Estaba dentro de un sueño muy extraño.
Corría por la tierra mojada que tocaba la planta de mis pies, que estaban descalzos. Llevaba un pantalón de chándal y una camiseta deportiva. No iba acompañado por nadie, pero sí que había alguien persiguiéndome, no veía una figura de una persona en concreto, si no que se notaba una presencia no humana. ¿Qué seria? No tengo ni la más mínima idea. La sombra se desplazaba ágilmente entre los tantos árboles que yacían ahí. Al ser de noche no se podía apreciar mucho. No obstante, la presencia tenía un poder hacia mi persona que me daba escalofríos.
No lo vi venir. La gran mancha que era esa sombra traspasó mi cuerpo haciendo que cayese a la tierra mojada perdiendo la conciencia.
Abro los ojos de par en par, tengo los ojos de un rojo escarlata intenso, lo puedo notar, tengo esa sensación extraña cuando me pasa. Tengo el ceño fruncido y noto mis colmillos más afilados de lo nor
Deje atrás a esas tres personas que se hacían llamar mis amigos. La verdad no sé qué pretendían conseguir. Ande en la dirección opuesta que conducía al palacio. Quería estar solo, pensar, no tener libélulas revoloteando a mí alrededor y molestándome con sus horrendas voces. Cuando hablaban demás y no quería escuchar nada y hacían lo contrario me irritaba. Haciendo caso omiso a los llamados de Julek me pierdo entre los árboles y la naturaleza que había allí. Nunca me hubiera imaginado tener un bosque al lado de mi casa, aparte de eso, que me perteneciera. Camino arrastrando los pies, como si no, como si me costara andar.La neblina empieza de nuevo. ¡Magnifico! La niebla se va expandiendo hacia los lados exponiendo ante mí una cabaña a simple vista me parece un juguete más con el que podría haber jugado de peque&
Los días pasaban, pero nada en a casa cambió, excepto que hallaban tres personas más merodeando por aquí, tres bocas más que alimentar, aunque eso no supuso ningún problema, a Minka le fascinaba cocinar. Apenas había hablado con las mujeres que conformaban mi familia, mi madre y mi hermana, sin embargo, con mi padre, sí. Después de desayunar, los cinco días que llevaban con nosotros, me llamaba para ir a la biblioteca a hablar y explicarme cosas que eran necesarias que supiera.En estos precisos momentos me encontraba en frente de la puerta de la biblioteca, antes de tocar la puerta oigo voces que vienen de dentro del despacho. Acerco más mi cuerpo para escuchar mejor lo que se habla del otro lado. Me pica bastante la curiosidad de saber quién es el que se encuentra dentro con mi padre y de que charlan.—Que cotilla Zarek, escuchando detrás de las puertas… —nie
—Ya estamos aquí, desembucha hijo —mi padre y yo acabamos de llegar de la cabaña empapados de agua. Yo no había querido irme a cambiar primero, me urgía hablar sobre el tema “prohibido” de esta casa, Florián Chlebek, más conocido por El viejo Florián.—¿Qué sucedió hace una hora aquí, con tu tío Florián? No quiero escusas como las que pienso que quieres decir.—No lo puedes saber.—Dije sin escusas de mierda, padre.—Esa boca Zarek, estás hablando con tu padre, más respeto —dio un golpe firme y fuerte, en la mesa, me asusta un poco pero rápidamente me recompongo. ¡Está furioso!—Pero yo quiero…—Lo que tú quieras me importa en esto momento nada. Qué te entre de una vez en tu cabeza que parece que solo tiene serrín, en vez de u
Cuando mi padre dijo que iba a estar cerca de ellos, justo al otro lado de la montaña, no mentía. Pero… ¿Cómo no va a estar lejos si hay una montaña de por medio? Luego me llaman demente a mí.—¿Cuánto falta para llegar, Rafal? Solo veo montañas y árboles que rodean una carretera desierta y el coche ya está parando.—Muy observador, señorito. Nos vamos a desviar por el camino que está a la izquierda.Rafal, nos llevaba en un coche a Minka y a mí. Después iban dos coches más atrás, los guarda espaldas, Gawel y Lech en uno, en el último iban Miloslaw y Filip. ¿Tanta protección tenía que tener? Si pensaba que iba a tener paz y estar solo, estaba muy equivocado.La desviación que tomamos para según el llegar a la esperada casa, era de tierra y estaba en muy malas condiciones. Te mov
—Minka por favor, baja la persiana y cierra las cortinas —me moría de sueño, y no estaba con mis mejores ánimos para levantarme de la cama.Me encontraba boca abajo, con la cara aplastada en la almohada, con los ojos cerrados. Estaba en medio de la cama, con las sabanas medio tiradas por el lado izquierdo de la cama. Me doy la vuelta sin todavía abrir los ojos.—Tu padre te espera en la biblioteca, no le hagas esperar. Hoy no se ha despertado con muy buen humor — ¡Ya somos dos!¿Cómo es levantarse con un humor maravillosamente bueno? No lo sé, todavía no lo he experimentado.—¡Señorito, ya! Levántese de na vez —Minka se retira de mi habitación, lo sé porque no escucho sus pasos por mi habitación. Por sea caso, me incorporo en la cama, poniendo mi espalda recta en el cabecero de la cama, y abro los ojos, pasándol
Ella no puede ser Minka, ella aparentaba como mi madre.—¿Quién eres? —Le pregunto a la chica. Será una pregunta idiota, pero la quiero saber.—¿No sabes quién es? —Cibor se encontraba algo anonadado. Yo niego con la cabeza.—Ella es Minka.—Minka tiene cincuenta años, me lo ha dicho mi padre hoy.—Zarek, no te hagas el olvidadizo ahora, te dije que las habilidades que ella tenía, eran semejantes a las de Florián.—Quizás así me reconozcas —la chica, da vueltas en su propio eje, formando una minúscula ventisca, que hace que su cuerpo y cara cambie. Y ahora sí, es la Minka que yo conozco.—Hola Zarek —sonríe.—No, no, no —niega Cibor, vuelve a tu forma y edad por favor, esta no me gusta tanto —todos soltamos una carcajada, y Minka le hace caso —. Ven
Estaba apoyado en el ventanal de mi habitación que daba al patio trasero, mirando a Minka y a Nadzia jugar.Me fijo en la hora que es en el reloj que tengo en la pared colgado, hace más de diez minutos, todavía no ha venido a por mí.Unos suaves golpes en la puerta, hacen que despegue la mirada de donde se encontraba situada para ponerla en la persona que estaba ingresando a mi habitación. Cibor.—Vamos, no hay tiempo que perder.—¿A dónde vamos? Se supone que tengo que esperar a Dyzek —no sé porque tengo la manía de hablar antes de que me expliquen las cosas.—Creo que la maquinaria de tu cerebro anda un poco oxidada. Deja de pensar por un rato, nos encontraremos con tu padre en unos minutos —murmuro algo más, que yo no alcance a escuchar. El me ve que quiero decir alguna bordaría y me corta —, como digas algo estúpido, har&eacut
Hoy extrañamente, me desperté por sí mismo. Cuando Minka entro ya estaba vestido, y dispuesto a salir del cuarto. La cara de sorpresa de ella fue para enmarcar en un marco. Nunca me suelo despertar antes de la hora, es más, me despierto mucho más tarde, y levantarme me cuesta incluso más.Entro por la puerta de la cocina y todos los ojos reposan en mí, sus caras de perplejidad me hacen soltar una larga carcajada.—¿Y ese milagro bello durmiente? ¿Te has caído de la cama? —el comentario de mi padre hace que todos riamos. Sin excepción de nadie.—Te has levantado chistoso, papá —paso por su lado y le doy unas palmadas en su hombro.Todos los presentes tenían su desayuno en frente de ellos, en la mesa, y yo tendría que esperar a que bajara Minka.—Hijo —llama mi atención, Dyzek —. Tienes manos y piernas, &i