Capítulo 39

El animal se coloca a un costado de mí para que yo pueda avanzar y llegar hasta el árbol. Antes de avanzar a cualquier parte, me doy la vuelta y me fijo en Rafal, que tiene una cara de espanto al ver a semejante animal.

—Rafal mantente sereno. No va a pasarme nada —Alzo bastante la voz para que pueda oírme. Aparte de que está a una distancia considerable, hay que añadir el viento.

Veo que él hace muecas raras a la vez que asiente. Sé que no está muy conforme con lo que voy a hacer y a la vez estará pensando que es una maldita pirada de olla.

—Solo te pediré algo —Chilla. Yo asiento para que prosiga —, ve con cautela.

Sé que no es

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