El camino a la reunión que tienen pendiente es en completo silencio, hasta que Osman se anima a hablar.
—Alfa Ramiro, ya envió las invitaciones para tu compromiso en la siguiente luna —dice y mira a su amigo desde el espejo retrovisor—. ¿En serio vas a reclamar a Erika como tu compañera y luna? ¿Qué va a pasar si aparece tu compañera destinada? ¿Has pensado en eso?
Los ojos de Kael se oscurecen al instante. Había llegado a un acuerdo hace unos meses con su padre que, si no encontraba a su destinada en esta luna llena, en la siguiente Erika y él se reclamarían mutuamente. Ella tendría su ceremonia de luna al día siguiente y sería oficialmente, junto con él, líderes de la manada.
Por supuesto que ella no es su destinada y Kael ya lo comprobó anoche, pero es una joven loba de alto rango, sus padres son guerreros de primera línea, ella es una de las más aplicadas de la clase, una de las más fuertes y su loba es enorme y aguerrida. Nunca podría compararse con una humana débil que apenas puede mantenerse en pie. Ella es la única indicada para ser su luna. Le dará herederos fuertes para continuar con su linaje.
—No tengo nada que pensar. Erika será mi luna —responde tosco—. Ya esperé mucho por mi mate. Si aparece luego de mi unión con ella, la rechazaré y listo.
—¿Estás seguro? ¿Eso no será muy doloroso para ella? ¿Para ambos?
—No me importa lo que sienta, tendrá que superarlo. Mi decisión ya está tomada.
Osman asiente y no vuelve a preguntar nada durante todo el trayecto.
Aria, por su parte, continúa caminando a pasos lentos y torpes. Su rostro está demacrado y no deja de llorar. Tiene una angustia en el pecho que no consigue deshacer. Es demasiada desazón para asimilar. Enterarse de que su hermano ha estado trabajando todo este tiempo para la mafia cuando ella creía que estaba estudiando, verlo golpeado en esa habitación por una carga que robó, luego todo lo que ella misma pasó a manos de aquellos hombres y lo que sucedió después en otra habitación. Se siente sucia, una pecadora.
Las personas que pasan a su lado, la observan como si fuese una desquiciada. Ni siquiera se preocupa de ocultar su llanto. Le duele que todo haya sucedido de esta forma. Había querido ser monja toda su vida, desde que era una niña. Luchó y se esforzó mucho para conseguirlo y ahora, lo había tirado todo en la basura en una sola noche.
De pronto, empieza a reírse de sí misma, de su amargura, de su estupidez y de lo que hizo. En ese momento, cae desplomada en el suelo.
Un auto que va pasando por ahí, se detiene de manera brusca y el hombre atrás, se baja rápidamente y la toma en brazos para auxiliarla.
Aria despierta unos minutos después con un dolor pulsante en la cabeza. Observa a sus lados y se da cuenta de que está dentro de un auto desconocido. Se sobresalta. Un hombre maduro, de unos treinta y cinco años, elegante y fornido, con un cabello oscuro hasta los hombros, está sentado a su lado mientras el vehículo está en movimiento.
—¿Quién eres tú? ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Dónde me llevas?
Aria empieza a golpear la puerta e intentar abrirla, pero está asegurada.
—¡Cálmate! Estás siendo muy histérica —responde Thane Blackwood, alfa de la manada Luna negra. Su voz es tan profunda que parece provenir del mismo dios del infierno—. Te estoy llevando al hospital. Te desmayaste en plena acera.
—¡Detén el auto! ¡Quiero bajarme ahora mismo! —grita de nuevo Aria. Todo su cuerpo está tembloroso—. No te conozco, no quiero estar aquí. Esto es un secuestro, te denunciaré con las autoridades.
De pronto, Thane voltea y la mira directamente a los ojos. Aria se estremece contra el asiento. Se siente chiquita frente a él.
—No detendré el auto. Tu pulso está muy débil y necesitas atención médica. ¿O quieres desmayarte de nuevo en plena acera?
—Me siento mejor, no quiero ir al hospital.
Thane se masajea las sienes. Antes de que pueda responder, el auto se estaciona frente a una conocida cafetería. Él se baja primero y le ofrece su mano para hacer lo mismo.
—¿Qué hacemos aquí? —Aria mira la fachada del lujoso sitio.
—No quieres ir al hospital, entonces te dejaré libre cuando hayas comido algo. Estás muy pálida.
Aria quiere resistir, pero hay algo en la mirada de Thane que le dice que no le conviene hacerlo. Ella observa su mano gigante extendida hacia ella y duda en tomarla. Él no es un hombre común y corriente, lo sabe muy bien. Hay algo en su mirada que le dice que esconde alguna cosa. Su porte es temible, a pesar de ser, en apariencia, muy guapo.
Finalmente, él la lleva hasta una de las mesas que ya está reservada a su nombre. Unas de las encargadas los recibe y los acomoda.
«Señor Blackwood», Aria recuerda cómo lo llamó aquella mujer y trata de memorizarlo. ¿De dónde salió este hombre? No recuerda a ninguna familia que tenga ese apellido en la ciudad.
Enseguida, una cantidad exagerada de comida, de todo tipo, es puesta en la mesa. Thane hace una señal a Aria para que empiece a comer, pero su estómago no está de acuerdo. Apenas logra agarrar una taza de té con limón y beber unos sorbos.
Thane recibe una llamada en su celular en ese momento.
—Tengo que irme ahora —dice él luego de colgar la llamada. Abre su billetera y deja en la mesa unos billetes junto con una tarjeta donde está su nombre y su número de teléfono—. Mi nombre está aquí, llámame cuando necesites algo.
Dicho esto, sale de la cafetería dejando sola a Aria.
Ella mira a sus lados y todos la están observando. No es para menos. Está despeinada, con un hábito, su rostro y sus ojos hinchados. Cualquiera que no la conociera pensaría que está loca.
Luego de beber todo su té, sale a la calle. El día está despejado, el sol está brillante, pero ella no siente la misma emoción que siempre. Algo dentro de ella cambió drásticamente luego de lo que sucedió anoche con ese hombre.
Aria suspira.
«¿Quién será ese hombre?»
Aria sube al autobús luego de caminar varias cuadras. Sus manos sudorosas aprietan el pequeño bolso contra su regazo mientras observa por la ventanilla el ir y venir de los autos. Volver a casa es la peor decisión, sabe que esos hombres la buscarán ahí antes que en cualquier otro lugar. Igual que a su hermano.No puede correr de ellos por siempre, pero tampoco puede arriesgarse. Respira hondo y, en un impulso, se levanta y toca el timbre. Se baja unas cuadras antes, justo frente a la confitería de Nala. Su amiga ha sido su único sostén en este tiempo. Con ella estará segura, al menos por ahora. Respira profundo antes de empujar la puerta del local. Nala, tras el mostrador, la ve y su ceño se frunce. Nunca había visto a Aria en ese estado. Es como si le hubiera atropellado un camión.Al otro lado de la ciudad, el alfa Thane camina con pasos firmes por el edificio de una prestigiosa empresa junto con Ramiro, su beta. La secretaria lo reconoce al instante y, sin hacerlo esperar, los con
Una sensación desagradable invade a Kael tras leer el informe completo sobre Joel. Sus ojos brillan con un resplandor naranja intenso. Ryder está en la superficie misma, gruñe con rabia dentro de su cabeza. Está furioso. Algo le dice que esto es solo una pequeña parte de lo que está sucediendo y que Aria quedará en medio del fuego cruzado de nuevo.—Dile que no la pierda de vista —dice a su beta—. Quiero que la vigile las veinticuatro horas y que me informe de toda novedad. Osman comunica al rastreador la orden del alfa. (…)Aria sigue en la cama de su amiga Nala con los ojos completamente rojos e hinchados y la vista perdida en la ventana. Su cuerpo se siente pesado y su mente agotada. Su amiga le trajo comida varias veces, pero ella no ha tomado nada más que unas tazas de té de limón. Ha pasado casi una semana y no tiene idea de qué hacer. El dolor y el miedo la paralizan. Tampoco Joel se comunicó con ella en ese tiempo y eso la tiene bastante angustiada. Incluso mandó decir al p
El trayecto a la ciudad es demasiado largo para el alfa Kael. En varias ocasiones ordena a Osman que acelere, a pesar de que ya van a alta velocidad. Para suerte de ambos, estos caminos de tierra son desérticos, ya que solo se utilizan para llegar a la manada y ellos lo conocen hasta con los ojos cerrados. —¿Vas a decirme qué pasa? —indaga Osman a su amigo—. ¿Por qué esa mujer es tan importante? Desde que pasaste la noche con ella en aquel hotel, estás muy extraño. Y… no es necesario que niegues, nos conocemos desde que éramos bebés. Kael suspira. Hablarlo con Osman tal vez pueda ayudar a reducir el estrés que carga. —Ella… es mi compañera destinada —confirma lo que su amigo ya sospechaba, en especial cuando él nunca elegiría a una humana para pasar la noche. Hay un silencio abrumador dentro del vehículo tras su declaración. —¿Qué vas a hacer con Erika? Debes hablar con tu padre, él necesita saber que la encontraste.—No le diré nada a mi padre, no la reclamaré. Es una humana. ¿C
Kael se acerca y le dice algo en el oído a Xavier.—Si te atreviste a tocarla más allá del golpe que tiene en la frente, daré la señal al consejo sobrenatural de dónde estás y dejaré que todas las manadas vengan a destruirte. En esa guerra, ninguno de ustedes sobrevivirá; me encargaré personalmente de ello.—Desátenla —ordena Xavier a sus secuaces. Uno de ellos se acerca y le quita la cinta de la boca y las cuerdas de sus manos.Osman la sostiene cuando ella intenta correr hasta su hermano. Su llanto desesperado aturde a Kael, por lo que pide a su beta que la saque de la habitación y la lleve hasta el ascensor. —Me llevaré también a su hermano —dice Kael—. Encontraré tu cargamento y lo traeré en tres días. Pero si vuelves a acercarte a ella o cualquiera que tenga que ver con su círculo, te mataré, y a todos los que están contigo. Xavier hace una señal para que bajen el cuerpo del techo. Dos de aquellos hombres, colocan a Joel en una bolsa negra y bajan con el bulto por un ascensor pr
Aria permanece en la cabaña después del entierro de su hermano. Ese hombre llamado Osman, vino hace unas horas y le preguntó si quería participar y así lo hizo. Estuvo allí hasta que la noche cayó, rezando por su alma y pidiendo que todo se resuelva para ella. No es la forma que le hubiese gustado que pasaran las cosas, pero no tenía más opciones. Desde entonces, no ha comido ni hablado. La anciana, que ahora sabe que se llama Genoveva, intenta consolarla, pero su mente está atrapada en la desesperación. Todavía no comprende cómo su vida dio un giro tan drástico de la noche a la mañana.Cuando finalmente se siente con más fuerzas, opta por dar un recorrido en las habitaciones. Lo primero que ve cuando abre una de las puertas es a Kael de pie frente a una de las ventanas. Su sola presencia la hace temblar; sin embargo, no entiende el motivo. —¿Qué es lo que realmente quieres de mí? —pregunta e intenta ocultar su miedo—. ¿Por qué me ayudaste? ¿Cómo esperas que te pague por haberme res
Los días acaban con la poca paciencia de Aria. Desde que Kael la trajo a esta cabaña, se siente peor que una carcelera. Él le ha quitado todas sus pertenencias, por lo que no puede llamar ni siquiera a su amiga o a su hermana para avisarle lo que pasó con Joel.No se le permite caminar sola en los alrededores. Las veces que va a la sepultura de su hermano, que está a unos cuantos metros, dos hombres la acompañan. No tiene idea de quiénes son o de dónde salen, tampoco los ve desde la ventana cuando ella está dentro, pero siempre aparecen de la nada como si fuesen espíritus cuando ella abre la puerta. Este sitio, aunque es hermoso y acogedor por dentro, le da cierto terror. Para colmo, le pareció escuchar aullidos de lobos la otra noche. Esos animales le causan pavor. Genoveva es amable todo el tiempo, pero no dice mucho. Cuando ella le pregunta algo, la esquiva para no responder. Solo habla libremente de sus comidas y lo buen hombre que es Kael.Aria suspira tirada boca arriba en la
Aria observa la pelea, impactada. El lobo marrón gruñe poderosamente hacia el grisáceo antes de hincar sus afilados dientes en su yugular. Sin embargo, él consigue liberarse y corre hacia una maleza dejando un rastro de sangre a su paso.Justo antes de que el lobo marrón lo siga, voltea y mira hacia la posición de Aria, directamente a sus ojos. Ella ahoga un gemido de pavor. Un escalofrío la recorre entera cuando él se acerca y aspira el aire a su alrededor.Es una bestia gigante, terrorífica desde todo punto de vista. Su saliva mezclada con sangre se escurre de su hocico y mancha una parte de su ropa, a la vez que hace muestra de sus colmillos. Tiene los ojos verdes y brillantes y su aliento huele a carroña.Aria tiembla. No obstante, cuando levanta la vista y lo ve a los ojos, él emite un chillido y retrocede hasta alejarse y perderse en el profundo bosque.No tiene idea de cómo lo logra, pero empieza a correr con tanta fuerza y velocidad que no se detiene hasta varios kilómetros lu
Los miembros de la manada huyen en todas direcciones lejos de Ryder y Otto, el lobo beta de Osman, quienes pelean de forma agresiva en medio del patio. Un rugido masivo sale de Ryder, una mezcla de rabia y frustración, mientras lanza a Otto a varios metros.Ambos están heridos, pero dispuestos a seguir peleando; no obstante, el alfa Esteban que ve la escena justo antes de subir a la camioneta, corre hasta allí para saber lo que está pasando.Observa a un nervioso Kael entre perplejo y decepcionado. Su hijo está irritado y desconcentrado desde hace varios días. Aunque ha intentado hablar con él y con Osman para sacarle alguna información, ninguno dijo nada.Esto ya se está saliendo de control. Ellos son amigos desde pequeños y nunca los había visto en esta situación, al menos fuera del entrenamiento. Definitivamente, algo está sucediendo.De repente Ryder simplemente desaparece y Kael queda parado en medio del patio. Mira a su alrededor y la pelea que causó contra Osman y encuentra a s