Se sentía cómo una liebre atrapada mientras el doctor le hacía una serie de preguntas y todas sus respuestas eran bastantes tajantes, pues no quería entrar en detalles. Había intentado de todo para que la dejaran ir, sin embargo, el pelinegro se negó a llevarla a casa sin que la revisaran. Y es que ni siquiera consiguió hacer que él saliera del consultorio, por lo que estaba en un rincón observando todo en silencio.Eso definitivamente la tenía alterada.Podía sentir su filosa mirada rozándole la piel a pesar de que ella se estaba esforzando por actuar como si él no existiera.Le explicó al doctor que sólo había salido sin comer esa mañana y por ello el desmayo que tuvo, que no era algo grave y únicamente deseaba irse a casa para dormir. No obstante, lo que realmente le preocupaba era que le aplicaran algún medicamento que pudiese hacerle daño al bebé.―Si me permite, quisiera hacerle unos estudios de sangre.―¿Cómo dijo? ―soltó, aturdida.―Sólo es por protocolo. Su alteza real fue mu
―Gracias… ―dijo de repente la mujer de ojos azules―. Está delicioso lo que pediste.Brion levantó la mirada de su plato y tomó eso cómo una señal para iniciar la conversación, pues desde que entraron al lugar ella no dijo nada.Usó la servilleta para limpiarse y la colocó a un lado.―No tienes nada que agradecer, Clarisse. Simplemente estoy siguiendo las indicaciones del médico.―Estás haciendo más que eso ―murmuró, aunque él la escuchó.―¿A qué te refieres con eso? ―quiso saber.―Pudiste llevarme a la empresa o dejarme en mi casa. Pero en vez de eso me trajiste a un restaurante que se parece demasiado al que solíamos ir.―Te encantaba ese lugar.―Lo amaba ―pronunció con suavidad―. Cómo todo lo que hacíamos juntos.El príncipe mostró una débil sonrisa en la comisura de sus labios que desapareció velozmente.―Es una gran suerte que hayan abierto uno acá ―desvió el tema.―Dijiste que era una sucursal de ese mismo pequeño local, pero no te creí, así que revisé el Instagram del restaurant
Ya había pasado más de media hora y Clarisse nada que regresaba. Sabía perfectamente que usó las escaleras de emergencia para subir, podría estar fácilmente en la azotea del edificio. Terminó su bebida y depositó el baso en la mesa cuidadosamente, ese tiempo era suficiente para que ella tuviese espacio.―Malik ―chasqueó los dedos y su amigo se acercó con calma―. Enciende el auto, iré con ella.―¿Crees que sea una buena idea? No estoy seguro de que se encuentre en la mejor condición para relacionarse contigo ―comentó y notó que tenía un mechón de cabello fuera de lugar, así que lo llevó a su lugar con un dedo―. En realidad, no parece que seas su persona favorita en el mundo.―¿Tú crees? ―habló con una gran porción de sarcasmo. Se levantó y dejó un gran fajo de billetes en la mesa―. Sólo has lo que te pedí.Malik rodeó los ojos con resignación, pero al final aceptó la orden que le dieron.Por su parte Brion siguió los pasos de la pelinegra con calma y cuando llegó a la parte de arriba e
―¡No! ¡Necesito que venga de inmediato, Malik! ¡Comunícame con él ahora mismo! ―exigió Jax. Estaba tan estresado que su cuerpo sudaba.―Lo siento, agente Fell. Pero su alteza real no se encuentra disponible por el momento y ya le he informado que irá una vez haya terminado con un asunto ―el hombre se mantuvo en total calma, ya estaba acostumbrado a los gritos de otros y a esa altura ni siquiera le tomaba importancia―. Aunque si gusta, puedo notificarle sobre lo que usted desee.―Mierda… ―se rindió―. Dile que la fecha de la reunión fue cambiada para esta noche y será en L’guevett. Y debes ser muy firme al decirle no piense ir allí sin refuerzos.―Lo entiendo. Me aseguraré de…―Escúchame con atención, Malik. Bajo ninguna circunstancia permitas que Brion se presente en esa reunión solo. Estoy preparando a mi gente y no va a enfrentarse a los líderes de las mafias sin apoyo ―sentenció―. ¿Lo has entendido bien?―Por supuesto, agente Fell. Yo se lo informaré al prín…El teléfono le fue arre
Clarisse salió de la ducha con una toalla cubriéndole el cuerpo y fue directo a ponerse algo de ropa cómoda. Un pantalón de algodón y una playera tan suaves que se sentían cómo si estuviese envuelta en nubes, una delicia absoluta, en especial con ese clima. Después de que Brion la dejara en la entrada del edificio el clima empezó a tornarse algo oscuro hasta que inició la lluvia. No se trataba de una tormenta, sin embargo, llovía bastante fuerte en ese momento.Fue a la cocina y se sirvió un vaso con leche junto con algunos mini pie de manzana. Parecía que sería una de esas veces en las que podría comer algo normal y no una mezcla extraña. Así que encendió la televisión y vagó entre los canales por un rato hasta que se encontró con su rostro.Brion lucía esplendido ante la cámara cómo siempre, era casi imposible poder encontrar una imagen en la que él no luciese cómo un modelo. Y la verdad es que odiaba su estúpida cara perfecta y su cuerpo cincelado, y todo lo que viniera de él lo de
L’guevett o la casa del lago cómo era llamada vulgarmente, era una propiedad deslumbrante, una de las muchas que pertenecía a la familia real. El rey Lacus cómo un regalo de matrimonio para su esposa, la reina Belén en 1807, y desde entonces no sólo ha sido un destino vacacional para la realeza, sino también un sitio histórico.Pero esa noche era el lugar en donde estaban presentes los altos mandos de las agrupaciones criminales más peligrosas del mundo. Algunas podrían ser un mito y otras tan viejas que hasta era parte de la historia del mundo. Sin embargo, a pesar de que eran poderosas, ninguna podía hacer nada sin autorización de los peores de todos.La Gran Hidra tenía sus múltiples ojos sobre todos y cada uno de ellos, no había escapatoria del aterrador poder que tenía la familia real. Es por eso que, si ellos llamaban, todos respondían.El lugar estaba lleno, hombres y mujeres de diversas edades y etnias convivían en una zona neutral, pues no todos se llevaban bien. Pero si alg
«Traidores entre nosotros», la frase se repitió en la cabeza de las tres princesas.Serena de inmediato concluyó que ellos lo sabían.Sabían del trato que hizo con Brion y ahora la matarían frente a todo el público. Y no sería una muerte rápida e indolora, encontraría la perversa manera de extender su sufrimiento el mayor tiempo posible para utilizarlo cómo entretenimiento.Quería salir corriendo, pero su cuerpo se congeló en el lugar donde estaba. El corazón le latía desbocadamente, sentía que sufriría un paro cardíaco, aunque considerando la situación en la que se encontraba, sería lo mejor. Al menos de esa manera no les daría la satisfacción de que la puedan matar con sus propias manos.No obstante, un nuevo pensamiento surgió para activar su instinto de supervivencia, pues sus hijos salieron a flote en su mente.Gideon y Zola quedarían bajo la absoluta tutela de su psicótica madre, pues sabía que ni ella ni Otto serían perdonados. El horror que fluyó por su cuerpo al momento que i
¿Traidores?¿Ellos?¿Cómo?¿Por qué arruinarían su vida así?―¡Esto no tiene sentido! ¡Mi esposa no es una traidora! ―gritó un hombre de rasgos asiáticos.―¿Estás diciendo que nos hemos equivocado, Yuno? ―siseó Verona, apareciendo por detrás de él―. Mira a tu alrededor. De todas las personas que están acá esta noche sólo unos cuantos fueron manchados por la traición y deben pagar por ello. ¿Crees que fue un error? Nosotros no cometemos errores, pero es un gusto que tú estés fuera de esto. De ese modo alguien podrá no sólo cuidar de tu familia, sino también ocuparse de las labores de tu difunta esposa.―¿Difunta? ―la sangre se le congeló ante esa palabra―. No, no, no. ¡Por favor, sus altezas! ¡Debe haber una manera de solucionar esto! ¡Teresa, defiéndete!―De nada sirve que lo haga ―prosiguió la princesa Carmina―. Al igual que Teresa, todos estos imitadores de Judas decidieron aliarse con Brion. Tal parece que mi sobrino consiguió darles de alguna forma una oferta mejor que la vida lle