Donovan Bristol
Nunca esperamos recibir a Señor Ivanov en casa, esperábamos poder darle detalles de la muerte de su hijo después de que el médico revisara a Dayana y tengamos un informe claro de lo que sucedió.
—¿Dónde está mi hijo? —interroga.
—Señor Ivanov, no tenemos detalles claros de lo que sucedió…
—Pregunte algo, —me corta mientras frunce su ceño.
—Sergey está muerto, —le dice mi padre porque no tengo idea de cómo decirle a alguien de que su familiar ya no se encuentra con vida.
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Donovan Bristol —Yo nunca dejaré de amarte, Dayana, —susurro y acaricio su mejilla con mis nudillos sintiendo lo fría que esta su piel—Déjame ayudarte a pelear con tus demonios, tal y como lo hiciste conmigo, —pido. —No puedo, —murmura. —Junto lograremos salir de esto, —la atraigo hasta mí, solloza mientras tiembla en mis brazos, nos levantamos del piso. Tomó una toalla para cubrirla y caminamos hasta su cama. —Quédate a mi lado, por favor, —asiento y me recuesto detrás de ella, no quiero incomodarla por lo que trato de hacer el menor contacto posible con su cuerpo y así evitar una mala reacción de su parte aunque muero por tocarla y eliminar todo rastro de ese psicópata de s
Tres años después…Dayana BerlusconiEl tiempo es algo que corre tan deprisa y es imposible lograr hacer una pausa en este, Dylan va a su primer día de colegio con tres años, me ha costado dejarlo, pero para su edad es muy inteligente y es bueno guiarlo al éxito desde temprana edad. Por otro lado esta mi pequeña Elizabeth, es una réplica mía y no existe niña más traviesa que ella, Donovan es loco con ambos y ellos aman a su padre. La mejor decisión que hemos tomado en este tiempo fue vivir en Estocolmo, vivimos lejos de todos en una cabaña con buenas comodidades para una familia que apenas inicia, Donovan ha invertido en una nueva compañía de aviación la cual sea vuelto popular y con su regreso a la sociedad fue un escándalo total, se tuvo que inventar u
Gracias, es una palabra que está dedicada a cada uno de mis perversos lectores, amigos y familiares que han leído esta historia de la cual espero hayan aprendido que la vida no suele ser rosa, espero que cada chico sepa admirar a una mujer con experiencia y que no la rechace por comentarios que escuche respecto a ella, conócela y aprende, tal vez en el transcurso de la enseñanza termines enamorado como Donovan. La vida es hermosa, por lo que no tengas miedo a enamorarte y fracasar, duele, sé que arde y quema cuando quieres a alguien que termina defraudándote, pero no te estanques y rompe el ciclo, ya que muchas veces queremos lastimar a otros porque nosotros fuimos heridos. Una mujer no debe temer a conocer lo nuevo, se cómo Dayana y vive al máximo, ya que mañana no sabremos donde estaremos parados, es difícil a veces tomar decisiones
Hoy es un espectacular día para sorprender al señor Bristol llegando temprano, llevándole un café de su Starbucks favorito y un maravilloso trozo de tarta de fresa e incluso me he colocado una ropa refinada y de oficina, ya quiero ver su rostro cuando me vea. Es un mando de primera, sino fuera tan gruñón tuviera mini orgasmo cada vez que lo tengo cerca pero lástima que desde que abre su boca salgo de mis calenturas mentales.—Buenos días Sam, —le doy una pequeña sonrisa al chico que abre las puertas del elevador.—Dayana ¿Cuándo aceptaras mi invitación para salir? —«Maldición, esto me pasa por estar de coqueta»—Ya sabes cómo son las políticas de la empresa —como siempre toca optar por la ley que siempre salva a uno de desgracia.—Pero ya hasta…—Cariño, disfrutamos y ya está, —murmuro. —La cuestión es que no se volverá a repetir, —con mi codo pulso el piso que me corresponde y le doy mi más hipócrita sonrisa la cual elimino cuando la puerta se cie
Donovan Bristol—¿Puedes dejar de tocar mis libros? —Tamboreo con mis dedos ansioso mi escritorio mientras que Alexandro toca mis cosas dejándolas desordenadas, no sé en qué momento acepte que este sujeto venga a mi apartamento.—Relájate, —ruedo mis ojos y me pongo de pie para quitarle el libro el cual coloco de nuevo en su lugar. —Me aburro cuando estoy aquí, —se tira al sofá y sube los pies sobre la mesa de cristal.Un tic de nervio llega a mi ojo izquierdo.—Alexandro ¿Qué haces en mi apartamento? —Picoteo con mi pie derecho el suelo alfombrado tratando de mantener la compostura.—Solo quiero salir con mi mejor amigo a un bar, sacarlo a disfrutar una maravillosa noche con una chica… ¿Te van los hombres?—No, no me van los hombres y tampoco quiero salir a un bar, —tomó asien
Dayana BerlusconiAbro mis ojos cuando siento a alguien en medio de mis piernas, gimo y enseguida llevo mi mano hasta su cabello para que siga con lo que hace. En cuestión de segundo llego a mi orgasmo, suspiro y observo al chico de tez morena colocarse el condón pero en ese momento recuerdo que tengo una cita de trabajo.—No, —lo empujo mientras que este frunce su ceño mirándome con interrogación de por qué lo freno, —Debo irme, —salgo de la cama para buscar mi ropa y ver mi braga rota tirada en un lado «Suerte siempre traigo una en mi bolso»—¿En serio piensas dejarme de esta manera? —Cuestiona señalando su erección, suspiro.—La entrevista es más importante que un orgasmo, —nunca dejaría perder esta cita que me costó tanto conseguir por un polvo, me cambio rápido de ropa y observo al chi
Donovan Bristol —Señor Bristol que bueno que ha llegado a su consulta, —la médica me da la mano en forma de saludo y la tomó para luego tomar asiento.—Últimamente tengo mi agenda llena, —anuncio a lo que ella asiente.—Pero igual debe poner como prioridad su condición, —hago una mueca pero sé que ella tiene razón. —Lo cite porque le estaré cambiando su medicamento, —anuncia.—¿Por qué motivo?—Como le comente estos medicamentos suelen tener efectos secundarios, —asiento recordando cuando lo dijo. —El que lleva ha disminuido su conteo de esperma según el análisis que le hicieron, —alzo mis cejas.—¿Entonces quedare estéril? —Niega.—Su producción disminuyo, pero eso no implica que quedara estéril pero si sigue co
Dayana BerlusconiObservo a mi madre salir de su cuarta quimio, me acerco a ella y la ayudo a llegar a la silla más cercana para que descanse un poco. Hace cuatro meses le diagnosticaron leucemia mieloides aguda, fue algo muy chocante para nosotras dos y desde entonces utilizo ahorros que teníamos y la pensión de mi padre para su tratamiento, pero como todo recurso este siempre se termina acabando.—¿Está bien? —Cuestiono preocupada.—Nauseas como siempre, —hago una mueca, —No me has contado sobre tu cita de trabajo, —suspiro.—Seguiré buscando en otro lado, —murmuro.—Dayana es hora de que vengas conmigo a la casa, —pide, niego.—Sabes que no quiero estar allí, —mascullo, —Son demasiados recuerdos de mi papá, lo extraño, —amaba mucho a mi padre y lo peor es que su muerte es mi cu