Aria abre los ojos luego de un breve lapso de pérdida de conocimiento y su mirada se encuentra con la del alfa. Ambos se observan mutuamente por unos segundos que se sienten eternos.
En su afán de sostenerla, Kael rodea su cintura con ambos brazos y la pega más a su cuerpo. Su piel se eriza con el contacto, los vellos de sus manos comienzan a sobresalir. Sus labios van a parar encima de los de ella en un beso suave, pero mojado.
Aria se queda estática sin saber cómo reaccionar, pero cuando el alfa profundiza el beso, ella se deja llevar por las sensaciones. Aquellas que nunca antes había experimentado.
Su respiración se ralentiza, el oxígeno no es suficiente y, por un segundo, su mente le avisa que lo que está pasando entre ellos está mal. Esto es pecado, ella es una monja y no puede estar besando a un hombre. Es parte del juramento que hizo ante la cruz.
Intenta apartarse, pero no tiene suficientes fuerzas para hacerlo. Kael, pilla sus intenciones y la aprieta más contra su cuerpo. Su lobo está obsesionado con tenerla, necesita más de ella o va a volverse loco.
Él la besa de nuevo. Aria, debido a la droga en su sistema, pierde todo razonamiento lógico y se deja llevar por lo que el alfa le está haciendo. Envuelve ambos brazos alrededor de su cuello y permite que él guíe.
El beso se vuelve apasionado a los pocos segundos, tanto que ella emite jadeos involuntarios y su cuerpo se frota con el de él, pidiendo más, queriendo sentir mucho más.
Ryder está descontrolado en la mente de Kael, tanto que hace que le duela la cabeza. Quiere salir en este momento y marcarla, quiere tenerla, aparearse con ella, pero Kael no está de acuerdo.
Jamás pondría a su manada en peligro llevando a una luna humana y débil. Sus enemigos podrían usarla para llegar a él y destruir todo lo que ha ganado con mucho esfuerzo. Además, una luna está para proteger, guiar y ayudar a los miembros de la manada, no para ser protegida y resguardada todo el tiempo. Un alfa tan poderoso como él, nunca aceptaría a alguien como ella. Es una burla de la diosa lunar haberle dado a una compañera inferior.
Entre besos y toqueteos, el alfa lleva a Aria hasta la enorme cama, donde la deposita sin dejar de besarla. Si tenerla al menos una vez va a tranquilizar a Ryder, le dará el gusto esta noche. Luego se marchará para siempre y nunca más volverán a verla. De todos modos, ella no tiene ni idea del vínculo, no tiene idea de quién es él en realidad. Sus mundos son diferentes. Nunca podrán ser compatibles.
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A la mañana siguiente, Aria despierta con un dolor de cabeza terrible. Gime mientras intenta enfocar la mirada en un punto. Cuando intenta moverse, un malestar general le impide hacerlo. Se siente igual a como si le hubiese atropellado un camión. Todo su cuerpo está machucado y tembloroso.
Al momento en que logra enfocar la mirada, se percata que está en una habitación que no conoce, pero se imagina que sigue en el hotel donde vino a rescatar a su hermano. Escruta el lugar y nota que está completamente sola.
Durante unos largos minutos, cierra los ojos y respira profundo antes de intentar levantarse. Cuando por fin lo hace, se da cuenta de que está completamente desnuda. Todo su cuerpo está lleno de moretones, algunos arañazos y su entrepierna está ardiendo del dolor.
Los recuerdos empiezan a golpearla con fuerza. Todo, desde que salió de la capilla anoche, hasta que aquel hombre malo le dio una bebida que la hizo sentirse mal y salió huyendo de esa habitación para refugiarse en esta. Había un hombre aquí, él la besó, pero debido a la droga, no recuerda todo lo que ocurrió después de eso.
Se lleva ambas manos a la boca y empieza a sollozar. Un dolor agudo atraviesa su pecho al darse cuenta de lo que pasó. Se entregó a un desconocido, le dio su pureza a un hombre del que ni siquiera sabe su nombre. Ahora se siente muy sucia y desolada.
La voz de su hermano Joel, rogando que ella huya, viene a su mente. Por lo menos logró que lo soltaran, pero ¿habrá podido esconderse lo suficiente para que no lo vuelvan a encontrar? ¿Qué consecuencias tendrá haber huido de ese hombre de la cicatriz? Es seguro que buscará venganza y, por supuesto, cobrar la deuda. Los buscará por cielo, mar y tierra hasta encontrarlos.
Con mucho esfuerzo, llega hasta el sanitario y se da una ducha rápida para limpiar su cuerpo de la señal de su pecado. Al terminar, encuentra su hábito y su ropa interior en uno de los sillones. Se viste rápidamente y agradece que al menos su vestido cubra todos los moretones y nadie pueda ver lo que pasó con ella.
El alfa Kael, sentado en la parte trasera de su camioneta frente al hotel, observa salir a la mujer con la que pasó la noche.
Osman, su beta y amigo de toda la vida, desvía su mirada hacia el punto exacto en el que Kael tiene fija la mirada. Es la mujer que encontró en la cama del alfa. Más temprano, cuando fue a buscarlo a su habitación, lo pilló dormido con ella a su lado.
En ese momento, Kael le dijo que olvidara lo que vio, que ella no era importante y él le creyó, pero ahora, viendo su ceño fruncido y la manera tan intensa en que la mira, sabe que hay algo que está ignorando.
Kael nunca antes había estado con una humana; es su regla no negociable. Siempre las ha despreciado por creerlas seres débiles e incapaces de soportar su carácter y pasión en la cama, incluso algunas lobas de rango alto con las que estuvo en el pasado, no lograron satisfacerlo, por eso había decidido no volver a poseer a ninguna hembra hasta encontrar a su destinada; sin embargo, anoche había estado con una. Con una humana y monja.
¿Dónde conoció Kael a esa mujer? ¿Por qué pasó la noche entera con ella?
Cuando el antiguo alfa, su padre, anunció que había encontrado una nueva mate, Kael, al enterarse que es una humana, fue el primero en protestar y pedir a su padre que la rechazara. La relación entre ellos está muy tensa desde entonces.
—¿Está todo bien? —pregunta Osman volteando a ver a su amigo, quien sigue con la mirada fija hacia la calle, hacia Aria—. ¿Hay alguna cosa que no me hayas contado?
El alfa se pasa los dedos por el cabello. Sus ojos están de un tono naranja, señal de que Ryder está en la superficie.
—Averigua todo sobre ella —ordena sin responder al cuestionamiento de su amigo—. Quiero saber exactamente todo desde el mismo día en que nació.
El camino a la reunión que tienen pendiente es en completo silencio, hasta que Osman se anima a hablar.—Alfa Ramiro, ya envió las invitaciones para tu compromiso en la siguiente luna —dice y mira a su amigo desde el espejo retrovisor—. ¿En serio vas a reclamar a Erika como tu compañera y luna? ¿Qué va a pasar si aparece tu compañera destinada? ¿Has pensado en eso?Los ojos de Kael se oscurecen al instante. Había llegado a un acuerdo hace unos meses con su padre que, si no encontraba a su destinada en esta luna llena, en la siguiente Erika y él se reclamarían mutuamente. Ella tendría su ceremonia de luna al día siguiente y sería oficialmente, junto con él, líderes de la manada. Por supuesto que ella no es su destinada y Kael ya lo comprobó anoche, pero es una joven loba de alto rango, sus padres son guerreros de primera línea, ella es una de las más aplicadas de la clase, una de las más fuertes y su loba es enorme y aguerrida. Nunca podría compararse con una humana débil que apenas p
Aria sube al autobús luego de caminar varias cuadras. Sus manos sudorosas aprietan el pequeño bolso contra su regazo mientras observa por la ventanilla el ir y venir de los autos. Volver a casa es la peor decisión, sabe que esos hombres la buscarán ahí antes que en cualquier otro lugar. Igual que a su hermano.No puede correr de ellos por siempre, pero tampoco puede arriesgarse. Respira hondo y, en un impulso, se levanta y toca el timbre. Se baja unas cuadras antes, justo frente a la confitería de Nala. Su amiga ha sido su único sostén en este tiempo. Con ella estará segura, al menos por ahora. Respira profundo antes de empujar la puerta del local. Nala, tras el mostrador, la ve y su ceño se frunce. Nunca había visto a Aria en ese estado. Es como si le hubiera atropellado un camión.Al otro lado de la ciudad, el alfa Thane camina con pasos firmes por el edificio de una prestigiosa empresa junto con Ramiro, su beta. La secretaria lo reconoce al instante y, sin hacerlo esperar, los con
Una sensación desagradable invade a Kael tras leer el informe completo sobre Joel. Sus ojos brillan con un resplandor naranja intenso. Ryder está en la superficie misma, gruñe con rabia dentro de su cabeza. Está furioso. Algo le dice que esto es solo una pequeña parte de lo que está sucediendo y que Aria quedará en medio del fuego cruzado de nuevo.—Dile que no la pierda de vista —dice a su beta—. Quiero que la vigile las veinticuatro horas y que me informe de toda novedad. Osman comunica al rastreador la orden del alfa. (…)Aria sigue en la cama de su amiga Nala con los ojos completamente rojos e hinchados y la vista perdida en la ventana. Su cuerpo se siente pesado y su mente agotada. Su amiga le trajo comida varias veces, pero ella no ha tomado nada más que unas tazas de té de limón. Ha pasado casi una semana y no tiene idea de qué hacer. El dolor y el miedo la paralizan. Tampoco Joel se comunicó con ella en ese tiempo y eso la tiene bastante angustiada. Incluso mandó decir al p
El trayecto a la ciudad es demasiado largo para el alfa Kael. En varias ocasiones ordena a Osman que acelere, a pesar de que ya van a alta velocidad. Para suerte de ambos, estos caminos de tierra son desérticos, ya que solo se utilizan para llegar a la manada y ellos lo conocen hasta con los ojos cerrados. —¿Vas a decirme qué pasa? —indaga Osman a su amigo—. ¿Por qué esa mujer es tan importante? Desde que pasaste la noche con ella en aquel hotel, estás muy extraño. Y… no es necesario que niegues, nos conocemos desde que éramos bebés. Kael suspira. Hablarlo con Osman tal vez pueda ayudar a reducir el estrés que carga. —Ella… es mi compañera destinada —confirma lo que su amigo ya sospechaba, en especial cuando él nunca elegiría a una humana para pasar la noche. Hay un silencio abrumador dentro del vehículo tras su declaración. —¿Qué vas a hacer con Erika? Debes hablar con tu padre, él necesita saber que la encontraste.—No le diré nada a mi padre, no la reclamaré. Es una humana. ¿C
Hay un silencio especialmente lúgubre esta noche.La luna llena se levanta majestuosa y lenta en lo alto, derramando su luz sobre las calles adoquinadas de Tierra de Pinares.Aria camina a pasos presurosos hacia la capilla, el sonido de sus tacones chatos resuena en la calle. La misa debe iniciar dentro de media hora, y el padre Ezequiel no es conocido por su paciencia. Esta noche le corresponde la lectura del evangelio y no puede permitirse llegar tarde, o sus tareas comunitarias de la semana serán duplicadas de nuevo.Los sonidos de la segunda campanada llegan a sus oídos, recordándole que apenas le quedan minutos. Levanta la vista y divisa el gran crucifijo que adorna la entrada de la capilla. Sonríe. Ya está cerca.De repente, una ventisca fuerte irrumpe en la calle y la obliga a detenerse de forma brusca. Un escalofrío recorre su espalda y una sensación extraña le indica que algo no está bien. Un leve murmullo parece surgir a su alrededor, difuso y errante, pero cuando mira a sus
La sonrisa inocente y contagiosa de Aria despide a los últimos feligreses que salen de la capilla. La misa concluyó hace un rato, pero a la mayoría le gusta quedarse para compartir unas palabras con ella y con el padre Ezequiel. Para Aria, este no es solo un lugar de oración, sino un refugio donde encuentra la paz y el propósito para su vida.Después de que la última persona se marcha, el padre se acerca a ella con una expresión satisfecha. La sonrisa en su rostro dice más que mil palabras.—Hoy fue un día muy provechoso, Aria. Hemos logrado juntar casi el diez por ciento de lo que necesitamos para construir el albergue para los niños huérfanos. Si todo sigue así, en pocos meses podríamos tenerlo todo. Estoy muy esperanzado. Además, con las donaciones de los empresarios, será mucho más fácil llegar a la meta. Aria sonríe de mucha felicidad. —¡Eso es maravilloso, padre! Dios realmente está obrando a través de la generosidad de los fieles. También estoy esperanzada. ¿Se imagina lo fel
Aria pasa saliva con algo de dificultad. Su desventaja es obvia. Tal como dijo su hermano, ellos pueden matarla y matarlo a él y nadie nunca se enteraría de ello; sin embargo, ya está aquí, no puede permitirse ser cobarde ahora con su hermano corriendo peligro. —Sí, yo soy Aria. ¿Qué quieren de nosotros? ¿Por qué tienen a mi hermano? ¿Qué le hicieron?El hombre suelta una carcajada. Da unos pasos hacia ella, revelando mejor su rostro. Es mucho más aterrador de lo que Aria pensaba al principio. —Pobre chiquilla. —Él intenta tocar uno de sus mechones del cabello, pero Aria se quita de manera brusca, ganándose la mirada asesina de él—. ¿No lo sabes? Tu querido hermano trabaja para la mafia. Y, el muy estúpido, se robó un cargamento muy importante, creyendo que no iba a ser pillado.Aria siente que el suelo se abre bajo sus pies. Su corazón galopa en su pecho. Mira a su hermano, quien solloza con la cabeza gacha.—¡No! —murmura, con el corazón destrozado—. Dime que eso no es cierto, her
Aria tarda unos minutos en normalizar su respiración, pero sigue mareada, su vista aún está borrosa y el calor de su cuerpo aumenta a cada segundo. Para su suerte, hay una jarra de agua encima de la mesita a su lado. La agarra y empieza a beber hasta que su estómago ya no da más. Con tanta agua en su sistema, el mareo desaparece un poco, lo que la ayuda a ponerse de pie.Con dificultad, logra llegar al baño y abrir el grifo. Se echa agua fría en el rostro, tratando de mantenerse consciente, pero nada parece ser suficiente. Sus piernas todavía están flácidas, todo su cuerpo está tembloroso, por lo que es doblemente torpe. —Dios, ayúdame a salir de esto —susurra con miedo frente al espejo. Apenas le salen las palabras. Su voz está rasposa. La desesperación la invade cuando recuerda el trato que hizo con ese hombre. Él debe estar por llegar. En el estado en que se encuentra, nunca va a poder luchar contra él.Va hasta la puerta principal e intenta abrirla, pero se da cuenta de que es