55. El ángel
Hellan le dedicó una sonrisa tímida antes de seguir su camino. Lo recordada a la perfección.

Hadriel, sin darle más importancia, continuó hacia la salida del hospital. Sabía que Hellen necesitaba cuidados, así que decidió ir a una farmacia cercana para comprar algunas cosas que podrían ayudarla a recuperarse después de haber vomitado.

En la farmacia, recorrió los pasillos con calma, eligiendo cuidadosamente lo que necesitaba. Agarró una botella de agua mineral, sabiendo que era importante que Hellen se mantuviera hidratada. Luego, agregó una bebida isotónica para reponer los electrolitos perdidos. Pasó por la sección de alimentos blandos y seleccionó unas galletas de soda y una caja de arroz inflado, suaves para el estómago y fáciles de digerir. También tomó un paquete de té de jengibre, que podría ayudar a calmar las náuseas, y una caja de compresas frías para que Hellen pudiera aplicarlas si seguía sintiéndose mal. Antes de dirigirse a la caja, añadió un paquete de toallitas húmedas
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