NARRADORAEl Alfa vencedor esperaba entre las ruinas de lo que fue la manada Valle Fértil.Su mirada sombría, su sed de venganza no se apagaba.¿De dónde salió esta arma?Se volvió a preguntar, observando la daga en su mano.El dolor de perder a su hijo se entrelazaba con la codicia. Ninguno de estos ignorantes parecía saber cómo hacerla, pero su gente le habló de una mujer peliblanca y otro macho que aquí no estaba.—Señor, hemos encontrado un rastro cerca de aquellas montañas —el guerrero llegó a darle la noticia, señalando en una dirección. Eran expertos en rastreo y conquistas.—Prepárense.*****Al otro día, apenas el sol despuntó en el horizonte, Lyra, Drakkar, Gertrudis y Nana emprendieron el camino hacia el pasaje intrincado.La gruta escarpada y oculta que los metió dentro de una cueva oscura.“No teman, aquí no se atreven a entrar las bestias”Les dijo, avanzando al frente en su forma de loba mientras cargaba a Nana.La enfermedad de Nana era más del corazón que del cuerpo
NARRADORAEn la mente de Lyra, el lobo que la salvó en la jungla, se coló a su mundo interior, rondando a Aztoria, que lo miraba fascinada.Ella era una Alfa grande, pero su compañero le sacaba varias cabezas.Se olfateaban y lamían, se reconocían como dos mitades de un todo.“Soy tu mate, pequeña. Mi nombre es Khalum” le dijo, acariciando su morro.Repentinamente, ese lycan salvaje cargó en sus brazos a Lyra, que se sintió tan pequeña contra la suavidad del amplio pecho.“No llores, mi hermosa Lyra, te acompañaré a tu casa”, la voz de Drakkar se vertió en su corazón.¿Por qué Drakkar se veía ahora como un lycan?¿Ya estaba curado de su maldición al absorber esa rara magia?Lyra no entendía qué tipo de combinación era esta, pero se acurrucó contra él, cerrando los ojos para tomar fuerzas.Su aroma, su calor, su protección, todo la rodeaba y la hacía suspirar.“¿Por qué te ves así?, como un lycan”, escuchó que Aztoria le preguntaba a Khalum.“¿Un lycan?” giró la cabeza esponjosa a un l
NARRADORAVio a su hombre de confianza, siendo arrastrado por una enorme loba blanca que lo sacudía como un muñeco, luchando encarnizadamente.El otro guerrero también se abalanzó a ayudarlo y el Alfa pensaba acorralarla,pero una sombra blanca y negra se precipitó a su lado derecho.Dio un salto atrás, salvando el cuello por un centímetro.Se transformó para enfrentar al gigantesco lobo indomable de Drakkar.Aun sin su modo de “guerra”, era un espécimen a temer.El lobo del Alfa se vio enredado en una lucha que duró demasiado poco.Khalum llevaba esa energía oscura y violenta, necesitaba liberarse de esa rabia.Destrozó entre sus dientes al Alfa, desgarró su garganta hasta verlo morir desangrado sobre la hierba.Se abalanzó a ayudar a su hembra, que para el caso, ya estaba finiquitando al último guerrero.En medio de cadáveres y el líquido carmesí goteando de sus caninos, Aztoria y Khalum se restregaron y rodearon.Se acariciaron como una escena apasionante y sanguinaria.Cuando los
VALERIA — ¿Estás… estás segura Esther? – le pregunto con la voz quebrada. Mi corazón late apresurado, lleno de felicidad. — Muy segura Luna. Está embarazada. — ¿Por qué no he podido olerlo o su padre? – le pregunto preocupada. — Es muy reciente, quizás por eso, dele más días y debería percibir sus feromonas. Me responde y asiento, con los ojos nublados por las lágrimas. Soy la Luna de manada “Bosque de Otoño”. Hace tres años me casé con el hombre que amo con locura, a pesar de no ser mates destinados, mi Alfa Dorian. He dado todo por ser la Luna perfecta, el pilar al que pueda apoyarse, sin embargo, una sombra opaca mi matrimonio y era el tema del heredero. Nunca había podido salir embarazada y admito que no comparto mucho la cama con Dorian, pero sé que sus obligaciones de Alfa lo tienes demasiado ocupado y estresado. — Por favor, no le digas a nadie en la manada. Deseo sorprender a mi esposo. — Pierda cuidado Luna, no diré nada. ¡Felicidades! – me sonríe y le devuelvo la
VALERIA Me muerde con saña en el muslo y me arrastra debajo de su cuerpo, controlándome sin piedad. Intento resistirme, pedir ayuda, mis manos sobre mi vientre tratando de defender a mi cachorro, pero sus garras, como armas mortales, perforan mi piel, destrozando todo mi pequeño cuerpo vulnerable. Tengo que subir los brazos por instinto, cuando sus garras afiladas se dirigen a mi rostro y grito en agonía debido a una profunda herida que atraviesa mi mejilla desde mi frente. Al dejar descubierta mi barriga, él arremetió contra nuestro hijo. — ¡¡¡NOOOO, el cachorro no, por favor Dorian, MI HIJO NO…!!! Las lágrimas salían sin cesar de mis ojos mientras le suplicaba, pero sus caninos devoraban mi carne y sus garras buscaban en las profundidades de mis entrañas a sangre fría, queriendo sacar la vida que llevaba dentro. No sé cuánto tiempo duró esta agonía, sollozaba implorándole mientras pude hablar. El dolor en todo mi cuerpo era insoportable, pero más mi alma, que sangraba destroz
VALERIA Escucho gritos estridentes, cristales que se rompen, un rugido animal, gruñidos de Alfa, forcejeo y pelea. Algo caliente me salpica la cara y los brazos, mis garras destrozan y mis caninos desgarran. No puedo detenerme, no puedo, la rabia me consume por dentro y grita liberación. No sé qué hago, no tengo consciencia de mí misma, solo sé, que cuando recupero el control de mi cuerpo lo primero que miro son mis manos llenas de sangre. Estoy de rodillas en el suelo, a mi alrededor todo se ve en rojo, destrozos y partes de lo que alguna vez fue un poderoso Alfa, de Dorian. ¿Qué hecho? ¡¿Qué he hecho por la Diosa?! Miro la cabeza arrancada a un metro de mí. Los ojos mieles aún me miran con pánico y siento como las arcadas suben por mi garganta. Vomito a un lado sin poderlo evitar, asqueada por toda esta escena llena de muerte y violencia. ¿Yo hice todo esto? Aquí no hay nadie más. Miro a mi alrededor, no sé a dónde fue Sophia, solo sé que alguien fue arrojado por la venta
VALERIASu actitud gritaba soy el puto amo de todo aquí, el dueño absoluto.Enseguida bajé la cabeza temblando, no importaba que no tuviese loba interior, el poder que emanaba de ese hombre parecía asfixiarte, estrangularte el alma y estaba incluso un poco distante de mí.Era un Lycan, la especie superior de los hombres lobos, la mayor evolución y estaba casi segura de que se trataba del más poderoso de todos, Aldric Thorne, el Rey Lycan.— Sasha, encárgate de sacar la basura y asegúrate de que mi próxima doncella personal no sea una zorra intrigosa o perderá más que la cabeza – su voz ronca, intimidante, fría, se escuchó y luego pasos alejándose.— Esto es un desastre, ya es la quinta en dos meses, no sé qué tienen estas niñas en la cabeza, mira que se los advierto.La Gobernanta, que es la señora que administra el castillo, se acerca y saca un pequeño frasco de entre las manos de víctima.— Otra que intenta darle un afrodisiaco al Rey, mujer idiota. Llamaré a un sirviente para que s
VALERIA— ¡Aahh, es horrible, está deforme!— ¡Envidiosa, por eso nos quieres alejar del Rey!— El señor ha dicho que ya se tienen que marchar – le vuelvo a comunicar impasible, parada al pie de la cama y ellas me están insultando, pero no me da ni frío ni calor.Pienso en cómo sacarlas porque debilitadas o no, son tres y yo solo una.En eso, unos golpes comienzan a sonar en la puerta lateral que da al pasillo y ni siquiera había notado, debe ser la persona que las sacará del castillo.Camino hacia allí y les abro a dos mozos fortachones que pasan sin decir palabras.Esas mujeres comienzan a resistirse, a taparse la desnudez, gritando que están viendo los cuerpos que son solo para el Rey, que rodaran nuestras cabezas.No tengo que llevar mucho tiempo aquí para darme cuenta de sus mentiras.Ese hombre las utilizó como algo desechable y ahora las está echando como basuras.La rubia corre hacia la puerta que da al comedor y me adelanto parándome en firme y cortándole el paso.— Tenga un