La música lograba distraer sus pensamientos de manera leve, aunque, a ratos, nuevamente sentía la sensación de aquellos labios calientes rozando los de ella; había salido huyendo de Ares después de ese contacto y solamente escucho sus risas burlonas por ello. Sus mejillas nuevamente ardían, realmente, tener que estar a lado de ese demonio no estaba resultando tarea sencilla. Sus pasos avanzaban con premura hasta el pequeño lago al fondo de su propiedad. Los audífonos en sus oídos repetían aquellas pegajosas melodías que tarareaba alegremente para evitar pensar en cosas que no debía. Ares se había quedado junto a ese otro demonio enfrascado en una charla que ella no lograba comprender; cosas de demonios a final de cuentas. Una sonrisa de ironía se dibujo en sus labios, ¿En que momento fue que comenzó a acostumbrarse a ver demonios infernales de leyenda andado en pijama por su casa y comadreando despreocupadamente? Aquello era tan absurdo que parecía irreal.Había hablado con su querida
El viento soplaba tan frio que golpeaba directamente su hermoso rostro y las lágrimas que se derramaban como una cascada desde esos ojos verdes como esmeraldas, parecían congelarse en su sitio, el velo blanco se voló de su cabello que aún estaba un poco acomodado en ese elegante tocado, danzando en el aire como una bailarina de ballet ante ella, el hipeo de su respiración entrecortada resonaba en el silencio de ese sitio en las alturas, el vértigo que sentía la mareaba mientras su vista se clavaba en la caída de no menos de 150 metros que se apreciaba hacia el fondo, la cola de su vestido de novia, demasiado pesada, era quizás la única razón por la cual la fuerza del viento aun no la había tirado desde aquella orilla del alto edificio donde se encontraba parada aun debatiéndose sobre arrojarse al abismo y olvidarlo todo o intentar levantarse junto a los pedazos que quedaban de su vida, y es que, ¿Cómo iba a recuperarse de aquello? Durante los últimos diez años había amado a ese hombre
La luz que se filtraba por la ventana le lastimo los ojos, todo su cuerpo le dolía, ¿Qué había pasado? Un desfile de flashazos con los recuerdos del día y la noche anterior le golpearon la cabeza provocando un dolor insoportable, era verdad, apenas el día anterior había sido abandonada en el altar por Bernard, y este, se había fugado junto a Ciara y su dinero, apretando los puños sobre las sábanas blancas que apenas acababa de apreciar con la vista nublada, sintió nuevamente aquel odio atroz y deseo de venganza quemarle el pecho, pero entonces, ¿La visión y palabras de aquel demonio hermoso habían sido solo un sueño? Ares, ese era el nombre que recordaba ese hermoso ser le había dado, Por supuesto que debía ser así, esos seres no podían ser reales, aunque no lograba recordar demasiado de ello, tan solo, que había estado a punto de lanzarse al vacío desde el rascacielos de su compañía, no tenia idea de donde se encontraba, pero sentía el cuerpo como si le hubiese pasado un camión por e
Hubo un tiempo en que los demonios y los humanos caminaron juntos en la tierra del pecado, cada noche, cada vela que se encendía en un débil intento por ahogar a las tinieblas, la Edad Oscura de los griegos y el oscurantismo religioso…aquel periodo del pocos saben, que muchos más ven como nada más que un mito en donde la superstición de la iglesia suprimió y apago mentes brillantes para mantener sus beneficios, donde a través del miedo, la gente obedecía y se ocultaba de las pesadillas, pero la realidad, era mucho más que eso, siempre, desde el principio de los tiempos ha sido mucho más que solo la punta del iceberg que el hombre de carne puede ver, demonios, brujas, fantasmas, el misterio de lo que hay más allá, el deseo de lo prohibido, siempre ha sido lo que mueve a los humanos, lo que los hace ir más allá, amor, miedo, odio, deseo…venganza…los humanos son criaturas que desde su nacimiento, sienten, sienten tanto que son sus sentimientos lo que rige eternamente sus miserables exist
Para por favor Bianca, es solo una niña, no lograras nada haciendo esto – Basta Hassel, se que ella es lo que el quiere, me lo ha dicho en sueños y yo…yo voy a entregársela a él, ella tiene el cabello rojo maldito de tu familia, ella tiene los ojos del diablo, por eso debo entregársela, ella le pertenece y tarde o temprano estará con el –¡No, no voy a permitirlo…aun tenga que matarte – El sol que se escabullía entre las blancas y finas cortinas de sus aposentos la golpeo directamente en la cara haciéndola quejarse de molestia.Incorporándose con pesadumbre, se toco la cabeza sintiendo de nuevo aquellas dolorosas punzadas por las que siempre culpo al estrés de dirigir un imperio empresarial en cuanto cumplió la mayoría de edad y pudo asumir el poderío de su legado, los recuerdos de aquella pesadilla la hicieron abrazarse a sus rodillas y luego mirar hacia el mismo ventanal que tenia años viendo y que daba a una sección de su jardín prohibida para casi todos…no quería recordarlos, au
“El demonio siempre vive al acecho, en cada remoto lugar, en cada morada sombría, en cada pasaje tétrico, pero creo, que, si Satanás pudiese amar, dejaría de ser malvado”La noche había llegado tan a prisa que apenas si había sentido el paso del día que estaba ya terminado. Resolviendo mil asuntos y tranquilizando a sus socios, una hermosa pelirroja caminaba fuera de su enorme edificio para buscar su auto. Mirando hacia arriba, sintió un horrendo escalofrió recorriéndola; desde esa altura estuvo dispuesta a lanzarse para terminarlo todo de una sola vez…sus sesos habrían quedado embarrados y regados sobre el mismo pavimento donde estaba caminando.Hacia ya una quincena desde que aquello había ocurrido, estaba ya completamente recuperada y en forma, lista para vengarse de quien la llevo hasta esa situación. Ares salía tras de ella y caminaba a sus espaldas sin decirle palabra alguna, lo había presentado como su nuevo y más importante socio y mas de una persona se había quedado boquiabie
El calor del sol sobre la piel era algo delicioso que merecía disfrutarse con calma. El viento salino de los mares le golpeaba con amabilidad el rostro como si de una suave caricia se tratase. Era ya un mes desde que había huido de su boda con Briana Relish, un mes que había vivido como si estuviese en el paraíso con el dinero que había tomado de ella. Había sabido por algún aliado, que la joven de cabellos tan rojos como el fuego, había salido huyendo de aquella vieja abadía en donde se casarían y muchos, rumoraban que había tratado de suicidarse, aunque, ciertamente, no tenia certeza alguna sobre eso ultimo. El sonido de la pegajosa melodía de su celular, le avisaba de una llamada entrante.– Capella – respondió con un aire de indiferencia sin dejar de apreciar la belleza de aquel atardecer.– Vaya, hasta que respondes, te tengo noticias, Briana a aparecido por fin en las oficinas para enfrentar a los socios, pero, no lo ha hecho sola, junto a ella llego un hombre muy apuesto dicien
"Creo que todos tenemos un alma, sin importar quienes seamos o lo que seamos. Las flores en los campos, el zorro en su madriguera, los ríos que atraviesan las valles y la más alta montaña, todos, humanos y demonios también, tenemos un alma y por ello, somos capaces de amar...de sentir"El viento frío se coló por el ventanal entreabierto aquella mañana, logrando hacerla despertar. Tocándose la cabeza, sentía un dolor punzante al recordar aquel sueño. Aquella hermosa mujer pelirroja de puros y hermosos ojos verdes, se parecía tanto a ella que no habría podido distinguirse a no ser de aquel viejo vestido que parecía de hace siglos. Hacía años que no soñaba con ella. Recordaba haberla visto demasiadas veces dentro de sus sueños cuando aún era una niña y siempre diciendo cosas sin sentido, aunque, igual que aquellos entonces, se despertaba con la sensación de haber sido ella quien decía aquellas palabras. Negando en silencio, se levantó de la cama para comenzar su día y entrar a la ducha l