Kael se acerca y le dice algo en el oído a Xavier.—Si te atreviste a tocarla más allá del golpe que tiene en la frente, daré la señal al consejo sobrenatural de dónde estás y dejaré que todas las manadas vengan a destruirte. En esa guerra, ninguno de ustedes sobrevivirá; me encargaré personalmente de ello.—Desátenla —ordena Xavier a sus secuaces. Uno de ellos se acerca y le quita la cinta de la boca y las cuerdas de sus manos.Osman la sostiene cuando ella intenta correr hasta su hermano. Su llanto desesperado aturde a Kael, por lo que pide a su beta que la saque de la habitación y la lleve hasta el ascensor. —Me llevaré también a su hermano —dice Kael—. Encontraré tu cargamento y lo traeré en tres días. Pero si vuelves a acercarte a ella o cualquiera que tenga que ver con su círculo, te mataré, y a todos los que están contigo. Xavier hace una señal para que bajen el cuerpo del techo. Dos de aquellos hombres, colocan a Joel en una bolsa negra y bajan con el bulto por un ascensor pr
Aria permanece en la cabaña después del entierro de su hermano. Ese hombre llamado Osman, vino hace unas horas y le preguntó si quería participar y así lo hizo. Estuvo allí hasta que la noche cayó, rezando por su alma y pidiendo que todo se resuelva para ella. No es la forma que le hubiese gustado que pasaran las cosas, pero no tenía más opciones. Desde entonces, no ha comido ni hablado. La anciana, que ahora sabe que se llama Genoveva, intenta consolarla, pero su mente está atrapada en la desesperación. Todavía no comprende cómo su vida dio un giro tan drástico de la noche a la mañana.Cuando finalmente se siente con más fuerzas, opta por dar un recorrido en las habitaciones. Lo primero que ve cuando abre una de las puertas es a Kael de pie frente a una de las ventanas. Su sola presencia la hace temblar; sin embargo, no entiende el motivo. —¿Qué es lo que realmente quieres de mí? —pregunta e intenta ocultar su miedo—. ¿Por qué me ayudaste? ¿Cómo esperas que te pague por haberme res
Los días acaban con la poca paciencia de Aria. Desde que Kael la trajo a esta cabaña, se siente peor que una carcelera. Él le ha quitado todas sus pertenencias, por lo que no puede llamar ni siquiera a su amiga o a su hermana para avisarle lo que pasó con Joel.No se le permite caminar sola en los alrededores. Las veces que va a la sepultura de su hermano, que está a unos cuantos metros, dos hombres la acompañan. No tiene idea de quiénes son o de dónde salen, tampoco los ve desde la ventana cuando ella está dentro, pero siempre aparecen de la nada como si fuesen espíritus cuando ella abre la puerta. Este sitio, aunque es hermoso y acogedor por dentro, le da cierto terror. Para colmo, le pareció escuchar aullidos de lobos la otra noche. Esos animales le causan pavor. Genoveva es amable todo el tiempo, pero no dice mucho. Cuando ella le pregunta algo, la esquiva para no responder. Solo habla libremente de sus comidas y lo buen hombre que es Kael.Aria suspira tirada boca arriba en la
Aria observa la pelea, impactada. El lobo marrón gruñe poderosamente hacia el grisáceo antes de hincar sus afilados dientes en su yugular. Sin embargo, él consigue liberarse y corre hacia una maleza dejando un rastro de sangre a su paso.Justo antes de que el lobo marrón lo siga, voltea y mira hacia la posición de Aria, directamente a sus ojos. Ella ahoga un gemido de pavor. Un escalofrío la recorre entera cuando él se acerca y aspira el aire a su alrededor.Es una bestia gigante, terrorífica desde todo punto de vista. Su saliva mezclada con sangre se escurre de su hocico y mancha una parte de su ropa, a la vez que hace muestra de sus colmillos. Tiene los ojos verdes y brillantes y su aliento huele a carroña.Aria tiembla. No obstante, cuando levanta la vista y lo ve a los ojos, él emite un chillido y retrocede hasta alejarse y perderse en el profundo bosque.No tiene idea de cómo lo logra, pero empieza a correr con tanta fuerza y velocidad que no se detiene hasta varios kilómetros lu
Los miembros de la manada huyen en todas direcciones lejos de Ryder y Otto, el lobo beta de Osman, quienes pelean de forma agresiva en medio del patio. Un rugido masivo sale de Ryder, una mezcla de rabia y frustración, mientras lanza a Otto a varios metros.Ambos están heridos, pero dispuestos a seguir peleando; no obstante, el alfa Esteban que ve la escena justo antes de subir a la camioneta, corre hasta allí para saber lo que está pasando.Observa a un nervioso Kael entre perplejo y decepcionado. Su hijo está irritado y desconcentrado desde hace varios días. Aunque ha intentado hablar con él y con Osman para sacarle alguna información, ninguno dijo nada.Esto ya se está saliendo de control. Ellos son amigos desde pequeños y nunca los había visto en esta situación, al menos fuera del entrenamiento. Definitivamente, algo está sucediendo.De repente Ryder simplemente desaparece y Kael queda parado en medio del patio. Mira a su alrededor y la pelea que causó contra Osman y encuentra a s
—No debiste decirle eso. ¿No es suficiente con que ya me desprecie para que le eches más leña al fuego? Apenas está empezando a aceptar a Zaira ahora, no quiero que tu hijo me vea como su enemiga o que se aleje de nuevo de su hermana por esto —dice Elvira a su esposo luego de que él le cuente lo que pasó con Kael.—Esto nada tiene que ver contigo ni con Zaira.—Lo tiene, mi amor. Tú lo sabes. Él siempre estuvo en contra de nuestra unión, ahora que viene mi hermana a la comunidad, está más molesto aún. Me culpa y la culpa a ella de que todos tengan que ponerse en pausa a causa de su venida. De alguna forma lo entiendo.—Es solo por un tiempo, hasta que encontremos una solución. La manada no se va a extinguir porque una humana venga unos días. Por supuesto que no quiero enfrentar a mi hijo, me encanta disfrutar de mi jubilación, no preocuparme por todos y compartir contigo y Zaira todos los días. Ningún Alfa quiere estar a cargo para siempre, manejar una manada no es divertido. Pero si é
El alfa Kael, apoyado contra la pared de la habitación donde Osman reposa en la cama, no deja de analizar lo que su padre le dijo antes de partir. La tensión en sus músculos es evidente; aún no puede creer que haya perdido la cabeza por la huida de Aria. Según los rastreadores, no pudieron hallarla hasta ahora. Solo encontraron sus ropas tiradas en medio de unos arbustos cerca de un pueblo humano, luego no hay nada más que los ayude.—¿Ya la encontraron? —pregunta Osman, con la voz ronca y cansada. Sus heridas ya están casi sanadas, pero aún debe reposar por unas horas hasta que los efectos del medicamento pasen.Kael aprieta la mandíbula y niega.—Logró llegar al pueblo humano. Perdieron su rastro justo allí. Osman frunce el ceño. Se incorpora con dificultad, ignorando el dolor en su torso que lo atraviesa.—¿Cómo demonios llegó hasta allí sin que nadie la viera? ¿Cómo consiguió pasar el bosque infestado? Es increíble que los renegados no la hayan olido y atacado.Kael cruza los bra
El alfa Esteban no tarda en hacer las presentaciones. —Kael, quiero que conozcas a Aria. Es la hermana de Elvira. Se quedará con nosotros unos días. Serás el responsable de su bienestar. Por favor, cuida bien de ella en este tiempo.Aria siente cómo la sangre se le congela en las venas. Su mente se niega a aceptar la cruel ironía del destino. Había conseguido a duras penas huir de sus captores, incluso presenciar la pelea de unos lobos, y ahora está enfrente de la persona de la que más quería escapar.Kael no muestra ninguna emoción en su rostro, pero sus ojos azules brillan con una furia contenida. Rayder está arañando su mente, pidiendo a gritos salir y marcar a la compañera que pensó que había perdido. Venir obligado a esta cena para conocer a la hermana humana de su madrastra le pareció un absurdo, pero ahora, viéndola parada frente mismo a él, en su manada, sus sienes palpitan, su sangre pulula en sus venas y quiere saltar encima de ella, pero se contiene. No puede hacer una esc