jarl sale raudamente del castillo para encontrarse con su amigo Gabriel. Encontrar ese testamento es su prioridad ahora y él podrá aconsejarle qué hacer. Le envía un mensaje y le pide que se encuentren en su departamento. No quiere que alguien ajeno escuche lo que tienen que hablar, y tampoco serán interrumpidos allí. Llega hasta el edificio donde vive Gabriel y Jarl le comenta todo, tal como lo escuchó en el castillo, también lo que su padre había escuchado decir al que era abogado de la alfa Lauren poco antes de su muerte. Uniendo todos los puntos, la versión concuerda perfectamente. «Su padre tuvo toda la razón en pedirte que reclamara a Katrina como su compañera y él estuvo bien en hacerle caso» piensa, Jarl, animado. —Necesito ver el contenido de ese testamento, Jarl —dice, Gabriel, mientras bebe de su whisky—. Si puedes traerme al menos una copia, tendremos todo lo que necesitamos para redactar el documento que Katrina debe fir
A Katrina se le escapa un sonoro jadeo cuando Jarl succiona de nuevo sus pezones, alternando entre uno y otro, mientras dos de sus dedos juguetean en su zona íntima. Él juega con su clítoris con el pulgar para excitarla, entretanto la va penetrando una y otra vez con los dedos. Las sensaciones que invaden a Katrina son muy intensas y desconocidas para ella. Nunca antes las había sentido y por un momento intenta resistir, pero no soporta más y explota alrededor de los dedos de su mate soltando un gemido agudo y profundo. Una sonrisa arrogante se extiende en el rostro de Jarl al verla convulsionar sin control bajo sus manos. Él le quitó la virginidad luego de casarse y es obvio que este es su primer orgasmo porque en ese entonces ella no había reaccionado de esta forma. Antes de que ella pueda volver del todo a la realidad, toma su dura y adolorida verga y la coloca en su entrada para penetrarla lentamente. Katrina es bastante estrecha y si no fuera porque necesita que ella confíe nue
—Debes estar loca si piensas perdonarlo y creerle esa sarta de mentiras que te dijo para endulzarte los oídos —La respuesta de Amber hace suspirar, desganada, a Katrina—. Jarl no te ama en absoluto. Alguien que ama no trata a su compañera de ese modo a como te trató, amiga. Te está mintiendo descaradamente y usando tu inocencia a su favor. —Aunque no lo creas, anoche se comportó muy cariñoso conmigo, Amber. Parecía otra persona.—Pero se estaba follando a Lizzie, tu medio hermana, en su oficina, Katrina. Tú misma los viste. ¿Qué más pruebas necesitas que Jarl es un completo patán?—Me dijo que ella se le había insinuado.—Eso también puede ser real —replica Amber, al momento—. A tu medio hermana se le huele, lo golfa, desde lejos, créeme. Y para nadie en Alba Noctis es un secreto que esa tipa le echa los perros a tu marido desde siempre, desde que se mudó al castillo. Además, su madre es el ejemplo vivo de lo que es ser una mujerzuela, tiene de dónde aprender.—Pero…—Pero eso no jus
Jarl mira a la mujer en la cama desde el espejo mientras se ajusta el pantalón. «¡Vaya hembra que conseguí esta vez!», piensa con una sonrisa coqueta, Job no responde, lo que no le parece raro, no ha hecho otra cosa en todo el día que pedir por Katrina. La mujer se remueve un poco entre las sábanas de seda antes de despertar. Se levanta con una sonrisa de oreja a oreja, dejando ver a Jarl sus enormes pechos morenos.—¿Ya te vas? —le pregunta ella con su tono sensual caribeño mientras deja ver el resto de su cuerpo desnudo, caderas anchas, cintura estrecha y piel brillante—. Pensé que podíamos darnos otra oportunidad. Aquello estuvo delicioso.—Qué más quisiera yo que quedarme, pero tengo muchas cosas que hacer, preciosa. —La mujer morena con rizos africanos, se levanta de la cama y se agacha para recoger su ropa del suelo, dándole una vista completa de su trasero a Jarl.Él siente que en ese mismo momento su pene se endurece de nuevo, pero su reloj le indica que ya debe ir. Si no fu
Esa noche, Jarl se queda hasta el amanecer en el castillo junto con Katrina y luego se va. Esa misma mañana, manda a suspender todas sus actividades previstas en la oficina y se reúne con Gabriel. Para sorpresa de ambos, la herencia es muchísimo más de lo que tenían conocimiento realmente. —¡Ese Mauricio es un maldito! —gruñe, Jarl, cuando Gabriel le informa de todos los bienes de su esposa—. Ese embustero pretendía adueñarse de absolutamente todo. —Esto es mucho más dinero de lo que puedes gastar en toda tu vida, Jarl. La alfa Lauren era una muy buena inversionista. Hacía dinero hasta por respirar, la condenada. Todos sus negocios son bastante prósperos. —Tampoco, solo mira estas empresas de cafeterías y tiendas de ropa de mala muerte. A esto yo le llamo dinero perdido, las ganancias son casi inexistentes en todo estos años que ella lleva muerta. Pudo haber invertido todo ese dinero aquí en Sofisthy. —La pregunta aquí es, ¿qué piensas hacer con todo esto? —le pregunta, Gabriel—. ¿
Katrina no entiende el cambio repentino y tan violento de su madrastra. Amber trata de ayudarla, pero la furia de Lorena es más y termina empujando a Katrina de manera brusca. Su amiga intenta tomarla de la mano, pero ella termina tumbada al suelo igual que ella.La rubia da algunas vueltas en el piso piedra y termina sentada con un golpe fuerte en la cintura que la hace emitir un quejido de dolor.—¡Katrina! —Amber va rápidamente hacia ella, preocupada. Katrina se retuerce del dolor, sin poder contestar. Su rostro empieza a ponerse pálido y lleno de sudor. Se lleva sus manos a su vientre para amenizar el dolor.—Duele mucho —gimotea. Amber toma su celular y llama a emergencias inmediatamente.—Esto es lo mínimo que te mereces —Lorena se carcajea al verla en el suelo. Se acerca de manera amenazante con los ojos en tono naranja brillante—. Este es el comienzo de tu tormento si no te largas de una vez del castillo.En ese el momento, un Porsche en tono negro, se estaciona frente a la pu