Una hora después, la sonrisa de Egan era incontenible. Y aunque las sonrisas normalmente lograban hacer feliz a las demás personas, la sonrisa que Argus le veía a Egan solamente le causaba que la piel se le pusiera de gallina y quisiera alejarse lo más que pudiese de él. Era desquiciada, completamente llena de maldad y malas intenciones.El sujeto que Egan había encargado a Argus buscar, era solo un hombre común y corriente, de unos cuarenta años y un cabello oscuro lleno de canas. Argus ni siquiera sabía su nombre, pero cuando Egan le ordenó atarlo a una silla en lo que aún seguía inconsciente, él supo que nada bueno sucedería con él.Cuando Egan se detuvo a dos pasos de la silla donde el reportero estaba atado, Argus se mantuvo pegado a la pared de la pequeña habitación del prostíbulo. Desde aquella posición que había adoptado ni el mismo Egan lo vería, escondido en la oscuridad que le proporcionaba la pared, y así podía protegerlo a él y evitar que nadie entrara.Escuchara lo que e
Egan estaba a punto de irse a la clínica nuevamente, pues lo único que deseaba era buscar a Katya y regresar a casa. Cuando Danilo, uno de sus más recientes socios y el segundo más chico después de Egan, lo detuvo en la puerta de la oficina.- Oye, Caruso -Egan se detuvo y lo miró con impaciencia. Sin embargo, Danilo parecía inmune a su mirada y continuó con su sonrisa de borracho-. Escucha, necesito una segunda invitación para tu fiesta. Es que tengo una reunión ese día y planeaba tenerla antes. Pero pensando anoche, mientras estaba en la cama con mi mujer, me dije: "oye, ¿por qué no lo llevo a la fiesta de Egan? Así, no me pierdo de tu fiesta y mantengo a este tipo en un terreno neutro mientras hago mi reunión." La verdad, Carusito, este tipo no me da buena espina. Pero tiene demasiado dinero y no me viene nada mal hacerme su aliado.Egan detuvo las náuseas de simplemente escuchar la irritante voz de Danilo. Y, solo por librarse de él, aceptó darle una segunda invitación. Aunque Ega
A través del teléfono de Argus, Egan veía las noticias. La mujer rubia con voz severa hablaba sobre la información de la clínica, declarándola falsa y una completa estafa.- ...toda una mentira -decía, un poco de indignación desbordaba su voz-. Envíamos cámaras y reporteros encubiertos a la clínica. Nada había ocurrido, todo era solamente una farsa de nuestro reportero, cuya identidad mantendremos en secreto, para ganar un minuto fama. Un minuto de fama muy corto, que repercutió daños colaterales. Por suerte, la clínica ha decidido no levantar cargos contra nosotros. Pero lo menos que podemos hacer es ofrecer una disculpa pública al personal de la clínica y al dueño mismo. Sin duda el mensaje le había llegado dolorosamente claro y alto al querido amigo William.Egan sonrió con satisfacción, mientras estiraba su mano para entregarle el teléfono de vuelta a Argus. Sin embargo, cuando una llamada de un número registrado por un nombre conocido para Egan, él contestó la llamada con cierta
Katya estuvo sola en la clínica otro día más. No había señales de vida de Egan por ningún lado. Por suerte, y lo único bueno que había ocurrido en un rato, era que en las noticias retiraron todas las aclaraciones que habían hecho sobre la clínica y pareciera que cada noticia que existía sobre el acontecimiento de Marín había sido borrada de la faz de la tierra.Egan no había mentido cuando le dijo a Katya que se encargaría de la información que se había revelado de la clínica. Aquello la tenía aliviada, pero que él no apareciese en un largo rato para molestarla, era sin duda preocupante.Las piernas de Katya se acalambraron y, de pronto, ella tuvo unas intensas ganas de ir al baño. Así que, por más que su estómago gritó obseninades por levantarse y las vendas de su cuerpo tiraron de su piel, ella se levantó con lentitud y cuidado para dirigirse al baño. Tuvo cuidado con la camilla de Boris y de no despertarlo. Katya había pedido personalmente que ingresaran en su propia habitación par
Egan estaba tan acostumbrado a ignorar a sus guardaespaldas, que confundido y sin notar la camilla extra en la habitación, simplemente se cruzó de brazos frente a Katya. Su rostro era sereno y aliviado, como el de alguien que huye de la policía y sale victorioso.Katya esperaba que aquello fuese solo su imaginación.Pero entretenida entre sus pensamientos y la hermosa vista de la camisa blanca de Egan que se estiraba sobre sus anchos hombros y sus bíceps, Katya olvidó por un momento cuál era la pregunta que Egan había dicho al entrar.Él debía haber supuesto que Katya estaba enojada y por ello decidió entrar sin su chaqueta. Egan comenzaba a descubrir que la debilidad de Katya eran los hombros y bíceps de Egan. De vez en cuando, las raras oportunidades que tenía de ver su abdomen y pecho, pues también la dejaba algo mareada la vista de él sin camiseta. Pero nada como la sensación de los hombros de Egan bajo sus palmas.Aquello era lo único que Katya no lamentó de aquel día que casi se
Egan arrugó su ceño y entrecerró sus ojos hacia Ivan; obviamente a Egan aquello le olía mal, fétido. Pero tampoco le interesaba demasiado los asuntos de aquel pobre doctor. Solo los que conciernen también sobre Katya, pero ella parecía bien y lejos de cualquier problema.Ivan, con una disculpas y la mirada baja, salió de la habitación seguido por la intensa mirada de Argus. Egan le hizo señas después a éste mismo y él salió de la habitación sin chistar, dejando solos a Egan y Katya.Ella volvió a sentarse sobre la camilla, gruñendo después y tomándose con fuerza de su estómago. Había visto sus puntos hacía unas horas cuando una enfermera la ayudó a tomar una ducha, su cabello seguía húmedo aún, pero ella no sabía muy bien cuán grave había sido el asunto por dentro de ella. Tampoco quería enterarse, pues aquello solo la hacía recordar el cuerpo muerto de Marín en el suelo.El hilo de aquel pensamiento la hizo estremecerse. Egan lo notó y tomó una manta que estaba arrugada a los pies de
Un par de días trascurrieron con rapidez. Egan finalmente volvió a cumplir su promesa y cada vez que salía, bien sea para buscar algo de ropa en casa o alguna otra reunión de trabajo, él volvía al hospital tan solo unas horas después. Los besos entre ambos no se volvieron a repetir tan a menudo. Quizás uno que otro robado de Egan, o uno que Katya pedía con dulzura cuando Egan se enojaba por cualquier motivo.Literalmente, cualquier motivo.Egan se enojaba con facilidad, eso era un hecho para Katya. Pero desde aquella plática que tuvieron después que Egan regresara, había hecho que Egan fuese un poco más tolerante con todo y todos los que estaban a su alrededor. Quizás no fuera un pan de Dios, pero al menos ya no tenía más deseos de matar o castigar a Boris.El guardaespaldas, por otro parte, había sido dado de alta y Argus se encargó de darle una despedida digna. Egan no estaba en ese momento, quizás hubiese retrocedido todo lo que a Katya le costó llevarlo a su estado de tranquilidad
El viaje en el descapotable fue una de las cosas más hermosas que Katya había hecho últimamemente en su vida. Sentir el viento en rostro, su cabello volar por el camino y poder ver sin ningún tipo de restricción el hermoso atardecer, Katya se sintió agradecida por aquellos detalles que su vida había adquirido ahora.Quizás estar con Egan no sería tan malo. Era divertido, caliente y, ahora podía notarlo, muy ostentoso. Quizás demasiado ostentoso, más de lo que ella humildemente hubiese esperado para su vida adulta, pero jamás se negaría que aquellos lujos podían tener su lado positivo.Egan miraba a Katya cada vez que tenía la oportunidad. La forma en que cerraba sus párpados para disfrutar de la brisa que se arremolineaba a su alrededor, cómo admiraba el cielo o simplemente se perdía en el paisaje. Ella era hermosa, genuinamente adorable y, por sobre todo, Egan lo sabía ya, inocente.Katya es inocente.Después de cenar en un lindo restaurante junto a Sylvana y Argus, los cuatro llegar