Luego de algunos segundos de oscuro silencio entre madre e hijo, Jarl asiente. Marta se lleva las manos a la cabeza. Mira a su hijo y vuelve a negar. Tener que ser amable con esa niña le va a costar mucho.Katrina despierta adolorida, pero no precisamente de la caída que tuvo antes de ayer. Mira abatida su cuerpo desnudo bajo la sábana con una buena cantidad de moretones. ¿Cómo es que Jarl siempre consigue de ella lo que quiere? ¿Acaso alguna vez dejará de ser tan tonta?Negar que lo ama y que le encantó todo lo que le hizo anoche es como querer negar que el sol existe, pero eso no cambia la situación entre ellos, todo lo que ha pasado y descubierto estos últimos días.Desvía su vista hacia la puerta y suspira pesadamente. Hace amago por levantarse, pero en ese momento la puerta se abre y Sara entra con una charola llena de comida. El olfato de Katrina se activa de inmediato y su estómago gruñe. Ayer no comió absolutamente nada. —Aquí tiene su desayuno, señora —dice ella dejando las
Ragnar despierta sobresaltado, se levanta de la cama y mira para todos lados, tratando de enfocar la mirada. Toma su cabeza entre las manos y niega. Esto siempre pasa cada vez que viene aquí.Un fuerte dolor de pecho lo ataca justo en ese momento. Saca su frasco de píldoras que siempre lleva en el bolsillo de sus pantalones y se lo toma inmediatamente para mermar el dolor. Respira profundamente un par de veces y luego sale de la mansión sin importarle que sea de madrugada para ir hasta su departamento.Despierta a Julián y le pide que lo lleve. En todo el camino, Ragnar permanece con la cabeza agachada y tomada entre las manos. Julián lo mira con mucha preocupación. No está nada bien. —Llamaré al doctor, apenas lleguemos al departamento —dice Julián llamando su atención—. No tiene buen semblante, Alfa.—Ya estoy mejor, Julián, gracias por preocuparte, pero ya no es necesario —contesta Ragnar, tomando un poco de agua de su botella.—Entonces es mejor hacer una cita para estos días y q
La cena de cumpleaños de Mary termina siento menos desagradable de lo que había sido al principio para Ragnar. Conversa con algunos miembros del consejo a los que no había visto ya hace algún tiempo debido a su viaje a Nueva Zelanda.Ya con algunas copas de vino encima, Ragnar decide que ya es hora partir, aunque Mary intenta por todos los medios retenerlo.—¿No te gustaría salir a tomar unas copas mañana a la noche? —sugiere la mujer tomando del brazo a Ragnar justo antes de que él suba a su camioneta—. Solo un par de copas. Hace mucho que no salimos.—Tengo mucho trabajo y prefiero no trasnochar días tan seguidos—contesta él mirando su reloj, ya casi son las dos de la mañana—. Dejemos las copas para otra ocasión.—Bueno, no tenemos que tardar demasiado. Es la inauguración del local de mi madre y estoy seguro de que te va a gustar.—Como dije, no tengo tiempo, tengo mucho trabajo y prefiero no comprometerme a algo que no puedo cumplir. Además, creo que estás confundiendo las cosas, M
—Pídeme cualquier otra cosa, Jarl, menos eso, por favor —Llora, Katrina negándose a tomar el celular—. Ella es mi amiga, la única que tengo.—Me tienes a mí —Jarl se sienta en la cama y la toma del rostro con ambas manos, uniendo su frente a la suya—. No necesitas a nadie más que a mí, Katrina. Mientras todos ellos estén rondando, nunca seremos felices. Amber siempre termina poniéndote en mi contra. —Ella no…—Ella siempre te ha dicho que no me aceptes, amor. Lo sé, la he escuchado yo mismo. Incluso me exigió que me alejara de ti. ¿Ella es la amiga que tanto amas? Amber nos quiere separados y tú sabes que lo que te digo es cierto. Katrina niega mientras su rostro se moja de lágrimas.—Toma el teléfono y dile que se vaya, es lo único que te pido. Te prometo que todo estará bien entre nosotros luego de eso, vas a volver a la universidad, conseguiré un puesto para ti en Sofisthy para que no regreses al castillo. Katrina mira el celular con el rostro abatido, pero esta vez lo toma. Mar
Katrina suspira desganada al mirarse en el espejo. Estas dos semanas su vientre se ha puesto un poquito más redondeado y duro, aunque no se nota aún su embarazo, ella siente que sus pantalones la aprietan más en la parte de la cintura y eso la tiene muy inquieta y aturdida.Busca entre sus ropas un vestido más suelto que le permita esconder su vientre y una chaqueta para combinar. Nunca ha tenido mucha ropa, porque no gasta ni tiempo ni dinero en eso, pero ahora realmente le hacen falta más opciones.Se peina su largo cabello en una coleta alta y se coloca base de maquillaje para tapar sus enormes ojeras y ya lista, baja al comedor. Hoy tiene exámenes finales del año en la universidad y no puede faltar.Marta está sentada en el sofá, con una revista de moda en su mano y una taza de café a su lado. Ella levanta la vista y mira a Katrina con el ceño fruncido.—Al menos hiciste algo bien, por eso mi hijo te dejó salir —Se burla la suegra. Katrina no contesta nada, pero recuerda el docume
En la mansión Grimlore, Katrina mira la hora en el reloj y puede imaginar perfectamente por qué Jarl no ha llegado todavía. En estas semanas aprendió a ignorar lo que él haga o deje de hacer y gracias a eso se siente más aliviada y en paz. Si esta es la vida que a él le gusta, pues que haga lo que quiera con tal de dejarla en paz.Se levanta de la cama y toma del cajón el nuevo notebook que Jarl le trajo en la mañana y va a la cama para ver algunas cosas en internet. No le gusta perder el tiempo en estas cosas, pero ahora mismo le sirve para distraerse. No es hasta que mira la hora en la pantalla que se da cuenta de que casi son las 4 am y cómo lo había predicho, su esposo no llegó todavía. Borra rápidamente todo el historial de búsqueda por si a Jarl se le antoja revisar y deja la notebook donde estaba para poder dormir lo poco que resta de la madrugada.Ya a la mañana, su puerta se abre bruscamente y un olor a alcohol le hace fruncir el ceño. Ella cierra los ojos inmediatamente y f
En el castillo de Alba Noctis, Lizzie se encuentra en el balcón conversando con su madre. Ambas están de acuerdo que no pueden perder el tiempo con Katrina. Lo que vayan a hacer, lo deben hacer ahora mismo, peor aún si está preñada como se imaginan.La puerta se abre de pronto y Mauricio se acerca a ellas con el ceño fruncido. Escuchó algo de la discusión entre ellas antes de entrar, pero nunca saldría en contra de su esposa y de su hija.—¿Qué está pasando? —pregunta él en tono severo. Ambas mujeres se miran sin saber qué decirle al hombre—. ¿Cuál es el problema con Katrina esta vez?—No pasa nada, papi, ya sabes cómo es mi hermana, siempre pensando mal de mí —cuenta Lizzie abrazando a su padre. —Ya deberían dejar esa rencilla atrás, no es bueno que estén peleadas todo el tiempo siendo hermanas —dice Mauricio.—Es lo que yo le estaba diciendo a nuestra hija, Mauricio —Interviene Lorena—. Ahora más que nunca deberíamos intentar llevarnos bien con Katrina.Mauricio está de acuerdo al
Katrina se levanta pesarosa esta mañana, mira a su costado y el lugar de su esposo sigue intacto como lo estaba anoche cuando se fue a dormir. Ya lo suponía, hasta ahora es que se da cuenta de lo ciega y tonta que era con respecto a él.Va hasta la ducha, bastante desanimada, pero el agua tibia consigue tranquilizarla un poco. Cuando sale, Jarl ya está sentado en la cama, esperando.—Buenos días —dice ella pasando a su lado. Un gruñido es la respuesta que recibe de su parte.Aunque se muere de ganas de preguntar dónde estaba él hasta esa hora, se aguanta. Camina hasta su armario y busca su ropa interior y el atuendo que va a llevar a la universidad.Mientras busca sus cosas en su cajón, un perfume peculiar llega hasta sus fosas nasales y la sobresalta.Jarl la toma de la cintura desde atrás. Desata el nudo de su bata y empieza a tocar sus senos lentamente mientras aspira el aroma de su cuello. Katrina se pone nerviosa. Tiene miedo de que él se dé cuenta de que está embarazada. Su cint