Daniel, junto a Ruby se acercaron a sus pequeños los cuales se tiraron a abrazar de su mamá, la cual en perspectiva de ellos tenían años que no compartían con ella. ambos niños lloraron al estar en los brazos de sus padres, los cuales en un acogedor abrazo enrollaron a los pequeños.

—Me parece un sueño, aún no lo creo —dijo Daniel tomándolos por sus mejillas y acariciando con ternura a sus pequeños.

—¡No lo son!, gracias a ellos estoy con vida —respondió Ruby devolviendo el acto, acariciando el rostro de Daniel.

La felicidad tomó parte en la vida de Daniel en ese instante, después de sentirse en un profundo abismo por la perdida de su esposa la vida los compenso devolviéndola y con dos regalos maravillosos. ¿Qué más le podía él pedir a la vida?, pensó, tomando a los tres y engulléndolos en su pecho para terminar de corroborar lo que le estaba sucediendo en ese momento.

—¿Es que piensas desgastar a mi hija y nietos? —decía Bastian acercándose y alejando a Daniel para ser el quién los a