Katrina suspira desganada al mirarse en el espejo. Estas dos semanas su vientre se ha puesto un poquito más redondeado y duro, aunque no se nota aún su embarazo, ella siente que sus pantalones la aprietan más en la parte de la cintura y eso la tiene muy inquieta y aturdida.Busca entre sus ropas un vestido más suelto que le permita esconder su vientre y una chaqueta para combinar. Nunca ha tenido mucha ropa, porque no gasta ni tiempo ni dinero en eso, pero ahora realmente le hacen falta más opciones.Se peina su largo cabello en una coleta alta y se coloca base de maquillaje para tapar sus enormes ojeras y ya lista, baja al comedor. Hoy tiene exámenes finales del año en la universidad y no puede faltar.Marta está sentada en el sofá, con una revista de moda en su mano y una taza de café a su lado. Ella levanta la vista y mira a Katrina con el ceño fruncido.—Al menos hiciste algo bien, por eso mi hijo te dejó salir —Se burla la suegra. Katrina no contesta nada, pero recuerda el docume
En la mansión Grimlore, Katrina mira la hora en el reloj y puede imaginar perfectamente por qué Jarl no ha llegado todavía. En estas semanas aprendió a ignorar lo que él haga o deje de hacer y gracias a eso se siente más aliviada y en paz. Si esta es la vida que a él le gusta, pues que haga lo que quiera con tal de dejarla en paz.Se levanta de la cama y toma del cajón el nuevo notebook que Jarl le trajo en la mañana y va a la cama para ver algunas cosas en internet. No le gusta perder el tiempo en estas cosas, pero ahora mismo le sirve para distraerse. No es hasta que mira la hora en la pantalla que se da cuenta de que casi son las 4 am y cómo lo había predicho, su esposo no llegó todavía. Borra rápidamente todo el historial de búsqueda por si a Jarl se le antoja revisar y deja la notebook donde estaba para poder dormir lo poco que resta de la madrugada.Ya a la mañana, su puerta se abre bruscamente y un olor a alcohol le hace fruncir el ceño. Ella cierra los ojos inmediatamente y f
En el castillo de Alba Noctis, Lizzie se encuentra en el balcón conversando con su madre. Ambas están de acuerdo que no pueden perder el tiempo con Katrina. Lo que vayan a hacer, lo deben hacer ahora mismo, peor aún si está preñada como se imaginan.La puerta se abre de pronto y Mauricio se acerca a ellas con el ceño fruncido. Escuchó algo de la discusión entre ellas antes de entrar, pero nunca saldría en contra de su esposa y de su hija.—¿Qué está pasando? —pregunta él en tono severo. Ambas mujeres se miran sin saber qué decirle al hombre—. ¿Cuál es el problema con Katrina esta vez?—No pasa nada, papi, ya sabes cómo es mi hermana, siempre pensando mal de mí —cuenta Lizzie abrazando a su padre. —Ya deberían dejar esa rencilla atrás, no es bueno que estén peleadas todo el tiempo siendo hermanas —dice Mauricio.—Es lo que yo le estaba diciendo a nuestra hija, Mauricio —Interviene Lorena—. Ahora más que nunca deberíamos intentar llevarnos bien con Katrina.Mauricio está de acuerdo al
Katrina se levanta pesarosa esta mañana, mira a su costado y el lugar de su esposo sigue intacto como lo estaba anoche cuando se fue a dormir. Ya lo suponía, hasta ahora es que se da cuenta de lo ciega y tonta que era con respecto a él.Va hasta la ducha, bastante desanimada, pero el agua tibia consigue tranquilizarla un poco. Cuando sale, Jarl ya está sentado en la cama, esperando.—Buenos días —dice ella pasando a su lado. Un gruñido es la respuesta que recibe de su parte.Aunque se muere de ganas de preguntar dónde estaba él hasta esa hora, se aguanta. Camina hasta su armario y busca su ropa interior y el atuendo que va a llevar a la universidad.Mientras busca sus cosas en su cajón, un perfume peculiar llega hasta sus fosas nasales y la sobresalta.Jarl la toma de la cintura desde atrás. Desata el nudo de su bata y empieza a tocar sus senos lentamente mientras aspira el aroma de su cuello. Katrina se pone nerviosa. Tiene miedo de que él se dé cuenta de que está embarazada. Su cint
Katrina cierra la pantalla de la notebook y se niega a seguir mirando aquello tan horroroso.Unas lágrimas empiezan a rodar por su rostro al recordar el último video subido. Es él, Jarl, torturando a una joven hasta dejarla gravemente herida. Lo reconoce por su lunar en el brazo derecho. ¿Estas son las cosas que hace cuando no viene a dormir?Katrina llora como nunca antes lo había hecho. Esta es la parte oscura de Jarl que ella se negaba a descubrir y que hoy la golpea fuerte en la cara.Amanece y unos toques a su puerta la sobresaltan. Mira hacia la ventana y ya ha amanecido completamente.—¿Sí? —pregunta muy desanimada. El intenso dolor de cabeza es la señal de todo lo que ha llorado durante horas antes de caer dormida, casi al amanecer.—Señora Katrina, la camioneta, ya está lista y esperando por usted —responde Sara del otro lado de la puerta.—Me daré un baño rápido y ya salgo. —Katrina sale de la cama y ni siquiera espera la contestación de la empleada. Entra a la ducha por un
Ragnar baja de la camioneta y da una pequeña caminata alrededor de la cabaña, mientras Julián baja sus maletas y las coloca en la habitación. Al final prefirió que él lo acompañara para no venir totalmente solo a este sitio, que es la primera vez que visita. Había venido a Brasil otras veces solamente para hacer negocios, pero a esta montaña nunca y prefiere tener respaldo por si algo imprevisto se presenta. Llega hasta una parte elevada, levanta la nariz y cierra los ojos para aspirar profundamente. Un aroma sutil, pero delicado, acaricia sus fosas nasales y lo hace estremecer como nunca antes. Abre los ojos bruscamente y Remus se manifiesta dentro de su cabeza pidiendo ser liberado. Ragnar se quita el calzado y empieza a correr por un sendero varios kilómetros adelante sin llegar a convertirse todavía, pero llegando hasta una grandiosa laguna. Es capaz de percibir muchos aromas distintos en este sitio y ahora se siente confundido con respecto a lo percibido hace rato, descubre que
Katrina Grimlore despierta aturdida y algo perdida. Mira hacia la ventana y no tiene idea de cuánto tiempo se quedó dormida. Se supone que estaba atardeciendo cuando ella se sintió mal en el lago. Se levanta bastante mejorada del mareo horrible que ayer la había atacado. Toma su celular de la mesita de noche y encuentra algunas notificaciones de Jarl. Ni siquiera se toma la molestia de leerlas. Frunce el ceño al darse cuenta de que casi estuvo dormida 24 hs.Va hasta la ducha y tras un baño corto, se coloca un vestido largo en tono blanco que había comprado hace unos días, unas balerinas y sale de la cabaña asegurándose de no hacer ruido al salir. No tiene ni idea dónde debe estar su hermana ni el omega que los había acompañado hasta aquí, pero tampoco le importa. Cuando el aire fresco proveniente de la montaña golpea su rostro, sus sentidos se ponen en alerta. Respira profundo con los ojos cerrados y una sensación que nunca antes había sentido la abraza. Su piel se empieza a erizar
Remus corre por kilómetros enteros por entre la selva sin darse un segundo de descanso. Ya está agotado, pero tanto a Ragnar como a Remus les gusta llevar su cuerpo al extremo, especialmente después de tener una de esas pesadillas que lo dejan de muy mal humor. Los quejidos de Remus le parecen extraños a Ragnar. Él está demasiado agitado, nervioso y angustiado por algo que su contraparte humana no entiende. Desde ayer que llegaron a la cabaña está agitado y eso no es algo que él haga comúnmente, al menos no desde que Anabella falleció. Con su fuerza y velocidad de poderoso alfa, no le cuesta saltar los obstáculos que se le imponen en el camino, a pesar de que es la primera vez que está en este sitio, lo recorre como si toda la vida hubiera estado por estos bosques. Cuando llega a la parte alta de una enorme roca, Remus se detiene bruscamente y empieza a chillar bajo, se mueve de un lugar a otro con la cola en punta. —¿Qué sucede? —pregunta Ragnar tratando de tomar de nuevo el con