Capítulo 5. Averigua todo sobre ella

Aria abre los ojos luego de un breve lapso de pérdida de conocimiento y su mirada se encuentra con la del alfa. Ambos se observan mutuamente por unos segundos que se sienten eternos. 

En su afán de sostenerla, Kael rodea su cintura con ambos brazos y la pega más a su cuerpo.  Su piel se eriza con el contacto, los vellos de sus manos comienzan a sobresalir. Sus labios van a parar encima de los de ella en un beso suave, pero mojado. 

Aria se queda estática sin saber cómo reaccionar, pero cuando el alfa profundiza el beso, ella se deja llevar por las sensaciones. Aquellas que nunca antes había experimentado.

Su respiración se ralentiza, el oxígeno no es suficiente y, por un segundo, su mente le avisa que lo que está pasando entre ellos está mal. Esto es pecado, ella es una monja y no puede estar besando a un hombre. Es parte del juramento que hizo ante la cruz.

Intenta apartarse, pero no tiene suficientes fuerzas para hacerlo. Kael, pilla sus intenciones y la aprieta más contra su cuerpo. Su lobo está obsesionado con tenerla, necesita más de ella o va a volverse loco. 

Él la besa de nuevo. Aria, debido a la droga en su sistema, pierde todo razonamiento lógico y se deja llevar por lo que el alfa le está haciendo. Envuelve ambos brazos alrededor de su cuello y permite que él guíe. 

El beso se vuelve apasionado a los pocos segundos, tanto que ella emite jadeos involuntarios y su cuerpo se frota con el de él, pidiendo más, queriendo sentir mucho más.

Ryder está descontrolado en la mente de Kael, tanto que hace que le duela la cabeza. Quiere salir en este momento y marcarla, quiere tenerla, aparearse con ella, pero Kael no está de acuerdo.

Jamás pondría a su manada en peligro llevando a una luna humana y débil. Sus enemigos podrían usarla para llegar a él y destruir todo lo que ha ganado con mucho esfuerzo. Además, una luna está para proteger, guiar y ayudar a los miembros de la manada, no para ser protegida y resguardada todo el tiempo. Un alfa tan poderoso como él, nunca aceptaría a alguien como ella. Es una burla de la diosa lunar haberle dado a una compañera inferior. 

Entre besos y toqueteos, el alfa lleva a Aria hasta la enorme cama, donde la deposita sin dejar de besarla. Si tenerla al menos una vez va a tranquilizar a Ryder, le dará el gusto esta noche. Luego se marchará para siempre y nunca más volverán a verla. De todos modos, ella no tiene ni idea del vínculo, no tiene idea de quién es él en realidad.  Sus mundos son diferentes. Nunca podrán ser compatibles.

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A la mañana siguiente, Aria despierta con un dolor de cabeza terrible. Gime mientras intenta enfocar la mirada en un punto. Cuando intenta moverse, un malestar general le impide hacerlo. Se siente igual a como si le hubiese atropellado un camión. Todo su cuerpo está machucado y tembloroso.

Al momento en que logra enfocar la mirada, se percata que está en una habitación que no conoce, pero se imagina que sigue en el hotel donde vino a rescatar a su hermano. Escruta el lugar y nota que está completamente sola.

Durante unos largos minutos, cierra los ojos y respira profundo antes de intentar levantarse. Cuando por fin lo hace, se da cuenta de que está completamente desnuda. Todo su cuerpo está lleno de moretones, algunos arañazos y su entrepierna está ardiendo del dolor. 

Los recuerdos empiezan a golpearla con fuerza. Todo, desde que salió de la capilla anoche, hasta que aquel hombre malo le dio una bebida que la hizo sentirse mal y salió huyendo de esa habitación para refugiarse en esta. Había un hombre aquí, él la besó, pero debido a la droga, no recuerda todo lo que ocurrió después de eso. 

Se lleva ambas manos a la boca y empieza a sollozar. Un dolor agudo atraviesa su pecho al darse cuenta de lo que pasó. Se entregó a un desconocido, le dio su pureza a un hombre del que ni siquiera sabe su nombre. Ahora se siente muy sucia y desolada. 

La voz de su hermano Joel, rogando que ella huya, viene a su mente. Por lo menos logró que lo soltaran, pero ¿habrá podido esconderse lo suficiente para que no lo vuelvan a encontrar? ¿Qué consecuencias tendrá haber huido de ese hombre de la cicatriz?  Es seguro que buscará venganza y, por supuesto, cobrar la deuda. Los buscará por cielo, mar y tierra hasta encontrarlos.

Con mucho esfuerzo, llega hasta el sanitario y se da una ducha rápida para limpiar su cuerpo de la señal de su pecado. Al terminar, encuentra su hábito y su ropa interior en uno de los sillones. Se viste rápidamente y agradece que al menos su vestido cubra todos los moretones y nadie pueda ver lo que pasó con ella. 

El alfa Kael, sentado en la parte trasera de su camioneta frente al hotel, observa salir a la mujer con la que pasó la noche. 

Osman, su beta y amigo de toda la vida, desvía su mirada hacia el punto exacto en el que Kael tiene fija la mirada. Es la mujer que encontró en la cama del alfa. Más temprano, cuando fue a buscarlo a su habitación, lo pilló dormido con ella a su lado. 

En ese momento, Kael le dijo que olvidara lo que vio, que ella no era importante y él le creyó, pero ahora, viendo su ceño fruncido y la manera tan intensa en que la mira, sabe que hay algo que está ignorando. 

Kael nunca antes había estado con una humana; es su regla no negociable. Siempre las ha despreciado por creerlas seres débiles e incapaces de soportar su carácter y pasión en la cama, incluso algunas lobas de rango alto con las que estuvo en el pasado, no lograron satisfacerlo, por eso había decidido no volver a poseer a ninguna hembra hasta encontrar a su destinada; sin embargo, anoche había estado con una. Con una humana y monja.

¿Dónde conoció Kael a esa mujer? ¿Por qué pasó la noche entera con ella?

Cuando el antiguo alfa, su padre, anunció que había encontrado una nueva mate, Kael, al enterarse que es una humana, fue el primero en protestar y pedir a su padre que la rechazara. La relación entre ellos está muy tensa desde entonces. 

—¿Está todo bien? —pregunta Osman volteando a ver a su amigo, quien sigue con la mirada fija hacia la calle, hacia Aria—.  ¿Hay alguna cosa que no me hayas contado?

El alfa se pasa los dedos por el cabello. Sus ojos están de un tono naranja, señal de que Ryder está en la superficie. 

—Averigua todo sobre ella —ordena sin responder al cuestionamiento de su amigo—. Quiero saber exactamente todo desde el mismo día en que nació. 

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