En el corazón del Reino de Lycandar, la majestuosa fortaleza de la manada del Imperio estaba envuelta en la calma de la noche. Las estrellas brillaban en el cielo y una ligera brisa susurraba entre los árboles del bosque que rodeaba el castillo.Aldric, con su imponente figura y su cabello blanco como la nieve, caminaba por los silenciosos pasillos. Se detuvo frente a la puerta de la habitación de su pequeña hermana, Katrina. Tocó suavemente antes de abrir la puerta y entrar.Katrina, con solo 15 años, estaba sentada en su cama, mirando por la ventana con una expresión de preocupación. Su cabello blanco pero a diferencia del de su hermano tenía algunos mechones dorados caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos reflejaban la luz de la luna con un brillo melancólico.—Katrina, ¿qué haces despierta a estas horas? —preguntó Aldric en voz baja, acercándose a su cama.Katrina levantó la vista y esbozó una pequeña sonrisa al ver a su hermano mayor.—No puedo dormir, Aldric —respondi
La luna llena iluminaba el bosque, proyectando sombras alargadas que bailaban entre los árboles. Ylva, con su cabello blanco como la nieve y sus ojos azules como zafiros, se adentraba en el bosque, guiada por una extraña sensación de atracción.A medida que avanzaba, el aire se volvía más fresco y el sonido de los animales nocturnos se hacía más intenso. De repente, un aullido resonó en la distancia, enviando escalofríos por la columna vertebral de Ylva.Siguiendo el sonido, se abrió paso entre los árboles hasta llegar a un claro donde un grupo de lobos se reunía alrededor de una hoguera. Ylva se detuvo, observándolos con cautela, sintiendo una mezcla de miedo y fascinación.Los lobos la notaron y se acercaron lentamente, sus ojos amarillos brillando en la oscuridad. Ylva se quedó quieta, sin moverse, y los lobos se detuvieron a unos metros de distancia, observándola con curiosidad.De repente, uno de los lobos dio un paso adelante y se acercó a Ylva. La joven se agachó y acarició su
Los meses pasaron rápidamente y la graduación finalmente llegó. Todo salió a la perfección, y Ylva se sintió orgullosa de haber completado su etapa en la secundaria. Antes de que finalizaran las clases, sus padres, Elena y Thomas, le preguntaron sobre sus planes para la universidad. —Ylva, ¿has pensado en qué quieres estudiar? —preguntó Elena con una sonrisa. Ylva asintió con entusiasmo. —Sí, quiero ser veterinaria. Siempre he sentido una conexión especial con los animales, y quiero dedicar mi vida a cuidarlos. Federico, su hermano mayor, la felicitó con una sonrisa amplia. —¡Esa es una excelente elección! Estoy seguro de que serás una gran doctora. Todos sabemos lo talentosa que eres con los animales, especialmente con los lobos. Nunca les has temido ni un poco, eres valiente, yo prefiero verlos en fotos. Ylva sonrió, sintiendo el apoyo y la confianza de su familia. —Gracias, Fede. Eso significa mucho para mí. Elena y Thomas también la abrazaron con orgullo. —Estamos
Esa noche, de regreso a su casa, Ylva se durmió temprano después de cenar. Elena y Thomas, al verla descansar profundamente, pensaron que quizás era el agotamiento de la fiebre lo que la había vencido.Sin embargo, un par de horas después, Ylva se despertó de golpe, empapada en sudor. Su respiración era agitada y su corazón latía con fuerza en su pecho. Se sentía extraña, como si su cuerpo ya no le perteneciera. Una atracción inexplicable hacia el bosque la impulsó a levantarse.Como si estuviera sonámbula, salió de la casa y comenzó a caminar hacia el bosque, guiada por una fuerza que no podía comprender. Al llegar al borde del bosque, sintió que su cuerpo empezaba a experimentar una sensación extraña y desconocida.De repente, su piel comenzó a arder, y una oleada de dolor recorrió su cuerpo. Ylva cayó de rodillas, sintiendo cómo sus huesos se estiraban y cambiaban de forma. Gritó de dolor mientras sus manos se transformaban en patas, y su cabello blanco se extendía, cubriendo su cu
Ethan dormía plácidamente en su cabaña, disfrutando de la calma de la madrugada, cuando, de repente, su parte lobuna comenzó a inquietarse. Se despertó de golpe, sintiendo una oleada de sensaciones a través de sus sentidos.Fijo su vista en el reloj que tenía en la mesa y este marcaba las 4. Fue cuando un delicioso aroma invadió su ser, como el perfume de flores nocturnas mezclado con la frescura del rocío de la mañana. Era una fragancia embriagadora, dulce y seductora, que parecía envolver su mente y su corazón. Ethan respiró profundamente, dejando que el aroma llenara sus pulmones y despertara cada fibra de su ser.«Compañera» fue el primer pensamiento que cruzó su mente.Sin perder tiempo, se vistió rápidamente y salió de la cabaña, transformándose en su forma de lobo. Comenzó a perseguir el aroma, guiado por la intensidad de la fragancia que no estaba lejos de su casa. Sus patas se movían con gracia y agilidad, impulsadas por la urgencia de encontrar la fuente del aroma.Sin embar
En el Reino de Lycandar, la noche estaba en calma, solo interrumpida por el suave susurro del viento. De repente, un aullido resonó a través del aire, rompiendo la serenidad. Katrina, en su habitación, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sin pensarlo dos veces, salió corriendo en busca de su hermano Aldric.Aldric, saliendo de su propia habitación, fue sorprendido por la presencia de Katrina, que se le acercaba agitada. —¡¿Lo has escuchado?! —le gritó, su voz llena de urgencia.Aldric la abrazó para calmarla y asintió lentamente, sus ojos reflejando la misma mezcla de esperanza y preocupación que sentía su hermana.Katrina, eufórica, se apartó un poco y lo miró con determinación.—Estoy segura de que ese aullido es de nuestra hermana, Aldric. Puedo sentirlo, incluso mi loba me lo ha dicho.Aldric la miró fijamente, comprendiendo la intensidad de sus palabras. Aunque siempre había sido escéptico sobre las corazonadas, sabía que la conexión entre Katrina y su loba era fuerte, así
A la mañana siguiente, Aldric fue despertado por los toques en la puerta. Al abrir los ojos y mirar la hora, se dio cuenta de que se había levantado tarde, demasiado tarde para lo que solía madrugar. Dormir con su pequeña hermana le había dado un descanso reparador y profundo que ni cuenta se dio cuando amaneció. Miró a su lado y vio a Katrina aún dormida, con una expresión angelical en su rostro. Sin embargo, no pudo evitar recordar que su hermana no era ningún angelito, sobre todo cuando se enojaba, se convertía en todo un demonio.Aldric salió de la habitación con cuidado para no despertarla y se dirigió a la puerta, donde encontró a sus amigos esperándolo. Sus rostros reflejaban una mezcla de emoción y seriedad.—Tenemos noticias —dijo Kael, con voz urgente.Aldric los condujo a su estudio, donde podrían hablar con mayor privacidad. Una vez allí, sus amigos comenzaron a explicar lo que habían descubierto.—Hemos logrado ubicar de dónde vino el aullido que escuchamos anoche —dijo
Pasaron algunos días y Ylva finalmente comenzó a despertar. Abrió los ojos lentamente, notando que se encontraba en una acogedora cabaña. Una intravenosa estaba conectada a su brazo, suministrándole líquidos. Antes de que pudiera reaccionar bien, sus fosas nasales fueron invadidas por un intenso aroma, desconocido, pero irresistiblemente atractivo, como un hechizo que la hacía sentir atraída hacia él, como una polilla a la llama.El aroma la envolvió como una segunda piel. Era una mezcla embriagadora de madera, especias exóticas y algo más, una esencia intangible que despertaba sus sentidos de una manera que nunca había experimentado. Su cuerpo reaccionó de inmediato, sus músculos tensándose y su corazón acelerándose. Podía sentir cada latido resonar en sus oídos, y su respiración se volvió más profunda. Ese aroma despertó en ella un deseo primitivo y salvaje. Era un aroma que la hacía sentir viva, que la conectaba con algo más profundo que ella misma.Su parte lobuna, sin que ella p