Los miembros de la manada huyen en todas direcciones lejos de Ryder y Otto, el lobo beta de Osman, quienes pelean de forma agresiva en medio del patio. Un rugido masivo sale de Ryder, una mezcla de rabia y frustración, mientras lanza a Otto a varios metros.Ambos están heridos, pero dispuestos a seguir peleando; no obstante, el alfa Esteban que ve la escena justo antes de subir a la camioneta, corre hasta allí para saber lo que está pasando.Observa a un nervioso Kael entre perplejo y decepcionado. Su hijo está irritado y desconcentrado desde hace varios días. Aunque ha intentado hablar con él y con Osman para sacarle alguna información, ninguno dijo nada.Esto ya se está saliendo de control. Ellos son amigos desde pequeños y nunca los había visto en esta situación, al menos fuera del entrenamiento. Definitivamente, algo está sucediendo.De repente Ryder simplemente desaparece y Kael queda parado en medio del patio. Mira a su alrededor y la pelea que causó contra Osman y encuentra a s
—No debiste decirle eso. ¿No es suficiente con que ya me desprecie para que le eches más leña al fuego? Apenas está empezando a aceptar a Zaira ahora, no quiero que tu hijo me vea como su enemiga o que se aleje de nuevo de su hermana por esto —dice Elvira a su esposo luego de que él le cuente lo que pasó con Kael.—Esto nada tiene que ver contigo ni con Zaira.—Lo tiene, mi amor. Tú lo sabes. Él siempre estuvo en contra de nuestra unión, ahora que viene mi hermana a la comunidad, está más molesto aún. Me culpa y la culpa a ella de que todos tengan que ponerse en pausa a causa de su venida. De alguna forma lo entiendo.—Es solo por un tiempo, hasta que encontremos una solución. La manada no se va a extinguir porque una humana venga unos días. Por supuesto que no quiero enfrentar a mi hijo, me encanta disfrutar de mi jubilación, no preocuparme por todos y compartir contigo y Zaira todos los días. Ningún Alfa quiere estar a cargo para siempre, manejar una manada no es divertido. Pero si é
El alfa Kael, apoyado contra la pared de la habitación donde Osman reposa en la cama, no deja de analizar lo que su padre le dijo antes de partir. La tensión en sus músculos es evidente; aún no puede creer que haya perdido la cabeza por la huida de Aria. Según los rastreadores, no pudieron hallarla hasta ahora. Solo encontraron sus ropas tiradas en medio de unos arbustos cerca de un pueblo humano, luego no hay nada más que los ayude.—¿Ya la encontraron? —pregunta Osman, con la voz ronca y cansada. Sus heridas ya están casi sanadas, pero aún debe reposar por unas horas hasta que los efectos del medicamento pasen.Kael aprieta la mandíbula y niega.—Logró llegar al pueblo humano. Perdieron su rastro justo allí. Osman frunce el ceño. Se incorpora con dificultad, ignorando el dolor en su torso que lo atraviesa.—¿Cómo demonios llegó hasta allí sin que nadie la viera? ¿Cómo consiguió pasar el bosque infestado? Es increíble que los renegados no la hayan olido y atacado.Kael cruza los bra
El alfa Esteban no tarda en hacer las presentaciones. —Kael, quiero que conozcas a Aria. Es la hermana de Elvira. Se quedará con nosotros unos días. Serás el responsable de su bienestar. Por favor, cuida bien de ella en este tiempo.Aria siente cómo la sangre se le congela en las venas. Su mente se niega a aceptar la cruel ironía del destino. Había conseguido a duras penas huir de sus captores, incluso presenciar la pelea de unos lobos, y ahora está enfrente de la persona de la que más quería escapar.Kael no muestra ninguna emoción en su rostro, pero sus ojos azules brillan con una furia contenida. Rayder está arañando su mente, pidiendo a gritos salir y marcar a la compañera que pensó que había perdido. Venir obligado a esta cena para conocer a la hermana humana de su madrastra le pareció un absurdo, pero ahora, viéndola parada frente mismo a él, en su manada, sus sienes palpitan, su sangre pulula en sus venas y quiere saltar encima de ella, pero se contiene. No puede hacer una esc
A Kael le encanta estar afuera en el bosque. Respirar el aroma a hojas secas lo ayuda a relajarse y no pensar tanto en la compañera que creyó nunca iba a encontrar y que ahora está en su propia manada, muy cerca de su departamento.No le sorprende que su padre haya decidido que ella ocupe una de las cabañas de visitantes, ya que son las más alejadas de las casas de los miembros y de la casa alfa. Así estará lo más lejos posible de los ruidos.Su departamento lo eligió por el mismo motivo. Él quiere una vista del bosque y se siente más cómodo solo que bajo el bullicio que siempre hay en la casa alfa. Al principio, su padre se enojó por eso, creyendo que era por Elvira, pero luego entendió que él estaba mejor así.Ahora su preocupación más grande es Aria. Tiene que lidiar con ella sin levantar sospechas. Entra en su habitación y suspira mientras se deja caer en su cama. Está molesto y quiere desahogarse.Sale de nuevo de su habitación y va hasta el campo de entrenamiento. Es tarde, pero
Aria abre los ojos de forma brusca a la vez que se sienta en la cama. Queda perpleja al encontrar a Kael sentado en la silla de al lado, mirándola. Observa a su alrededor y nota que todo está bien: ella está acostada en la cama y sobre ella hay una colcha. Incluso lleva la ropa que tenía puesta y la estufa está prendida, dando calor al ambiente.Por más que lo intenta, no logra recordar lo que sucedió luego de que mirara por la ventana y viera a esa bestia. ¿Acaso se desmayó? ¿Cómo llegó a la cama entonces? Está confundida. Su cabeza palpita del dolor.—Es hora de desayunar. Todos nos están esperando en el salón. Tienes cinco minutos para cambiarte —murmura él y se levanta para dirigirse hacia afuera.Aria ni siquiera es capaz de emitir alguna respuesta. Luego de asearse, camina detrás de él. Miles de preguntas rondan su mente mientras lo sigue. Ayer vio que él tenía una llave de su puerta, por eso se había asegurado de poner el seguro extra a la puerta. ¿Cómo consiguió entrar entonce
Aria siente como si una piedra pesada se le instalara en el estómago. Por un momento, cree ver miedo en los ojos de su hermana. No es solo preocupación: es miedo real.—¿Por qué confías tan ciegamente en ellos y no en lo que te digo? ¿Esteban te tiene aquí amenazada? —pregunta en voz baja.Elvira no responde.Aria entiende que su no respuesta también es una respuesta. Se marcha a su habitación sin decir más. Está decidida. No importa lo que su hermana crea que ella deba hacer. No puede quedarse aquí. Hay algo oscuro, algo peligroso oculto tras esa aparente seguridad que todos ellos intentan mostrarle. Lo siente en los huesos. No le gusta ese efecto dominante que Kael ejerce en ella. Lo peor de todo es que todas sus fuerzas se esfuman cuando está cerca de él.Pasa todo el día encerrada en su cabaña, observando desde la ventana, tratando de encontrar un escape. El resultado es desalentador: están muy lejos de la ciudad, y el bosque que los rodea es espeso y extenso, tanto o más que el d
El viento frío silba entre los árboles cuando Kael se transforma. Su cuerpo se estira, sus huesos crujen con fuerza, y su forma humana emerge de entre la bestia. Se mueve con rapidez hacia uno de los robles más antiguos del bosque, donde él y los suyos suelen esconder ropa de repuesto para estos casos. Rebusca entre el hueco del tronco, saca un pantalón y una camiseta raída, y se los pone sin perder más tiempo.El olor a sangre lo guía. Y entonces la ve, todavía en el mismo sitio.Aria está tendida sobre el suelo húmedo, temblando como una hoja y completamente fuera de sí. Su respiración es entrecortada, sus mejillas, mojadas por las lágrimas. Una mancha roja se extiende por su pierna derecha, donde la garra de uno de esos renegados la ha alcanzado. La herida sangra con lentitud, pero de forma constante. Kael se acerca con cautela, pero cuando intenta tocarla, ella reacciona. En ese momento, también Osman lo hace. Queda estupefacta mirando a ambos. ¿De dónde aparecieron de repente? ¿Dó