Gracias, es una palabra que está dedicada a cada uno de mis perversos lectores, amigos y familiares que han leído esta historia de la cual espero hayan aprendido que la vida no suele ser rosa, espero que cada chico sepa admirar a una mujer con experiencia y que no la rechace por comentarios que escuche respecto a ella, conócela y aprende, tal vez en el transcurso de la enseñanza termines enamorado como Donovan.
La vida es hermosa, por lo que no tengas miedo a enamorarte y fracasar, duele, sé que arde y quema cuando quieres a alguien que termina defraudándote, pero no te estanques y rompe el ciclo, ya que muchas veces queremos lastimar a otros porque nosotros fuimos heridos.
Una mujer no debe temer a conocer lo nuevo, se cómo Dayana y vive al máximo, ya que mañana no sabremos donde estaremos parados, es difícil a veces tomar decisiones como estas, sin embargo ¿Qué pasa si no la elegimos y era la correcta? La vida se trata de caer «Si te caes tres veces, levántate cinco» no sé quién lo dijo, no obstante que importa, me levanto y resurjo como el fénix desde las cenizas.
Querido lector, repito, muchas gracias por todo y por estar ahí conmigo en mis mejores y peores momentos.
Yerimil Pérez, creador de las perversidades y cosas endemoniadamente calientes.
Hoy es un espectacular día para sorprender al señor Bristol llegando temprano, llevándole un café de su Starbucks favorito y un maravilloso trozo de tarta de fresa e incluso me he colocado una ropa refinada y de oficina, ya quiero ver su rostro cuando me vea. Es un mando de primera, sino fuera tan gruñón tuviera mini orgasmo cada vez que lo tengo cerca pero lástima que desde que abre su boca salgo de mis calenturas mentales.—Buenos días Sam, —le doy una pequeña sonrisa al chico que abre las puertas del elevador.—Dayana ¿Cuándo aceptaras mi invitación para salir? —«Maldición, esto me pasa por estar de coqueta»—Ya sabes cómo son las políticas de la empresa —como siempre toca optar por la ley que siempre salva a uno de desgracia.—Pero ya hasta…—Cariño, disfrutamos y ya está, —murmuro. —La cuestión es que no se volverá a repetir, —con mi codo pulso el piso que me corresponde y le doy mi más hipócrita sonrisa la cual elimino cuando la puerta se cie
Donovan Bristol—¿Puedes dejar de tocar mis libros? —Tamboreo con mis dedos ansioso mi escritorio mientras que Alexandro toca mis cosas dejándolas desordenadas, no sé en qué momento acepte que este sujeto venga a mi apartamento.—Relájate, —ruedo mis ojos y me pongo de pie para quitarle el libro el cual coloco de nuevo en su lugar. —Me aburro cuando estoy aquí, —se tira al sofá y sube los pies sobre la mesa de cristal.Un tic de nervio llega a mi ojo izquierdo.—Alexandro ¿Qué haces en mi apartamento? —Picoteo con mi pie derecho el suelo alfombrado tratando de mantener la compostura.—Solo quiero salir con mi mejor amigo a un bar, sacarlo a disfrutar una maravillosa noche con una chica… ¿Te van los hombres?—No, no me van los hombres y tampoco quiero salir a un bar, —tomó asien
Dayana BerlusconiAbro mis ojos cuando siento a alguien en medio de mis piernas, gimo y enseguida llevo mi mano hasta su cabello para que siga con lo que hace. En cuestión de segundo llego a mi orgasmo, suspiro y observo al chico de tez morena colocarse el condón pero en ese momento recuerdo que tengo una cita de trabajo.—No, —lo empujo mientras que este frunce su ceño mirándome con interrogación de por qué lo freno, —Debo irme, —salgo de la cama para buscar mi ropa y ver mi braga rota tirada en un lado «Suerte siempre traigo una en mi bolso»—¿En serio piensas dejarme de esta manera? —Cuestiona señalando su erección, suspiro.—La entrevista es más importante que un orgasmo, —nunca dejaría perder esta cita que me costó tanto conseguir por un polvo, me cambio rápido de ropa y observo al chi
Donovan Bristol —Señor Bristol que bueno que ha llegado a su consulta, —la médica me da la mano en forma de saludo y la tomó para luego tomar asiento.—Últimamente tengo mi agenda llena, —anuncio a lo que ella asiente.—Pero igual debe poner como prioridad su condición, —hago una mueca pero sé que ella tiene razón. —Lo cite porque le estaré cambiando su medicamento, —anuncia.—¿Por qué motivo?—Como le comente estos medicamentos suelen tener efectos secundarios, —asiento recordando cuando lo dijo. —El que lleva ha disminuido su conteo de esperma según el análisis que le hicieron, —alzo mis cejas.—¿Entonces quedare estéril? —Niega.—Su producción disminuyo, pero eso no implica que quedara estéril pero si sigue co
Dayana BerlusconiObservo a mi madre salir de su cuarta quimio, me acerco a ella y la ayudo a llegar a la silla más cercana para que descanse un poco. Hace cuatro meses le diagnosticaron leucemia mieloides aguda, fue algo muy chocante para nosotras dos y desde entonces utilizo ahorros que teníamos y la pensión de mi padre para su tratamiento, pero como todo recurso este siempre se termina acabando.—¿Está bien? —Cuestiono preocupada.—Nauseas como siempre, —hago una mueca, —No me has contado sobre tu cita de trabajo, —suspiro.—Seguiré buscando en otro lado, —murmuro.—Dayana es hora de que vengas conmigo a la casa, —pide, niego.—Sabes que no quiero estar allí, —mascullo, —Son demasiados recuerdos de mi papá, lo extraño, —amaba mucho a mi padre y lo peor es que su muerte es mi cu
Donovan Bristol —¿En serio tu madre te ha dicho eso? —Alexandro no puede creer lo que me está pasando.Paso una mano por mi cabello ya que es una manera de aligerar la inquietud que corre por mi cuerpo.—Yo tampoco puedo creer que sea capaz de entregarle la empresa en la cual mi padre dio su vida a ese zángano, —tamboreo con mis dedos el escritorio mientras observo la mueca que hace mi mejor amigo.—No puedo creer que diré esto, pero cásate, —lo miro como si tuviera una cabeza nueva, —Sé que odio el compromiso más que nada en este mundo pero necesitas casarte para que no pierdas la empresa.«Claro porque deseas llevar una vida libertina» pienso.—¿Eres loco o qué? —Cuestiono. —Nunca me has visto ligando o teniendo una pareja para yo casarme, —le recuerdo lo obvio. Solo pensar en eso me
Dayana Berlusconi No entiendo nada de este contrato con el señor Bristol, me trata como una empleada más y me asigna trabajos pero igual está cumpliendo su parte de mandar a mi madre al mejor oncólogo del país no me puedo quejar, ya tengo dos semanas en la empresa y sin duda es increíble trabajar aquí es siempre lo que quise pero también tengo esa inquietud de saber ¿Cuándo será que el jefe querrá cobrar lo acordado?Lo único malo entre el señor Bristol y yo es que a pesar de que me ha comprado un closet nuevo con todo tipo de ropa empresarial y de gala es que sigo llegando tarde y vistiendo como me gusta, por ejemplo hoy voy tarde y me imagino lo enojado que estará. Entro rápido al ascensor para subir al piso donde encontrare a mi jefe gruñón, cuando llego dejo mi bolso en el escritorio y toco la puerta de su oficina sin recib
Donovan Bristol¿Cómo pude ser tan idiota y dejar mi puerta de oficina sin seguro? Me cuestiono caminando como león enjaulado en mi propio lugar de trabajo, no sé cómo voy a mirar a la señorita Berlusconi a la cara después de semejante espectáculo que le he brindado y aparte de que me pase al ser grosero con ella quien no tiene la culpa de que mis medicamentos me hagan excitarme.Suspiro y paso una mano por mi cabello provocando que este se desordene totalmente.El sonido de mi teléfono provoca que lleve mi mirada hasta este, camino a mi escritorio y lo tomó para descolgar la llamada sin mirar de quien se trata.—Hijo mío, — «Justo ahora tenías que llamarme, madre»—¿Qué pasa? Estoy muy ocupado en la oficina, se breve, —pido sentándome en mi sillón.—Me quedare