Jarl mira a la mujer en la cama desde el espejo mientras se ajusta el pantalón. «¡Vaya hembra que conseguí esta vez!», piensa con una sonrisa coqueta, Job no responde, lo que no le parece raro, no ha hecho otra cosa en todo el día que pedir por Katrina. La mujer se remueve un poco entre las sábanas de seda antes de despertar. Se levanta con una sonrisa de oreja a oreja, dejando ver a Jarl sus enormes pechos morenos.—¿Ya te vas? —le pregunta ella con su tono sensual caribeño mientras deja ver el resto de su cuerpo desnudo, caderas anchas, cintura estrecha y piel brillante—. Pensé que podíamos darnos otra oportunidad. Aquello estuvo delicioso.—Qué más quisiera yo que quedarme, pero tengo muchas cosas que hacer, preciosa. —La mujer morena con rizos africanos, se levanta de la cama y se agacha para recoger su ropa del suelo, dándole una vista completa de su trasero a Jarl.Él siente que en ese mismo momento su pene se endurece de nuevo, pero su reloj le indica que ya debe ir. Si no fu
Esa noche, Jarl se queda hasta el amanecer en el castillo junto con Katrina y luego se va. Esa misma mañana, manda a suspender todas sus actividades previstas en la oficina y se reúne con Gabriel. Para sorpresa de ambos, la herencia es muchísimo más de lo que tenían conocimiento realmente. —¡Ese Mauricio es un maldito! —gruñe, Jarl, cuando Gabriel le informa de todos los bienes de su esposa—. Ese embustero pretendía adueñarse de absolutamente todo. —Esto es mucho más dinero de lo que puedes gastar en toda tu vida, Jarl. La alfa Lauren era una muy buena inversionista. Hacía dinero hasta por respirar, la condenada. Todos sus negocios son bastante prósperos. —Tampoco, solo mira estas empresas de cafeterías y tiendas de ropa de mala muerte. A esto yo le llamo dinero perdido, las ganancias son casi inexistentes en todo estos años que ella lleva muerta. Pudo haber invertido todo ese dinero aquí en Sofisthy. —La pregunta aquí es, ¿qué piensas hacer con todo esto? —le pregunta, Gabriel—. ¿
Katrina no entiende el cambio repentino y tan violento de su madrastra. Amber trata de ayudarla, pero la furia de Lorena es más y termina empujando a Katrina de manera brusca. Su amiga intenta tomarla de la mano, pero ella termina tumbada al suelo igual que ella.La rubia da algunas vueltas en el piso piedra y termina sentada con un golpe fuerte en la cintura que la hace emitir un quejido de dolor.—¡Katrina! —Amber va rápidamente hacia ella, preocupada. Katrina se retuerce del dolor, sin poder contestar. Su rostro empieza a ponerse pálido y lleno de sudor. Se lleva sus manos a su vientre para amenizar el dolor.—Duele mucho —gimotea. Amber toma su celular y llama a emergencias inmediatamente.—Esto es lo mínimo que te mereces —Lorena se carcajea al verla en el suelo. Se acerca de manera amenazante con los ojos en tono naranja brillante—. Este es el comienzo de tu tormento si no te largas de una vez del castillo.En ese el momento, un Porsche en tono negro, se estaciona frente a la pu
Katrina va hasta la mansión con su esposo, mientras que Amber se queda en su departamento.—Tengo algunas cosas que solucionar en la oficina ahora —dice Jarl entrando al sanitario luego de que suben a la habitación—. Ya le di órdenes a Sara que te dé especial atención. Si necesitas algo, le hablas.—¿No es muy tarde para que vayas a la oficina? —pregunta Katrina sentada desde la cama—. Dijiste que me cuidarías esta noche.Jarl no contesta, como siempre. Katrina ya está acostumbrada a sus salidas nocturnas y a su forma tan evidente de ignorarla.Con un suspiro desganado, se quita el calzado y se acuesta en la cama. Ya no siente ningún dolor, pero prefiere seguir las recomendaciones de su doctora y reposar. Se lleva sus manos a su vientre y cierra los ojos para no pensar en nada, excepto en ese pequeño cachorro que crece en su interior. Se pregunta cómo es posible que él no haya podido sentirlo todavía, los padres suelen sentir a sus cachorros incluso mucho antes de que la madre sepa qu
—Buenos días, señora Marta —dice Katrina mientras se acerca a ella para saludarla, pero su suegra se voltea a otro lado para evitar que se acerque más.—Jarl, hijo mío, yo no te parí para que tires tu vida a la basura de esta forma —dice Marta señalando a Katrina de manera despectiva. La joven boquea un par de veces intentando decir algo, pero nada le sale—. ¿Qué pasará cuando seas declarado alfa y los miembros vean que tipo de luna tienes? Nadie en la Amazonía va a respetarla, ni a ti con este adefesio a tu lado.—Señora... —Katrina intenta defenderse, pero Marta la interrumpe.—No te entiendo, hijo, pudiendo encontrar a alguien a tu altura, alguien acorde a tu poder, a lo que vas a representar en la Amazonía dentro de poco. No puedo ni siquiera imaginarme la vida de infierno que vas a llevar con ella como tu mate.Marta lleva su mano a la frente como si fuera a darle un ataque de un momento a otro. Katrina siente un nudo gigante en la garganta. ¿Por qué todos son tan crueles con ell
En Tierra de Pinares, un hombre, rubio y de profundos ojos azules, baja de su jet privado luego de haber estado un par de meses fuera de su país. Su porte elegante y desdeñoso llama la atención de todas las mujeres a su paso, quienes voltean a admirar tal espécimen.Ragnar permanece indiferente de lo que pasa a su alrededor, concentrado en una llamada telefónica sobre uno de sus tantos negocios que tiene alrededor del mundo.Su asistente personal, Octavio, lo espera, a un lado, atento a lo que pueda necesitar su jefe.—Espero que su viaje haya sido tranquilo, alfa Shadowfang —dice Octavio colocando bien su saco.Ragnar cuelga su llamada antes de prestarle atención. Lo observa de pies a cabeza, como es su costumbre, antes de contestar a cualquier consulta que él le haga.—Buenos días, Octavio. Ya te he dicho muchas veces que me llames Ragnar. ¿Cuáles son nuestras actividades más urgentes que tenemos para hoy? ¿Tienes noticias de mi familia?Ragnar toma camino hasta su camioneta que est
—¡¿Ya no tengo un hijo?! —La voz del otro lado del teléfono de Ragnar le reprocha al momento—. ¿Pasaste dos meses fuera del país y ni siquiera tienes ganas de ver a tu familia? ¿Por qué no viniste a casa, Ragnar? Octavio me dijo que ya llegaste y habías ido directo a tu departamento. —Hola, madre —responde Ragnar—. Sí, vine a cambiarme. Tengo una reunión dentro de exactamente treinta minutos, no tenía tiempo de ir hasta la mansión y volver. —Acabas de llegar, Ragnar. ¿No puedes dejar de trabajar al menos unas horas para estar con nosotras? Somos tu familia. Ragnar masajea el puente de la nariz, mientras entra dentro de la camioneta. —Cuando termine por aquí iré, madre —responde y corta la llamada. Ya tendrá tiempo de hablar con ella con más calma cuando se sienta con ánimos. Ahora se siente sobrepasado de trabajo y responsabilidades. Julián pone en marcha la camioneta nuevamente mientras mira por el espejo retrovisor al alfa. Lo conoce desde que era un cachorro y sabe que algo l
—¡Hasta que por fin el alfa Shadowfang se digna a atenderme! —dice Rubí, su hermana—. Pensé que debía pedir una cita en la empresa para poder hablar contigo.—Estaba en una reunión, hermana. ¿Cómo estás?—Pues estamos enojadas y a la vez preocupadas por ti. Extraño a mi hermano y mamá pregunta por ti todos los días —reclama Rubí—. No nos has llamado ni una sola vez en estos dos meses. Sabemos que eres fuerte y que puedes defenderte solo, pero no nos merecemos tu indiferencia.—Lo siento, hermana, pero realmente necesitaba ese tiempo a solas, desconectarme de Tierra de Pinares.—Me haces mucha falta, hermano, y a mamá.La voz de Rubí suena muy triste y Ragnar es consciente de ello. Quiere tener fuerzas para afrontar lo que le pasa, pero hay días en que ni siquiera él mismo se soporta y no quiere que los demás carguen con él ni con su carácter de mierda. —¿Vendrás a casa esta noche? —pregunta su hermana—. Podemos ir a cenar juntos los tres en ese restaurante que tanto te gusta. —Solo