La luz que se filtraba por la ventana le lastimo los ojos, todo su cuerpo le dolía, ¿Qué había pasado? Un desfile de flashazos con los recuerdos del día y la noche anterior le golpearon la cabeza provocando un dolor insoportable, era verdad, apenas el día anterior había sido abandonada en el altar por Bernard, y este, se había fugado junto a Ciara y su dinero, apretando los puños sobre las sábanas blancas que apenas acababa de apreciar con la vista nublada, sintió nuevamente aquel odio atroz y deseo de venganza quemarle el pecho, pero entonces, ¿La visión y palabras de aquel demonio hermoso habían sido solo un sueño? Ares, ese era el nombre que recordaba ese hermoso ser le había dado, Por supuesto que debía ser así, esos seres no podían ser reales, aunque no lograba recordar demasiado de ello, tan solo, que había estado a punto de lanzarse al vacío desde el rascacielos de su compañía, no tenia idea de donde se encontraba, pero sentía el cuerpo como si le hubiese pasado un camión por encima.
– ¡Briana! ¡Por fin despiertas, dios mío que angustia!, déjame llamar al doctor –
Intentando enfocar a la figura femenina, la única que podía tener esa chillona y molesta voz, finamente pudo ver a Laura, su amiga de infancia y quien, junto a la traidora que huyo junto a su ex prometido, era casi como una hermana.
– Laura, dime en donde estoy, diablos, ¿Qué me paso? Seguramente Bernard y Ciara deben de estar por despegar con rumbo desconocido y yo aquí – la pelirroja se quejo y pudo ver que se encontraba en un hospital.
Laura guardo silencio por un momento antes de responder, Briana lucia increíblemente hermosa, mucho más de lo que siempre había sido, no había rastro alguno de heridas en su cuerpo, casi había muerto, ¿Cómo era posible aquello?
– Briana es…es que acaso ¿No recuerdas nada? – cuestiono la joven de cabello castaño y ojos del mismo color.
La pelirroja la miro con curiosidad, ¿Qué tenía que recordar?
– ¿De qué hablas? Anda, ayúdame a quitarme estas cosas, no voy a dejar que se larguen y se salgan con la suya llevándose lo que es mío, el dinero de mi familia – respondió Briana intentando arrancarse los chupones de su pecho.
Laura se estremeció en demasía al verla como si no hubiese caído de una altura de más de 150 metros. – Gina, ¿Estas bien? – le cuestiono con una mezcla entre asombro y horror.
– si Laura, estoy bien, ¿Por qué la m*****a insistencia? ¡Ayúdame! Necesito darle alcance a ese imbécil infiel a esa perra traidora – la pelirroja miro con enojo a su mejor amiga.
Acercándose a ella, Laura la recostó sobre la cama del hospital de su familia, parecía estar demasiado desorientada y decía incoherencias.
– Cálmate, ya llamé al médico, debe de llegar en un momento – insistió la joven.
– ¿Qué es lo que ocurre contigo? ¿Acaso piensas permitir que se burlen de mí? – grito con enfado la pelirroja.
– ¡No Gina, por supuesto que no! Pero no tiene caso que los persigas, ellos ya se han ido, se fueron hace días – dijo Laura con angustia y coraje.
Briana se quedó petrificada, ¿Días? Bernard y su zorra traidora, ¿Se habían marchado hacia días?
– Se fueron el mismo día de la boda, se llevaron una de las avionetas de tu padre, por supuesto, todos los están buscando, pero nadie ha ido demasiado lejos porque estábamos al pendiente de ti, llevas casi una semana en coma, por dios Gina, ¿Por qué lo hiciste? Morir por ese infeliz no merece la pena, se que lo que te hizo fue horrendo, pero…
– ¿Una semana en coma? – cuestiono la pelirroja interrumpiendo a su amiga – dices que yo, ¿Me intente suicidar? – cuestiono casi con incredulidad, por supuesto, sentía el cuerpo molido, pero no veía en sus brazos o piernas señales de haber hecho algo como aquello, además, se había arrepentido en el último segundo.
– Si, te arrojaste del último piso del edificio de Black Grimoire, pero veo que en realidad no te ocurrió nada considerando esa tremenda altura…quizás el vestido…no lo sé, pero lo único que importa es que estas bien, no quiero que pienses en ninguno de esos dos por ahora, Dante ya se ha hecho cargo de bloquear todo acceso a tus cuentas, así que lo que se llevaron, es lo único que tendrán, por ahora descansa, te lo ruego – suplico la castaña con seriedad.
– ¿Y ese hombre? Estoy segura de que, si en verdad caí, lo hizo un hombre conmigo – cuestiono la pelirroja. – ¿Un hombre? No se de que estas hablando, ya es un verdadero milagro que sobrevivieras a una caída así, dios Gina, nadie sobrevive a eso, pero de alguna manera tu si, todos creen que en realidad te arrojaste del tercer piso, no del último, pero Dante y yo vimos las cámaras, estabas tu sola…en el ultimo piso…te vimos caer en la grabación de allí, ¿Cómo…es posible? No tienen ni un solo rasguño…simplemente no lo puedo creer – dijo la joven mujer.
¿Sería posible? Ese hombre, ese ser…no, de ninguna manera, negando en silencio miro el asombro en la cara de su mejor amiga, tenia que haber una explicación lógica a todo aquello…pero no quería ni tenia tiempo de pensar en eso, encontrarlos, encontrar a ese par de traidores era su prioridad.
– Es posible que únicamente hayan visto como caía, pero hay un balcón mas abajo ¿No es así? Posiblemente la señorita Relish cayo en el y luego, semi inconsciente, llego por sus propios medios hasta abajo y se derrumbo saliendo de su edificio, me parece algo mucho mas razonable a realmente creer que sobrevivió a semejante altura ¿No lo cree señorita Bridgetown? –
La hermosa pelirroja sintió que su corazón se detuvo en ese instante, cuando, vestido de médico, aquel ser entraba con una apariencia mas humana, pero sin duda, aquellos ojos que castañeaban en un rojizo infernal, eran los mismo que vio esa noche, cuando pensó en suicidarse, no le quedaron dudas al sentir su alma estremecida, ese hombre…era un demonio…uno real, entonces, ¿Él la había hecho caer sin recibir ningún daño? Su mente no lograba entender lo que estaba pasando o lo que ya había pasado, ella… ¿Había vendido su alma?
– A…Ares…
Dijo apenas en un hilo de voz Briana.
– ¿Cómo? ¿Ya lo conocías? Vaya, esto si es una sorpresa, ¿Como es posible que no haya visto a un médico tan guapo en el hospital? Que guardado lo tenías Gina – dijo la joven castaña intentando aligerar el ambiente que se tornaba pesado.
– Por supuesto, la señorita Briana y yo nos conocemos demasiado bien…podría decirse que estamos más que unidos por las coincidencias – respondió Ares sin dejar de mirar a la pelirroja que se había quedado muda.
– Oh vaya, vaya, pues los dejo solos, el doctor debe revisarte Gina, entrare de vuelta en un momento –
Cuando Laura salió, Briana pareció recuperar el habla. – Que… ¿Qué es esto? ¿Quién demonios eres? – cuestiono la pelirroja.
– Vamos, ya te he dicho mi verdadero nombre, aunque por supuesto, no podrás recordarlo, tenemos un pacto por cumplir dulce y pueril Briana, nos hemos unido con ello, eres mía, tu alma me pertenece y cuando cumpla todo lo que demandes, la devorare completa, por ahora, hacerme pasar por tu socio es lo adecuado, no podrás alejarte de mí aun cuando te arrepientas de nuestro contrato, si lo haces, sufrirás un terrible dolor, ¿Qué dolor? Seguramente te preguntaras, bien, te lo explicare, debiste morir por suicidio, ese era tu destino, en efecto y como dijo tu ruidosa amiga, caíste desde el último piso de ese edificio, no moriste gracias a nuestro pacto, sin embargo, si te alejas, si decides romper conmigo preciosa, cada hueso en tu haber se romperá y deformara como debió ser en esa caída, y no solo será eso, al ser una hermosa suicida, no tendrás cabida en el reino de los cielos que rige ese dios en el que nunca creíste, eres una simple humana aun con tu sangre, si violas la ley sagrada no tendrás el descanso eterno, vagaras sin rumbo eternamente sintiendo el dolor de tu muerte física y buscando una nueva oportunidad para renacer…así que, nos espera un largo tiempo juntos mi hermosa Briana –
La pelirroja apenas podía creer aquellas palabras, un escalofrió la recorrió desde su nuca para pasar luego por su espina dorsal hasta el último dedo de sus pies, aquello, ¿Era real? ¿Realmente Ares era un demonio? ¿Por qué no podía recordar su verdadero nombre? Una parte de ella se reusaba a creer que eso, era cierto.
Hubo un tiempo en que los demonios y los humanos caminaron juntos en la tierra del pecado, cada noche, cada vela que se encendía en un débil intento por ahogar a las tinieblas, la Edad Oscura de los griegos y el oscurantismo religioso…aquel periodo del pocos saben, que muchos más ven como nada más que un mito en donde la superstición de la iglesia suprimió y apago mentes brillantes para mantener sus beneficios, donde a través del miedo, la gente obedecía y se ocultaba de las pesadillas, pero la realidad, era mucho más que eso, siempre, desde el principio de los tiempos ha sido mucho más que solo la punta del iceberg que el hombre de carne puede ver, demonios, brujas, fantasmas, el misterio de lo que hay más allá, el deseo de lo prohibido, siempre ha sido lo que mueve a los humanos, lo que los hace ir más allá, amor, miedo, odio, deseo…venganza…los humanos son criaturas que desde su nacimiento, sienten, sienten tanto que son sus sentimientos lo que rige eternamente sus miserables exist
Para por favor Bianca, es solo una niña, no lograras nada haciendo esto – Basta Hassel, se que ella es lo que el quiere, me lo ha dicho en sueños y yo…yo voy a entregársela a él, ella tiene el cabello rojo maldito de tu familia, ella tiene los ojos del diablo, por eso debo entregársela, ella le pertenece y tarde o temprano estará con el –¡No, no voy a permitirlo…aun tenga que matarte – El sol que se escabullía entre las blancas y finas cortinas de sus aposentos la golpeo directamente en la cara haciéndola quejarse de molestia.Incorporándose con pesadumbre, se toco la cabeza sintiendo de nuevo aquellas dolorosas punzadas por las que siempre culpo al estrés de dirigir un imperio empresarial en cuanto cumplió la mayoría de edad y pudo asumir el poderío de su legado, los recuerdos de aquella pesadilla la hicieron abrazarse a sus rodillas y luego mirar hacia el mismo ventanal que tenia años viendo y que daba a una sección de su jardín prohibida para casi todos…no quería recordarlos, au
“El demonio siempre vive al acecho, en cada remoto lugar, en cada morada sombría, en cada pasaje tétrico, pero creo, que, si Satanás pudiese amar, dejaría de ser malvado”La noche había llegado tan a prisa que apenas si había sentido el paso del día que estaba ya terminado. Resolviendo mil asuntos y tranquilizando a sus socios, una hermosa pelirroja caminaba fuera de su enorme edificio para buscar su auto. Mirando hacia arriba, sintió un horrendo escalofrió recorriéndola; desde esa altura estuvo dispuesta a lanzarse para terminarlo todo de una sola vez…sus sesos habrían quedado embarrados y regados sobre el mismo pavimento donde estaba caminando.Hacia ya una quincena desde que aquello había ocurrido, estaba ya completamente recuperada y en forma, lista para vengarse de quien la llevo hasta esa situación. Ares salía tras de ella y caminaba a sus espaldas sin decirle palabra alguna, lo había presentado como su nuevo y más importante socio y mas de una persona se había quedado boquiabie
El calor del sol sobre la piel era algo delicioso que merecía disfrutarse con calma. El viento salino de los mares le golpeaba con amabilidad el rostro como si de una suave caricia se tratase. Era ya un mes desde que había huido de su boda con Briana Relish, un mes que había vivido como si estuviese en el paraíso con el dinero que había tomado de ella. Había sabido por algún aliado, que la joven de cabellos tan rojos como el fuego, había salido huyendo de aquella vieja abadía en donde se casarían y muchos, rumoraban que había tratado de suicidarse, aunque, ciertamente, no tenia certeza alguna sobre eso ultimo. El sonido de la pegajosa melodía de su celular, le avisaba de una llamada entrante.– Capella – respondió con un aire de indiferencia sin dejar de apreciar la belleza de aquel atardecer.– Vaya, hasta que respondes, te tengo noticias, Briana a aparecido por fin en las oficinas para enfrentar a los socios, pero, no lo ha hecho sola, junto a ella llego un hombre muy apuesto dicien
"Creo que todos tenemos un alma, sin importar quienes seamos o lo que seamos. Las flores en los campos, el zorro en su madriguera, los ríos que atraviesan las valles y la más alta montaña, todos, humanos y demonios también, tenemos un alma y por ello, somos capaces de amar...de sentir"El viento frío se coló por el ventanal entreabierto aquella mañana, logrando hacerla despertar. Tocándose la cabeza, sentía un dolor punzante al recordar aquel sueño. Aquella hermosa mujer pelirroja de puros y hermosos ojos verdes, se parecía tanto a ella que no habría podido distinguirse a no ser de aquel viejo vestido que parecía de hace siglos. Hacía años que no soñaba con ella. Recordaba haberla visto demasiadas veces dentro de sus sueños cuando aún era una niña y siempre diciendo cosas sin sentido, aunque, igual que aquellos entonces, se despertaba con la sensación de haber sido ella quien decía aquellas palabras. Negando en silencio, se levantó de la cama para comenzar su día y entrar a la ducha l
El movimiento del pincel sobre el lienzo siempre era algo francamente hipnotizante; hacia vibrar cada uno de los poros de su piel desde que era una niña. Darle vida a un blanco, era algo revitalizante que la llenaba de un vigor indescriptible. Crear una obra desde la nada, era un privilegio del que pocos podrían gozar, la pintura, era una de las muchas formas que tenía el arte, copiar un paisaje o dejar que la imaginación volara, era una marea de sensaciones excitantes de la que Briana Relish disfrutaba a plenitud; después de todo, era su único pasatiempo genuino y lo que más la ayudaba a calmar las ansiedades que dirigir una empresa dejaba en ella. Cuando en sus manos sostenía un pincel y frente a ella se encontraba un lienzo prístino, no existía nada más; eran solamente ella y aquel blancuzco pedazo de tela para crear universos fuera de la realidad que todos los días experimentaba.Belial observaba a la hermosa doncella que olía a pureza, danzar como una bella ninfa de un lado al ot
Se mía Briana, déjame llevarte a tu clímax, déjame perderme entre tus pliegues femeninos, descubre a mi lado el sabor de la pasión, déjame marcar cada parte de tu cuerpo, entrégate a mi eternamente. El sonido de la regadera abriéndose rompía el silencio en aquellos aposentos, agua fría resbalaba por su piel desnuda para calmar el calor repentino que aquellos sueños cada vez más vividos, le habían provocado. Sus mejillas aún permanecían encendidas en el carmesí de la vergüenza, apenas una noche atrás lo había pensado de manera morbosa e indecente, aquel misterioso y apuesto demonio mucho mayor a ella, Ares Blackburn, era quizás una influencia más que mala para ella, no quería desviarse de lo que realmente la tenía en aquella situación; su deseo de venganza contra su ex prometido.No era posible haber tenido un sueño tan…erótico…no sabía nada sobre ese ser, y, realmente, ¿Necesitaba saberlo? Era un demonio que deseaba devorar su alma, esa era todo lo que necesitaba entender. Aun sentía
Londres, Westminster, Inglaterra 1756.– Corre Fátima, ya van a marchar los soldados –Una joven de cabellos rojos que se alzaban al viento, corría con demasiado ímpetu hacia la callejuela donde ya se encontraba reunida una multitud de personas.– Espere señorita, su padre se enfadará de nuevo si la descubre hablando con los soldados otra vez –Una vieja nana andaba a duras penas tras aquella jovial muchacha con cabellos de fuego, de vivaces e inteligentes ojos verdes, ataviada con un vestido del mismo color de sus ojos.– Vamos, no te preocupes, papá esta demasiado ocupado en su despacho, no se dará cuenta – respondía animada aquella alegre joven.Emocionada de mirar marchando al batallón tras haberse firmado el Tratado de Westminster en días pasados, la joven pelirroja miraba con entusiasmo las casacas rojas adornadas con vistosas pasamerías doradas y exquisitos bordados que variaban según el rango del soldado. Aquello, era de cierta manera emocionante, así como preocupante, la guer