PDV Hassam
– Necesito cafeína y adrenalina – Me dije a mi mismo.
Paré mi trasero del mueble, me harte de hablar solo, decidi ir a visitar a mis padres, pero primero un café. Si hay algo que puede subir mi adrenalina, eso está en mi cochera. Caminé hacia allá y con el mando a distancia abrí el portón, y ahí está, justo lo que necesito ahora mi Ferrari 488 pista spider amarillo, el único en la ciudad en su color.
Por fortuna el día estaba fresco, luego de llevar mi spider a mas de 200 km/h, por las afueras de la ciudad, dónde hay menos cámaras, para no abusar de los beneficios de ser parte de la familia real. Volví al norte ya de mejor ánimo, bajé la velocidad y el techo para sentir la brisa fresca de noviembre, ahora sí, estaba listo para ir a un Starbucks, comprar café y luego ir hablar con mi padre. Me adentre el tráfico y reduje aún más la velocidad hasta detenerme en un semáforo porque cambio a rojo, recosté mi brazo en la ventana mientras esperaba, luego la voz de un niño llamo mi atención, mire a mi izquierda y vi como un chico de unos 8 años bajaba la ventanilla de su Nissan gris sedan.
Entusiasmado, le decía a la mujer que estaba a su lado quien asumo es su mamá, una frase que no pude identificar más que el idioma español, asumo que le mostraba mi carro por su sonrisa y porque apunto hacia mí, mientras tanto la mujer estaba cantando una alegre canción con una niña sentada en el asiento de atrás de unos 3 años. Ella apenas se giró hacia el niño y asentó la cabeza, no miró del todo, como si viera un carro de medio millón de dólares todos los días.
Giré mi mirada hacia al chico y le sonreí cordial, quien sorpresivamente me saludo.
– Salam alikum – expresó en árabe.
– W* alaikum as–salaam – le respondí con una sonrisa.
Al escuchar, ella volteó hacia mí, cuando nuestros ojos se cruzaron los suyos eran como el dátil claro, sentí un escalofrío por todo mi cuerpo y algo vibro entre mis piernas, puedo asegurar que el teléfono no fue. Me quedé estático hasta que el carro de atrás me tocó corneta porque ya había cambiado el semáforo a verde.
– Assif! – exclamé en mi idioma, levantando la mano, excusándome.
¿Qué me pasó? – Me regañe a mí mismo, es un insulto que un Corolla apure a un Ferrari. Sus ojos hermosos me cautivaron.
Ellos giraron a la izquierda y yo debía seguir derecho. Me detuve en el Starbucks hice mi pedido y seguí al palacio. Más tarde al compartir con mi padre quien es el consejero real, sobre unos asuntos del ministerio de exterior el cual llevo por ahora, mi madre ordenó que prepararán mi comida favorita y como siempre, me reclamo por mi decisión de vivir lejos de ellos. La verdad es que estamos a penas quince minutos, pero el hecho de que me haya saltado la costumbre de que toda la familia viva juntos hasta que se case y forme familia, e incluso así la casa de mi hermano está dentro del misma tierra que la de mis padres, eso la descoloca, aunque ya tenga un año de mi mudanza.
Mis hermanas estaban todas relajadas en su estancia, como en cada casa tradicional arabe había un salón para los hombres y otro al frente para las mujeres. Amira mi hermana quien es un año menor que yo aún no quiere casarse y me pide constantemente que la incluya en mis negocios para viajar conmigo, no tanto por estar conmigo sino por alejarse un poco de la familia.
– Hermano por favor ten compasión de mí, seré tu secretaria si quieres, pero como asesora de planificación te puedo ayudar, sabes que soy licenciada en gerencia. Quiero viajar contigo ya sabes cambiar de color un poco. Dime qué lo pensarás. Please – pide haciendo pucheros.
– Lo pensaré – dije para que parará de hablar, Amira tiene la capacidad de decir mil palabras por minuto.
– Siii – grito por lo bajo, luego se paró y me abrazó.
Mi padre volteó extrañado ante su actitud, debido a que no estaba acostumbrado a las expresiones físicas de cariño entre los distintos sexos.
Mas tarde, volví a mi casa relajado, aun cuando no vivía con mis padres, era usual y costumbre ir a cenar con la familia por lo menos cuatro veces por semana. Esa noche, soñé con unos ojos del color del dátil que me miraban a través de sus largas pestañas con indiferencia y luego me desnudaban el alma. Me desperté, no supe si por mi propia voz diciendome que debo de conocerla o por el dolor de mi entrepierna a causa de la erección.
Creo que no pasaron ni tres minutos y mi respiración se estaba calmando tratando de bajar los latidos de mi corazón, de seguro está debió ser la mastxxxxxa más rápida que me haya dado desde que era adolescente, y solo por unos ojos de mirada profunda. Caí rendido hasta el otro día.
PDV Elena En un abrir y cerrar de ojos paso una semana más, entre crear contenido para mi red social, atender la casa, jugar con los niños, y dar gracias a Dios por el internet y las redes sociales, las cuales uso para conectar con mis seres queridos, esto de no tener familia o amigos cerca me sigue perturbando desde que nos mudamos al medio oriente. Apenas parece que fue hace dos días que me fui con Paula y Estaban de paseo por la ciudad, mientras Aston paso el fin de semana en planta trabajando o eso espero yo. Amo darles ese pequeño placer a mis hijos de llevarlos al parque, a comer helado y pasear por su lugar favorito, qrim una parte de la ciudad con colinas, restaurantes a la orilla de la playa, parques, y demás atracciones; dónde Esteban ama ver todos los autos de lujo o de carreras como los llama él. Lavando los platos me sonrío al recordar
PDV Hassam. – Salam alikum – conteste mi teléfono. – Wa alaikum as–salaam – me responden y en seguida cambio a inglés el idioma de los negocios. – Buenos días, su alteza Hassam, le habla, el secretario de su señoría Rashan Elshafai embajador de Egipto en el Sultanato. – Si él habla, estoy muy bien, que desea. – Le comunico al embajador. – Apreciado su alteza Hassam ¿cómo has estado? – ¿Cómo estás Amigo? – respondí cordialmente – estoy muy bien, a qué debo tu llamada. – ¿Estás en el Sultanato? Quisiera hablar unos asuntos contigo en persona. ¿Cómo está tu agenda mañana en la mañana? &ndas
PDV Elena. Finalmente, la semana que viene Esteban sale de vacaciones del colegio y estoy feliz porque mis suegros nos enviaron pasajes para ir a visitarlos, alegando que extrañan mucho a sus nietos, para variar Aston está muy ocupado y no nos va a acompañar así que solo iremos Paula, Esteban y yo por una semana. La cuál aprovechare lo más que pueda, yo también extraño el occidentalismo de los Estados Unidos. Y como estoy emocionada de ir a tierra occidental y usar mi ropa normal, ya tengo todo arreglado, nuestro vuelo es en tres días; esto de viajar sola con los chicos será algo nuevo para mí. Llegó el fin de semana y mi esposo se dignó a pasar un día con nosotros antes de irnos. Íbamos en el auto, rumbo al sur a conocer un wadi como se le llama acá a los ríos o riachuelos que usualmente están secos.
PDV. Hassam. Está semana he estado ocupado, pero ya tengo todo listo, he hablado con el embajador de los Estados Unidos de América, el ministro de defensa y mi colega el ministro de relaciones exteriores, todo está preparado para que nos reciban, será un viaje de cinco días, cosa que lamento porque son unas catorce horas de viaje. El martes en la noche partiremos: mi tío, su majestad Nasser Al Tamin Bin Tasik quinto sultán de nuestra tierra, mi primo el príncipe heredero, su alteza Abdulah quien es el primer ministro,un pequeño comité de seis personas y yo.El lunes en la noche de camino a casa recibo la llamada de mi tío Nasser. – Salam alikum su majestad, Dios lo preserve – Contesto. – Wa leikud as Salam – me contesta.Y nos extendemos en nues
PDV. Elena– Abuelaa – grito Esteban al ver a sus abuelos que nos recibieron en el aeropuerto William P Hobby.– Grand Pa. – grito Paula mientras le estiraba los brazos a su abuelo desde el coche donde estaba sentada.– Mis nietos bellos cuánto los extrañamos – dijo la abuela Adela.– Hola hija, ¿cómo estás? – me tiende un brazo sin soltar a Esteban.– Molida – me rio de mí misma, por la expresión muy venezolana que se refiere a estar muy cansada.Mis suegros se intercambian a los nietos.– Hola bella Elena, sí que luces cansada hija, pero igual de guapa, vamos a casa, ya nos encargaremos de este par – dice mi suegro.– ¿Como estás Aston? – lo salude emocionada de verlos.– Más viejo será hija – respondió con su siempre
PDV. Elena Estamos disfrutando en la piscina del hotel JW Marriot Grand lakes en Orlando, sorbo a sorbo disfruto de mi piña colada que está genial, mi suegra a mi lado acostada se toma una cerveza y brindamos. – ¿Cómo está Aston querida? cada vez lo noto más distante, poco nos llama y cuando nosotros lo hacemos siempre está ocupado.Sabía que no me iba a escapar de esta conversación. – Bueno está tan ocupado que la mayoría de las veces no lo veo llegar de noche. – dije sinceramente. – ¿Y todo está bien con ustedes? tú sabes que nosotras las mujeres y más las madres tenemos un sexto sentido, puedes hablar con confianza, sabes que te queremos mucho. Me sonrío y pienso que tengo la mejor suegra del mu
PDV. Hassam. – Hola. – Digo a la mesera que ya estaba sentada en el lobby de mi piso cuando subí. – Si que tiene ganas – pensé. – Hola guapo. – sonrió pestañando coquetamente, varias veces – Te estaba esperando – mencionó sonreída mirándome de arriba a abajo.Esto es lo que me gusta de las occidentales no se intimidan a la hora de ir por lo que quieren. – No esperes más, vayamos a mi habitación – le tiendo la mano para que avance delante de mí mientras observo cómo contonea el trasero que se le ve bajo los shorts de jeans rasgados que carga puesto y su espalda solo cubierta por una cinta. Abro la puerta de mi habitación y al pasar noto su sorpresa a ver lo grande que es, y yo sin esperar le doy una nalgada para pr
PDV. Elena Llegó el día de irnos a casa, con lágrimas en los ojos nos despiden mis suegros, que no quieren soltar a Esteban ni a Paula. – Te extrañaré tanto mi princesa – dice el señor Aston a Paula que aún está guindada a su cuello. – Te Amo Grand Pa. – Le responde con su dulce voz. Y el gran hombre que la sostiene no aguanta las lágrimas. – Adiós Grand Ma, nos vienes a visitar en diciembre ¿ok? – pide Esteban a la abuela. – Está bien mi príncipe grande. Te amo tanto – le devuelve Adela quien no suelta su abrazo de oso. Esteban también la abraza fuerte, y yo solo me quedo observándolos en un segundo plano, el amor les brota por todos los poros y yo me empapo de eso. Se intercambi