Estoy con los ojos como dos platos de grande, sin poder llegar a creer lo que está pasando. Conforme voy leyendo van saliendo las letras por arte de "magia".
—Con tu voz has activado la carta. Eso quiere decir que antes no ha aparecido nada más ya que no lo habías hecho.
—No tengo ni la menor idea de lo que dices, solamente he visto aparecer unas letras así por así. ¿Sois brujos? —abro los ojos y esperando la respuesta de mis amigos.
—No, pero tus familiares son descendientes —me empieza a explicar Bogdan —tu familia es la más poderosa y con una gran suma de dinero.
—¿Os creéis que me voy a tragar esa ridiculez? ¡Estáis majaras! —Julek niega con la cabeza y se cruza de brazos mirándome con reproche.
—Chicos, nos advirtieron que esto podía llegar a pasar —les dijo Eunika.
—Sí Cibor levantara cabeza se decepcionaría de ti —niega con la cabeza con desaprobación Dagmara.
—¿Conocisteis a mi bisabuelo?
—Sí, tú también, lo que pasa que no te acuerdas o esos recuerdos están borrosos para ti, eras muy pequeño, tenías como mucho dos años y medio, mientras tanto, nosotros teníamos casi cinco años.
—¿Vuestras familias tienen algún parentesco con la mía? —se miran entre los cuatro. Creo que debaten con las miradas si contarme o no.
Yo no estaba pensando con la cabeza, por una parte, sí, quería saber todo lo que pasaba y que es lo que rondaba en mi entorno de personas. Por una parte, no me gustó nada saber que ellos tenían conocimiento de todo y yo no sabía absolutamente nada.
Mire a cada uno de los presentes con detenimiento y por la forma que se comportaban en este momento sabía que si negaban a mi pregunta era que me estaban mintiendo en mi cara.
—Pues... —empezó Dagmara, presentía que le iba a decir la verdad, pero alguien le cortó.
—No —dijo tajante Eunika. No sabía el afán que tenía Eunika de mentir. No iba a llevarlos a ninguna parte.
¿Si eran de la familia, que parentesco tenía con ellos? ¿Eran primos? ¿Sobrinos? ¿Tíos? Si no tenían pensado decírmelo, me tocaba a mí descubrirlo por mis propios medios.
—Si tú te crees esa mentira que acabas de decir pues me alegro por ti Eunika, pero eso no quiere decir que te crea.
Me levanté de la silla cogiendo la carta y llevándola conmigo afuera d la biblioteca, sin decir nada a nadie. Salí por la puerta de la entrada y bajé las escaleras, no sabía si coger un coche e ir al centro de la ciudad a despejarme un poco. Voy al gran garaje que contenía más de cinco coches de las mejores marcas que hay en el mercado actualmente, yo principalmente no tenía mucho conocimiento de ello. El guardia que se encontraba custodiando el garaje me dejó entrar.
—Buenas tardes señor... ¿va a salir a alguna parte? —preguntó. Sé perfectamente que era su trabajo y aunque me encontraba algo mosqueado, él no tenía culpa alguna.
—Sí —conteste brevemente.
—Les diré a Gawel, Lech, Miloslaw y Rafal que se preparen —el guardia que todavía no sabía ni el nombre se llevó el móvil a la oreja para atender la llamada. Habla unos minutos con ellos y pide que vengan inmediatamente que "el señor" quiere salir. Un par de minutos después cortó la llamada y fijó su mirada en mí.
—En unos minutos llegan — pasan unos minutos y por la puerta entran cinco personas y una de ellas la reconozco enseguida; Aleksy y las tres restantes tenían que ser los tres guardaespaldas y el chófer que me llevaría y traería de vuelta a este lugar.
—¿Ibas a salir sin mí? Zarek, no puedes salir sin que yo lo sepa —le dijo con reproche —menos mal que Witold me informó de que ibas a ir a algún lugar.
—Esto es demasiado agobiante —suelto de golpe —no estoy acostumbrado a hacer lo que quiera sin tener a nadie que me controle ni que me siga a todas partes —poso la mirada en Aleksy.
—Lo siento mucho muchacho, pero lamentablemente es nuestro trabajo hacerlo —dijo uno de los hombres que habían entrado unto con Aleksy —. ¿Vamos?
—Sí —digo neutro. Él que me había hablado anteriormente caminó hasta un lado del espacioso lugar y con un mando subió las rejas de otro y cuando vi las camionetas negras, tenía más que claro que iría en uno de esos.
—Llama a Filip, Witold —determina Aleksy. ¿Para que necesitábamos tanta gente? ¡Solo daría un paseo! Pero en vez de replicar o decir algo, me mantuve en silencio.
Ande hasta llegar a Rafal que estaba esperando por mí en la puerta trasera de uno de los coches blindados para abrirme la puerta, entre al interior de este y me fije que era demasiado lujoso aparte de espacioso, todo el tapizado del coche era de color negro. Las ventanas eran polarizadas, de eso me había dado cuenta antes de entrar. Mire para delante, a los asientos delanteros donde en estos momentos, se montaba en el asiento de piloto Rafal y justo a su lado Aleksy; este último miro para atrás para mirarme pero yo aparto la mirada para situarla en la ventanilla.
—¿A dónde nos dirigimos señor? —dijo con un deje de interés.
—Centro de Detroit —digo todavía mirando por la ventanilla. Justo habíamos salido del gran garaje que me pertenecía y estábamos yendo por el gran camino lleno de frondosos árboles− que llevaba hasta la salida de mi gran palacio.
En cuánto salí de allí, inmediatamente me di cuenta que ahora viviría en una gran colina; y me preguntaba una cosa. ¿Estoy dentro de una película y no me he dado cuenta?
Descendemos de la colina y llegamos a un barrio bastante poblado, veo muchas casas similares y escasa gente por la calle.
—¿Nadie sale a la calle? —pregunto para mí mismo, pero sé que Rafal y Aleksy me han escuchado perfectamente.
—Estas casas son prestigiosas, vive pocas personas aquí — ¿cómo? Esto es demasiado raro y me explota la cabeza al saber que no comprendo nada. ¿Vivir pocas personas? ¿Solo las prestigiosas? ¿Qué quiere decir eso?
—¿Me explicas a que te refieres? —Veo a Rafal mirarme por el retrovisor del coche meditando como explicarlo.
—Aquí vive la gente que se gana vivir en este lugar tan prestigioso.
—¿Qué tiene que hacer para ganarse su lugar?
—Trabajando duro y ganándoselo, aquí cada uno recibe lo que se merece.
—¿Y alguna que otra persona ha dejado de trabajar duro, una vez obtenido esta casa y sus beneficios?
—Sí, hace apenas unos días h**o un caso como ese —me informó Aleksy por Rafal.
—No me estoy enterando de absolutamente de nada. No comprendo.
—Cuando lleguemos a casa te informaran de todo lo que quieras saber.
—Preferiría que me lo dijesen a lo largo de esta semana, tanta información me satura. Ahora solo quiero relajarme por las calles de Detroit, aunque con cuatro guardaespaldas y Aleksy creo que no va a poder ser —hago una mueca.
—Lo siento mucho, pero es nuestro trabajo; es nuestro deber hacer lo que nos mandan —aclara Rafal.
—Es muy atosigante —me quejo.
—¿Tienes un año? ¿Quieres que te lleve a la guardería?
Sé que mi comportamiento no es el de una persona de dieciocho años, pero también debían de tener algo de comprensión. No hacia ni un día entero que me había enterado de todo esto ¿y quieren que me comporte como se debe? ¡Están locos!
—No, no tengo un año, pero tampoco me podéis pedir que me comporte como si nada hubiera pasado. Ya que vosotros, todos los que estáis trabajando para mi familia y mis amigos sabéis todo lo que pasa menos yo y no sois demasiado claros a la hora de decirme las cosas.
—Eres tan indeciso, chico —menea la cabeza de un lugar a otro negando con la cabeza. Yo de mientras doy vueltas a mi móvil distraídamente —estamos llegando al parque; Gawel, Lech, Miloslaw y Filip irán junto a ti. Llega a pasarte algo y nos descuartizan.
Rafal ve mis intenciones de bajar la ventanilla y con un potente “no” me prohíbe bajarla. Bufo cabreado. ¿Qué más me van a prohibir? ¿Respirar? ¿Vivir?
—¡Llegamos! —dicta Rafal. Iba a salir del coche, pero él me lo impide, sin embargo, Aleksy lo hace —. Sé que esto es inesperado aparte de precipitado y te está viniendo demasiado grande y no estás acostumbrado a tanta formalidad y a tanta seguridad, pero es nuestro deber hacerlo. Todos te tenemos que hablar de usted, es protocolo, ya sé que no estas conforme, pero no hay de otra.
En el fondo sabía que tenía razón en cada palabra que salía de su boca, pero no lograba grabarlo en mi cabeza, he pasado toda mi vida como una persona normal, hasta que de un día para otro me cambian absolutamente todo de mi vida, hasta de casa.
Él salió del coche y me abrió la puerta trasera; el lado puesto del conductor. Me da una sonrisa amplia pero apenas se le ve su blanca dentadura. Salgo del coche con mi móvil en mano y poniéndome los cascos para no escuchara nadie. Andaba sin rumbo fijo, hacia alguna parte de la ciudad. Tenía pensado en ir a mi piso, pero veía tan cambiado Detroit que estaba dudando si era mi ciudad natal o no.
—¿Enserio que esto es Detroit? —No hablo a nadie en particular —. ¿A dónde me habéis traído? Esta no es mi antigua ciudad.
—Es la misma ciudad con la misma gente Zarek —oigo la voz de Aleksy unos pasos más atrás.
—¿De verdad? Yo no veo a ningún alma por las calles —mi mirada se posa en cada rincón de cada lugar que puede llegar a apreciar y solo logro ver a un chico de apenas dieciséis años salir corriendo de un callejón perseguido por dos personas más —solo he logrado ver en todo lo que llevo de caminata a esas tres personas —Aleksy fija su mirada donde se encuentra la mía y frunce el ceño.
—¡Maldita sea! De nuevo Edek metiéndose en líos —maldice.
—¿Lo conoces? —asiente con la cabeza.
—Es mi hermano pequeño —me impresiona un poco esa afirmación. No lo conozco mucho, apenas se algo de él —si me da permiso iré a por él.
—Claro, adelante —hago un ademán para que lo haga. Miro hacia atrás y me encuentro con mis cuatro guardaespaldas manteniendo las distancias, pero nunca quitan sus ojos de mi persona. Eso me desespera. No me gusta tener tanta atención y ahora solo me quedaba acostumbrarme.
Vuelvo a fijar mi vista adelante y veo como Aleksy habla con su hermano menor Edek mientras venían en nuestra dirección. Me quedo quito esperando a que llegaran para saber que pasaba con él.
—¡Aleksy! —levanto algo la voz para que capte mi presencia ya que está sumergido en la conversación que mantiene con su hermano.
—Dime señor —levanta su cabeza mirándome directamente.
—¿Señor? —Habla su hermano extrañado por cómo me llama Aleksy — ¿Quién es este chico que le hablas con tanto “respeto”?
—Edek tener un poco de educación no te vendría mal —le reprochó su hermano. Reprimí una sonrisa —Señor…este es mi hermano Edek.
—Mucho gusto Edek, soy Zarek, descendiente de la realeza…según me dijeron. Si eso es todo desearía seguir caminando —aclaro dirigiéndome a ellos.
—Adelante —iba a seguir andando hasta que caí en la cuenta de que no sabía en donde me encontraba y me giré completamente para ver a todos a la cara.
—¿En qué calle se supone que estamos? —pregunto perdido.
—Enterprise Drive —contesta rápidamente Edek. Intento recordar ese nombre, pero en mi cerebro no consigue recordar cual es.
—Mi piso se encontraba en la calle…—intentaba recordar el nombre de nuevo, pero para mí mala suerte no recordaba.
—Caniff Street.
—¿Exactamente dónde queda ese lugar? —pregunto con la mirada más allá de los guardaespaldas. Allí se encontraba una persona mirándome fijamente a los ojos. Casi no se le podía apreciar ya que llevaba una gorra que le tapaba casi toda la cara —ahí hay alguien que nos está observando muy curioso.
Gawel, Lech, Miloslaw y Witold se pusieron alerta inmediatamente sacan sus armas de la cinturilla donde tienen la funda donde la guardan. La persona que me estaba observando se da la vuelta y se pierde en el callejón perdiéndose de nuestra vista.
—Eso fue raro suspiro.
—Vamos a la mansión —determina Witold. Iba a protestar, cuando de nuevo habla —sin objeciones.
***
En el camino a casa en el coche nadie hablo ni siquiera una vez, estuvimos callados todo el tiempo, aunque faltas no me faltaban para bombardearlos con preguntas. Creo que se están arrepintiendo en estos momentos en haberme sacado del palacio que tengo por casa.
Ahora me encontraba sentado en uno de los sofás que había en la biblioteca. Mis amigos no se encontraban aquí, no obstante tenia mis sospechas que no tardarían en aparecer por la puerta.
—¿Qué ha pasado? —pregunta Bogdan alarmado hacia Aleksy.
—El viejo Florián —suspira pesadamente.
¿Quién es Florián? ¿Viejo? Se veía demasiado joven para que le llamaran “viejo”.
—¿El brujo? —habla Dagmara esta vez.
—¿El sabio?
—¿Como? ¡No entiendo nada! Pero si habláis de la persona que hemos visto, debo decir que no se ve nada mayor —todos se callaron y me miraron cuando hable.
—Ese viejo tiene más de doscientos años, pero como él tiene demasiado poder; no tanto como tú, pero tiene de parte suya a la oscuridad y se reencarnó en su cuerpo de veinte años —me responde Julek.
—Permitirme la pregunta.
—Todas las que quieras preguntar y que podamos responder lo haremos con gusto — ¿estaban dispuestos a responderlas? Me extrañaba.
—¿El tal Florián es algo de alguno de vosotros? Me refiero a algún parentesco. Yo soy algo de ellos —me refiero a mis amigos —primos o lo que sea, ahora mismo eso es irrelevante, lo que quiero saber quién es Florián. Y no me voy a permitir que me contéis la mitad de las cosas.
Veo a todos mirarse entre todos. Debaten con las miradas que contarme. Si son inteligentes, sabrán que, si me dicen la mitad, lo averiguare. El primero en hablar fue Julek.
—Florián es el hermano mayor de tu bisabuelo Cibor —esta afirmación no me la esperaba en absoluto.
—Eso no puede ser —abro la boca sin poder decir otra cosa. Al final van a ser todos mis familiares y yo me estoy enterando ahora. Necesito a mis padres y mi hermana aquí. ¡Me estoy volviendo loco!
—Acércate al escritorio —me manda Julek serio —veo a Witold cogiendo un libro con un grosor enorme y lo coloca delante de la mesa.
—Este libro es una copia del libro de la familia Chlebek.
—¿Y dónde se encuentra el libro original? —pregunto.—Escondido —dice firme Aleksy. Obviamente eso ya lo sospechaba, lo que quería saber era en qué lugar estaba.—¿En qué lugar? —sé que no me lo van a querer decir por ahora.—Todavía no te vamos a revelar donde está, muchas personas lo están buscando y a ti también y uno de ellos es Florián—No entiendo algo…Sí Florián es el hermano de mi bisabuelo, ¿por qué busca el libro? Debería tener acceso a él y saber dónde está.—Le denegaron esa acción cuando traicionó a esta familia.—Sigo pensando que os estáis reservando información.Por sus caras a lo que me están contando me he dado cuenta que el libro no es que este perdido, está en un lugar d
—Su cuerpo se está adaptando.—¿Adaptando a qué? —pregunta Bogdan.—Parece mentira que cada uno de vosotros haya pasado este proceso y no sabéis como va esto —reprocha en voz baja Minka.—¿Está adquiriendo todo el poder?—Exactamente eso es lo que os quiero decir — ¿adquiriendo poder? No tengo ni la menor idea de lo que hablan.De pronto mis ojos empiezan a escocer y dejo de escuchar todo de lo que hablan y solo me concentro en el escozor. Hasta que mis ojos se abren de par en par sin previo aviso. Intento parpadear, pero no puedo. El dolor en mis ojos empieza a descender, hasta que por fin puedo parpadear y cierro los ojos para poder descansarlos.¿Qué ha sido eso?—¿Todo el mundo ha visto eso? —Bogdan hablaba anonadado y eso lo sabía por el tono de su voz —. Sus ojos eran de un rojo esc
¿Desde cuándo me he vuelto un cascarrabias? Estoy de mal humor la mayor parte del tiempo, la mayoría del día me la paso gruñendo, que en vez de parecer una persona parezco un cerdo.Llevo casi cinco días encerrado en mi habitación, ya empieza a desprender un olor demasiado fuerte y mal oliente. Minka viene todas las mañanas a las ocho en punto para abrirme el ventanal que se encuentra en una de la pared que se encuentra al lado derecho, la abre de par en par para que se airé algo.Yo enseguida la cierro ya que el viento me pega directamente en la piel de mi cara y no me gusta nada esa sensación que produce. La piel se me eriza al primer contacto y esa sensación que produce no me gusta un pelo.Alguien entra en la habitación sin antes tocarla, pero no me detengo ni me enfado por dicha acción.—¡Arriba holgazán! —interrumpe en mi soledad las p
Estaba dentro de un sueño muy extraño. Corría por la tierra mojada que tocaba la planta de mis pies, que estaban descalzos. Llevaba un pantalón de chándal y una camiseta deportiva. No iba acompañado por nadie, pero sí que había alguien persiguiéndome, no veía una figura de una persona en concreto, si no que se notaba una presencia no humana. ¿Qué seria? No tengo ni la más mínima idea. La sombra se desplazaba ágilmente entre los tantos árboles que yacían ahí. Al ser de noche no se podía apreciar mucho. No obstante, la presencia tenía un poder hacia mi persona que me daba escalofríos. No lo vi venir. La gran mancha que era esa sombra traspasó mi cuerpo haciendo que cayese a la tierra mojada perdiendo la conciencia. Abro los ojos de par en par, tengo los ojos de un rojo escarlata intenso, lo puedo notar, tengo esa sensación extraña cuando me pasa. Tengo el ceño fruncido y noto mis colmillos más afilados de lo nor
Deje atrás a esas tres personas que se hacían llamar mis amigos. La verdad no sé qué pretendían conseguir. Ande en la dirección opuesta que conducía al palacio. Quería estar solo, pensar, no tener libélulas revoloteando a mí alrededor y molestándome con sus horrendas voces. Cuando hablaban demás y no quería escuchar nada y hacían lo contrario me irritaba. Haciendo caso omiso a los llamados de Julek me pierdo entre los árboles y la naturaleza que había allí. Nunca me hubiera imaginado tener un bosque al lado de mi casa, aparte de eso, que me perteneciera. Camino arrastrando los pies, como si no, como si me costara andar.La neblina empieza de nuevo. ¡Magnifico! La niebla se va expandiendo hacia los lados exponiendo ante mí una cabaña a simple vista me parece un juguete más con el que podría haber jugado de peque&
Los días pasaban, pero nada en a casa cambió, excepto que hallaban tres personas más merodeando por aquí, tres bocas más que alimentar, aunque eso no supuso ningún problema, a Minka le fascinaba cocinar. Apenas había hablado con las mujeres que conformaban mi familia, mi madre y mi hermana, sin embargo, con mi padre, sí. Después de desayunar, los cinco días que llevaban con nosotros, me llamaba para ir a la biblioteca a hablar y explicarme cosas que eran necesarias que supiera.En estos precisos momentos me encontraba en frente de la puerta de la biblioteca, antes de tocar la puerta oigo voces que vienen de dentro del despacho. Acerco más mi cuerpo para escuchar mejor lo que se habla del otro lado. Me pica bastante la curiosidad de saber quién es el que se encuentra dentro con mi padre y de que charlan.—Que cotilla Zarek, escuchando detrás de las puertas… —nie
—Ya estamos aquí, desembucha hijo —mi padre y yo acabamos de llegar de la cabaña empapados de agua. Yo no había querido irme a cambiar primero, me urgía hablar sobre el tema “prohibido” de esta casa, Florián Chlebek, más conocido por El viejo Florián.—¿Qué sucedió hace una hora aquí, con tu tío Florián? No quiero escusas como las que pienso que quieres decir.—No lo puedes saber.—Dije sin escusas de mierda, padre.—Esa boca Zarek, estás hablando con tu padre, más respeto —dio un golpe firme y fuerte, en la mesa, me asusta un poco pero rápidamente me recompongo. ¡Está furioso!—Pero yo quiero…—Lo que tú quieras me importa en esto momento nada. Qué te entre de una vez en tu cabeza que parece que solo tiene serrín, en vez de u
Cuando mi padre dijo que iba a estar cerca de ellos, justo al otro lado de la montaña, no mentía. Pero… ¿Cómo no va a estar lejos si hay una montaña de por medio? Luego me llaman demente a mí.—¿Cuánto falta para llegar, Rafal? Solo veo montañas y árboles que rodean una carretera desierta y el coche ya está parando.—Muy observador, señorito. Nos vamos a desviar por el camino que está a la izquierda.Rafal, nos llevaba en un coche a Minka y a mí. Después iban dos coches más atrás, los guarda espaldas, Gawel y Lech en uno, en el último iban Miloslaw y Filip. ¿Tanta protección tenía que tener? Si pensaba que iba a tener paz y estar solo, estaba muy equivocado.La desviación que tomamos para según el llegar a la esperada casa, era de tierra y estaba en muy malas condiciones. Te mov