El grupo de hombres llegaron en el lugar donde la hechicera había arreglado para poder abrir un portal para poder ingresar al mundo paralelo de Azora.

Leonor los observó y dijo.

—Espero que el amor por su alfa les dé la fuerza y la fortaleza necesaria y los acompañe, no olviden que así estén al borde del abismo. Hay fuerzas más poderosas que las del mal, que tengan presente el equilibrio de la vida, que las fuerzas del bien los acompañen.

Empezó a invocar los dones otorgados y abrió especie de un abismo que traspasaba el lumbral de lo visto y palpable para dar entrada en un espeluznante lugar.

Al instante de llegar fueron emboscadas por un grupo de guardias solitarios, se transformaron al insomnio para responder al ataque, eran seres de aspecto detestables, no eran lobos, ni humanos, eran demonios desechados por la maldad vivida en su ser, la vejez era visible en ellos, aunque sonará aberrante entre más malos más repugnantes y fuertes solían ser.

Aquila, demonio de los lujuriosos de