—¡¿Ya no tengo un hijo?! —La voz del otro lado del teléfono de Ragnar le reprocha al momento—. ¿Pasaste dos meses fuera del país y ni siquiera tienes ganas de ver a tu familia? ¿Por qué no viniste a casa, Ragnar? Octavio me dijo que ya llegaste y habías ido directo a tu departamento. —Hola, madre —responde Ragnar—. Sí, vine a cambiarme. Tengo una reunión dentro de exactamente treinta minutos, no tenía tiempo de ir hasta la mansión y volver. —Acabas de llegar, Ragnar. ¿No puedes dejar de trabajar al menos unas horas para estar con nosotras? Somos tu familia. Ragnar masajea el puente de la nariz, mientras entra dentro de la camioneta. —Cuando termine por aquí iré, madre —responde y corta la llamada. Ya tendrá tiempo de hablar con ella con más calma cuando se sienta con ánimos. Ahora se siente sobrepasado de trabajo y responsabilidades. Julián pone en marcha la camioneta nuevamente mientras mira por el espejo retrovisor al alfa. Lo conoce desde que era un cachorro y sabe que algo l
—¡Hasta que por fin el alfa Shadowfang se digna a atenderme! —dice Rubí, su hermana—. Pensé que debía pedir una cita en la empresa para poder hablar contigo.—Estaba en una reunión, hermana. ¿Cómo estás?—Pues estamos enojadas y a la vez preocupadas por ti. Extraño a mi hermano y mamá pregunta por ti todos los días —reclama Rubí—. No nos has llamado ni una sola vez en estos dos meses. Sabemos que eres fuerte y que puedes defenderte solo, pero no nos merecemos tu indiferencia.—Lo siento, hermana, pero realmente necesitaba ese tiempo a solas, desconectarme de Tierra de Pinares.—Me haces mucha falta, hermano, y a mamá.La voz de Rubí suena muy triste y Ragnar es consciente de ello. Quiere tener fuerzas para afrontar lo que le pasa, pero hay días en que ni siquiera él mismo se soporta y no quiere que los demás carguen con él ni con su carácter de mierda. —¿Vendrás a casa esta noche? —pregunta su hermana—. Podemos ir a cenar juntos los tres en ese restaurante que tanto te gusta. —Solo
Katrina acomoda algunas cosas dentro de su florida mochila para ir hasta el departamento de Amber para ver si se puede rescatar algo de sus notas y carpetas que se quedaron en el castillo cuando Lorena la atacó. No piensa quedarse aquí todo el día con su suegra, recriminándola todo el tiempo y diciéndole la poca cosa que es en comparación con su hijo. Se da un baño breve, luego se viste con sus típicos pantalones de mezclilla y camiseta. Se coloca un poco de base de corrector para tapar sus profundas ojeras, luego de tanto vómito y llanto, y con una coleta alta de caballo, ya está lista.Ahora está totalmente segura de que no va a decirle a nadie lo de su embarazo, al menos no ahora mismo o hasta que su esposo se dé cuenta. Conociendo a Marta, es capaz de hacer algo para que ella pierda a su cachorro. No va a permitir que le hagan daño a su hijo, aunque tenga que esconderlo hasta el momento del nacimiento. No sabe cómo lo hará, pero buscará la forma de hacerlo.Una vez lista, toma su
—Creo que estás un poco confundido —dice Jarl mirándolo fijamente, algo en la mirada de él deja temeroso a Mauricio. Los ojos de Jarl se tornan de un color pardo claro, tornando a naranja, y su voz se vuelve más ronca—. Yo no te pregunté si estabas de acuerdo o no.—¿De qué estás hablando, Jarl? ¿Acaso perdiste la razón? Tú eres el presidente de Sofisthy, pero yo soy el dueño, soy yo el que decido que se hace y qué no.—No estás entendiendo nada, suegro —responde Jarl golpeando sus dedos impacientemente por el pulido escritorio—. No necesito tu permiso para nada porque tú no eres el dueño de absolutamente nada.Los ojos de Mauricio se abren de par en par, mientras que la sonrisa de Jarl se ensancha. ¿Acaso él sabe del testamento de Lauren?—No sé qué pretendes, pero no pienso perder mi tiempo contigo, Jarl —Mauricio se levanta de su silla, pero un gruñido amenazante lo deja estático en su sitio. Sabe del carácter y fuerza de su yerno, sin contar que Job es el lobo más fuerte y grande
—No puedes hacer eso, yo soy tu compañera, tu esposa, no tu prisionera, Jarl —chilla Katrina con la decepción chorreando por su mirada.—Por supuesto que puedo y ya lo estoy haciendo. Me conoces, Katrina, sabes bien que si intentas resistir será peor para ti.—¿Qué va a pasar con mis estudios y mi trabajo? El salario que gano allí es mi sustento —Solloza la joven, con angustia.—Eres mi esposa, mientras que estés aquí no te va a faltar nada. —¿La conexión que dijiste tener conmigo era falsa? —Jarl emite un resoplido al oírla. Katrina empieza a sollozar —¿Qué es lo que quieres de mí, Jarl si ni siquiera me amas?Jarl se levanta y la toma de la cintura, la tira a la cama y se pone encima de ella. Katrina se aterroriza de pronto. —Lo que quiero es follarte de todas las maneras posibles hasta que tu cuerpo y el mío ya no puedan más, quiero que me cumplas como mujer y como esposa, que me exprimas tanto que me dejes acabado. Quiero sentir cada parte de tu cuerpo, sentirlo totalmente mío.
Luego de algunos segundos de oscuro silencio entre madre e hijo, Jarl asiente. Marta se lleva las manos a la cabeza. Mira a su hijo y vuelve a negar. Tener que ser amable con esa niña le va a costar mucho.Katrina despierta adolorida, pero no precisamente de la caída que tuvo antes de ayer. Mira abatida su cuerpo desnudo bajo la sábana con una buena cantidad de moretones. ¿Cómo es que Jarl siempre consigue de ella lo que quiere? ¿Acaso alguna vez dejará de ser tan tonta?Negar que lo ama y que le encantó todo lo que le hizo anoche es como querer negar que el sol existe, pero eso no cambia la situación entre ellos, todo lo que ha pasado y descubierto estos últimos días.Desvía su vista hacia la puerta y suspira pesadamente. Hace amago por levantarse, pero en ese momento la puerta se abre y Sara entra con una charola llena de comida. El olfato de Katrina se activa de inmediato y su estómago gruñe. Ayer no comió absolutamente nada. —Aquí tiene su desayuno, señora —dice ella dejando las
Ragnar despierta sobresaltado, se levanta de la cama y mira para todos lados, tratando de enfocar la mirada. Toma su cabeza entre las manos y niega. Esto siempre pasa cada vez que viene aquí.Un fuerte dolor de pecho lo ataca justo en ese momento. Saca su frasco de píldoras que siempre lleva en el bolsillo de sus pantalones y se lo toma inmediatamente para mermar el dolor. Respira profundamente un par de veces y luego sale de la mansión sin importarle que sea de madrugada para ir hasta su departamento.Despierta a Julián y le pide que lo lleve. En todo el camino, Ragnar permanece con la cabeza agachada y tomada entre las manos. Julián lo mira con mucha preocupación. No está nada bien. —Llamaré al doctor, apenas lleguemos al departamento —dice Julián llamando su atención—. No tiene buen semblante, Alfa.—Ya estoy mejor, Julián, gracias por preocuparte, pero ya no es necesario —contesta Ragnar, tomando un poco de agua de su botella.—Entonces es mejor hacer una cita para estos días y q
La cena de cumpleaños de Mary termina siento menos desagradable de lo que había sido al principio para Ragnar. Conversa con algunos miembros del consejo a los que no había visto ya hace algún tiempo debido a su viaje a Nueva Zelanda.Ya con algunas copas de vino encima, Ragnar decide que ya es hora partir, aunque Mary intenta por todos los medios retenerlo.—¿No te gustaría salir a tomar unas copas mañana a la noche? —sugiere la mujer tomando del brazo a Ragnar justo antes de que él suba a su camioneta—. Solo un par de copas. Hace mucho que no salimos.—Tengo mucho trabajo y prefiero no trasnochar días tan seguidos—contesta él mirando su reloj, ya casi son las dos de la mañana—. Dejemos las copas para otra ocasión.—Bueno, no tenemos que tardar demasiado. Es la inauguración del local de mi madre y estoy seguro de que te va a gustar.—Como dije, no tengo tiempo, tengo mucho trabajo y prefiero no comprometerme a algo que no puedo cumplir. Además, creo que estás confundiendo las cosas, M