Capítulo 43

—No te preguntare nada más entonces, te dejaré solo. Si necesitas ayuda, estaré cerca, solo grita —me dice mientras deja la cocina cerrando la puerta.

Me quito la mochila y la dejo en la encimera a mi lado, abro la cremallera de ella y saco con cuidado los huevos y los dejo a un lado.

Oigo como hierve el agua y es hora de poner los huevos con sumo cuidado. Antes de hacer algo mal, voy a por las pinzas. Abro uno de los cajones donde deben estar guardadas, rebuscando un poco en el cajón, las encuentro al fondo de este.

—¡Ya te tengo!

Ya con las pinzas en la mano, me giro y me pongo delante del fuego donde está la olla hirviendo.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP