Capítulo 115

Mi padre respondió positivamente a las terapias que le estaba haciendo. Yo ya no quería que se metiera en más problemas. Con Ferdinand, mi ex novio, había tenido muchos incidentes, justamente por su mal genio. No toleraba que nadie, siquiera, me saludara o me viera que estallaba como un petardo y lanzaba puñetes y patadas igual que un energúmeno. Mi padre también tuvo muchos conflictos similares, incluso aporreó al propio Ferdinand y yo no quería verlo más rodeada de policías, en medio de gritos o escándalos. Le hablaba, entonces, le provocaba recuerdos dulces de mamá y mío, sobre todo de pequeña, y él se emocionaba mucho. En una tienda de curiosidades pude conseguir música lituana y eso le cayó de maravillas. No solo conocía todas las canciones, sino que las tarareaba constantemente y le provocaba un sin fin de evocaciones, de sus padres (mis abuelos) y de su propia infancia.

Brenda fue la que me dijo de esa tienda que estaba en los suburbios. Uno de sus pacientes era coleccionist
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