Pobre Hassam
Hassam. Mi amada moon me dejo sufriendo por dos días con su indecisión, finalmente volvimos a la casa de sus padres y me dispuse a pedir formalmente su mano en una cena organizada por la señora Adela. – Es muy de caballeros tu gesto muchacho, pero como veras mi hija es mayorcita ya tuvo una familia así que es ella quien debe aceptarte, yo solo te pido que seas capaz de protegerlos, porque no te vas a casar solo con Elena, también deberás respetar y amar a mis nietos, porque si alguno de ellos vuelve a tener si quiera un rasguño por tu culpa, conocerás mi lado Febres. Esas fueron las palabras del padre de Elena, ya habíamos tenido conversación similar cuando lo conocí, así que me esperaba algo como eso, por su puesto eso lo hablamos antes de la cena, porque ahí estaban Esteban y Paula, a quienes me alegré de verlos y sobre todo de ver su reacción de alegría al verme junto a su madre. La pequeña literalmente soltó la mano del papá y corrió a mis brazos, gesto que hizo
Hassam El mismo día que renuncié quise ir a hablar con mis padres, pero mentiría si digo que no me dolieron las palabras de mi tío, y más dejar el trabajo por el que tanto me preparé y esforcé, contra mi voluntad se me salieron unas lagrimas al estar en mi auto, ni porque había tomado mi porche carrera el cual me elevaba el ánimo me ayudo. Por lo que decidí irme a casa donde sabía que encontraría paz, al llegar me fui a la piscina donde me informaron estaban todos; los niños estaban dentro jugando con Luz y Khalid y mi hermosa moom estaba acostada tomando el sol en un bikini que me provocó quitárselo o rasgárselo para que nadie más la viera así de sexi. Aun cuando ambos teníamos lentes oscuros, Elena apenas me vio caminar hacia ella se levantó y se acercó a mí. – Vamos adentro – me pidió mientras tomaba mi mano y se ponía en cuclillas para darme un beso, que fue como un bálsamo para mí. – Ahora volvemos – informó – pórtense bien. Yo saludé brevemente y nos fui
Hassam Al día siguiente me tocaba la prueba más grande, ir a casa de mis padres. Así que como al mal paso darle rápido luego del desayuno deje a Elena y los niños jugando en la playa privada con la promesa de vernos en el museo nacional dentro para mediodía. Conociendo a mi padre no iba a alargar mucho esa conversación, lo que no me espere fue que fuera tan corta. Apenas pase al castillo mi madre como siempre estaba en la puerta esperándome. – Madre. – Oh mi niño, gracias a Alah que volviese, Hassam te he extrañado mucho – me abrazaba fuerte y sus lágrimas mojaban mi disdasha blanca. – Está bien mamá, estoy bien– la separe de mi para limpiar sus mejillas – las mujeres guapas como tú no lloran. – No seas adulador en este momento, tu padre está furioso, tu tío llamó diciendo que renunciaste a tu cargo. – Ya veo que no me dejaron dar la primicia – dije pasando finalmente a la sala de estar. – Van a llamar a un consejo para designar a tu sustitu
Dos meses después Elena. – Quien lo diría mi hermana se casa con un jeque, pero no será jequesa, ni lady. Entró a mi habitación diciendo Luz a tono de broma, pero la miré mal, no estaba para bromas, me encontraba nerviosa, vestida con un vestido color champagne largo con falda de seda semi ajustado a mi cuerpo y toda la parte de la cintura hasta el escote en forma de corazón en transparencias con pedrería, ella se rio y ayudo a mi madre a colocarme la capa que iba solo desde mis hombros. – Luz, este no es momento de bromas, es un momento especial. – la reprendió mi madre. – Ay ya dejen la seriedad, es broma, pero ustedes saben que es en serio. – ¿Sabes que tu suegra está aquí? – Si llegó a mediodía. – Siéntete afortunada la mía aun ni la conozco. – La verdad me sorprendió que viniera, después de como el papá e Hassam lo echó de su casa. – dije con sinceridad. Aún no había visto a la madre de Hassam, no se me hubiera ocurrido pensar que ven
Hassam. – ¿Qué estas qué? – la había escuchado perfectamente, pero aun en mi mente no cabía la idea, ¿iba a ser papá? Elena respiró profundo y se sentó a la orilla de la cama, luego levantó la cara para mirarme fijamente con aquellos ojos dátiles que hoy deberían demostrar felicidad y solo miro en ellos miedo. – Embarazada Hassam, tengo un embarazo gemelar de nueve semanas. – ¿Estás segura? Me consta que has tenido tu periodo. Elena no respondió, en vez de eso me extendió la mano para entregarme una fotografía. Era como una esfera negra con dos formas blancas en ella, una un poco mas grande que la otra, no entendí, pero mis ojos se llenaron de lágrimas. – ¿Cuándo te enteraste? – ¿Hace dos días, y hasta hoy me lo dices? – mi grito hizo que Elena se sobresaltara. Pasé mis manos por mi cabello, me mecí la cara con exasperación y empecé a caminar de un lado a otro. – ¿Por qué Elena, por qué esperaste hasta hoy para decírmelo? ¿Por qué no me cont
PDV Narrador Un año después. La vida de la familia Al Tamin Febres estaba ya asentada y tranquila, los bebes, Hassim y Aaitana, tenían cinco meses, sus hermanos mayores los adoraban, su tía Luz que ahora llevaba un embarazo de seis meses los consentía a mas no poder y se encargaba de cuidarlos cada vez que Hassam quería secuestrarse a Elena, lo que sucedía muy a menudo ahora que ya había pasado el reposo postparto y recuperaban su activa vida sexual. Hassam eventualmente viajaba a los Emiratos Árabes para atender sus empresas y e lo posible Elena lo acompañaba, pero no le gustaba dejar a sus hijos solos o llevárselos si tenían clases, una tarde hacían una parrillada cuando Hassam recibió una llamada inesperada. – Salam alikum – respondió al ver el el código del sultanato. – Wa alikum al salam hermano, tienes que venir a baba le dio un infarto. Hassam se quedó estático sin saber que responder y el terror se reflejó en su cara, acto que n pasó desapercibido por
PDV Narrador Amira se giró y vio a un hombre similar a su hermano, pero también vio a la culpable de que ahora estuviera encerrada siempre en su habitación. –Qué bueno que viniste a ver como tus hijas son comida de gato – le dijo viendo con odio a Elena. Antes de que Hassam llegara Amira lanzo a Paula hacia donde estaba el tigre levantándose perezoso. –Noooooo – gritó Elena. Hassam se acercó y le arrebató a Aaitana empujándola sin querer mas cerca del tigre, quien se lanzo sobre lo que él pensó era su comida mas grande. Un disparo seco se escuchó y todos instintivamente se agacharon, menos Hassam quien se giro para ver a su hermano quien siempre iba armado como buen soldado, para correr hacia Paula y cargarla con el otro brazo. El tigre recibió el disparo cerca de su pata delantera, pero el propio peso al caer terminó de morder la pierna de Amira quien gritaba desesperaba, ni Hassam ni Elena se detuvieron a ver que pasaba con ella, tomaron a sus hijas revisándolas y fue Salim qui
PDV Narrador. El cumpleaños de los hermanos Al Tamin Febres. No hubo manera de que toda la familia incluyendo a las máximas autoridades del sultanato abandonaran en un mismo día el país, así, que el primer año de mis hermosos gemelos lo celebramos en el Sultanato. Mis padres, mi hermana quien había tenido una hermosa morena de tres meses y ya estaba embarazada de nuevo viajaron al medio oriente y acordamos quedarnos todos en el pettit palacio de Hassam. Al celebrar una fiesta en no solo otro sitio sino otro continente se pudiera pensar que sería mucho trabajo, pero no era el caso con la familia de mi esposo, así que a excepción de los colores y el tema poco o nada tuve que ver con la planificación, y ejecución del magno evento. Y cuando pienso en magno evento creo que me quedo corta con el adjetivo, en mi vida pensé en tener una fiesta con tantos invitados, menos cuando mas del cincuenta porciento de ellos eran familia de mi esposo. El salón del Ritz Carlton