NARRADORANo importa cuánta explicación le dieron al Alfa, el dolor por la muerte de Verak no lo dejaba pensar con claridad y ordenó encarcelar a Drakkar y Lyra.Casi se lleva a Nana, pero aún le temía a la influencia de la vieja curandera.Por supuesto, Drakkar se resistió, nadie los iba a retener de nuevo."¡Si se los llevan a ellos tendrán que enfrentarse a nosotros!"El equipo de la sal estaba que veía en rojo por la injusticia.Verak era un idiota al que los planes le salieron mal.Los dejó a su suerte sin importarle nada, solo Drakkar y Lyra los respaldaron.“¡Pues se van todos de mi manada! ¡QUEDAN EXPULSADOS, LARGO!, ¡LARGO DE MIS TIERRAS!”Los corazones de los guerreros temblaron, nadie se imaginó esa reacción del Alfa.Quedarse fuera de la tribu no era una broma. Solo la unión de los hombres lobo les permitía sobrevivir en este ambiente tan hostil.“No tengan miedo. Quienes elijan seguirnos tendrán mejor vida que viviendo en esta manada.”La voz de Lyra llegó hasta ellos. La
NARRADORA —¡Todos, transfórmense, lleven a las mujeres y cachorros a un sitio seguro!El Alfa rugió, apenas logrando cambiar a su forma animal, cuando del bosque tupido salieron corriendo más de cincuenta lobos rabiosos.Llevaban pesadas armaduras en los lomos, camuflados con olores de plantas, mucho más preparados que ellos, que fueron tomados por sorpresa.El lobo negro al frente del bando enemigo entró por la puerta de madera, derribando las débiles defensas, arremetiendo como un ariete contra todo el que se le pusiera delante.Arrasaron con la manada en menos de media hora.Las peleas encarnizadas de bestias se desarrollaban entre las chozas.El carmín tiñó la tierra; los rugidos de furia y dolor llegaron al cielo.Gertrudis lo vio desde una colina alta, en la lejanía.Sus ojos llenos de asombro al ver el fuego y la masacre. El viento traía muerte y conquista.Si se hubiese demorado solo media hora, ella y su hija hubiesen perecido.La manada Valle Fértil fue conquistada.El Al
NARRADORADrakkar le advirtió a la curandera, que ya había recuperado su forma humana.Gertrudis y Nana no tenían tampoco a dónde regresar.—Bien —ambas dijeron y fueron conducidas al fondo de la cueva, por una muy bien camuflada grieta.Drakkar apartó la cortina de hojas que habían tejido para confundir los aromas.Pasaron a través del pasadizo y ambas mujeres llegaron a un mundo nuevo.A través de la red de cuevas, habían descubierto una caverna con respiradero, libre de los gases y el calor.No solo tenían termas calientes para el baño y hervir hojas, también chozas mejor elaboradas con pieles, huesos y madera.Lo mejor de todo, cazaban a criaturas poderosas a pesar de ser pocos guerreros, pero nada se podía enfrentar a sus nuevas armas.Gertrudis se abstuvo de preguntar. Sobre todo por las miradas hostiles que le daban las mujeres que se encargaban de cincelar los moldes de piedra.Todo este desarrollo lo había traído Lyra en solo unos días.Le contó a todos que la daga la hicier
NARRADORASu boca hambrienta no resistió más y fue a comerse la de su hembra.Movió los labios sobre los suaves de Lyra, los chupó entre sus dientes y metió la lengua para probarla.Lyra lo empujaba del pecho y Drakkar daba pasos atrás, sin perder la conexión, hasta que fue acorralado contra un árbol.Bajó su mano grande y la metió bajo la falda de su mujer.Respirando agitados, moviendo sus bocas y penetrando sus lenguas.Los dedos callosos acariciaron a lo largo de la hendidura mojada, la braga empapada en deseos; se colaron por el borde, llegando a los pliegues resbalosos y el clítoris palpitante.Lyra gimió en su boca al ser provocada y manoseada de manera tan erótica.Drakkar movía su clítoris en círculos deliciosos que la hacían vibrar.Acariciaba entre los pétalos vaginales y sumergía su dedo del medio, masturbándola y dilatándola.Drakkar metió la cabeza en el hueco de su cuello, aspirando el dulce aroma, gruñendo bajo por los movimientos vigorosos de la mano de su mate.El pe
NARRADORAEl Alfa vencedor esperaba entre las ruinas de lo que fue la manada Valle Fértil.Su mirada sombría, su sed de venganza no se apagaba.¿De dónde salió esta arma?Se volvió a preguntar, observando la daga en su mano.El dolor de perder a su hijo se entrelazaba con la codicia. Ninguno de estos ignorantes parecía saber cómo hacerla, pero su gente le habló de una mujer peliblanca y otro macho que aquí no estaba.—Señor, hemos encontrado un rastro cerca de aquellas montañas —el guerrero llegó a darle la noticia, señalando en una dirección. Eran expertos en rastreo y conquistas.—Prepárense.*****Al otro día, apenas el sol despuntó en el horizonte, Lyra, Drakkar, Gertrudis y Nana emprendieron el camino hacia el pasaje intrincado.La gruta escarpada y oculta que los metió dentro de una cueva oscura.“No teman, aquí no se atreven a entrar las bestias”Les dijo, avanzando al frente en su forma de loba mientras cargaba a Nana.La enfermedad de Nana era más del corazón que del cuerpo
NARRADORAEn la mente de Lyra, el lobo que la salvó en la jungla, se coló a su mundo interior, rondando a Aztoria, que lo miraba fascinada.Ella era una Alfa grande, pero su compañero le sacaba varias cabezas.Se olfateaban y lamían, se reconocían como dos mitades de un todo.“Soy tu mate, pequeña. Mi nombre es Khalum” le dijo, acariciando su morro.Repentinamente, ese lycan salvaje cargó en sus brazos a Lyra, que se sintió tan pequeña contra la suavidad del amplio pecho.“No llores, mi hermosa Lyra, te acompañaré a tu casa”, la voz de Drakkar se vertió en su corazón.¿Por qué Drakkar se veía ahora como un lycan?¿Ya estaba curado de su maldición al absorber esa rara magia?Lyra no entendía qué tipo de combinación era esta, pero se acurrucó contra él, cerrando los ojos para tomar fuerzas.Su aroma, su calor, su protección, todo la rodeaba y la hacía suspirar.“¿Por qué te ves así?, como un lycan”, escuchó que Aztoria le preguntaba a Khalum.“¿Un lycan?” giró la cabeza esponjosa a un l
NARRADORAVio a su hombre de confianza, siendo arrastrado por una enorme loba blanca que lo sacudía como un muñeco, luchando encarnizadamente.El otro guerrero también se abalanzó a ayudarlo y el Alfa pensaba acorralarla,pero una sombra blanca y negra se precipitó a su lado derecho.Dio un salto atrás, salvando el cuello por un centímetro.Se transformó para enfrentar al gigantesco lobo indomable de Drakkar.Aun sin su modo de “guerra”, era un espécimen a temer.El lobo del Alfa se vio enredado en una lucha que duró demasiado poco.Khalum llevaba esa energía oscura y violenta, necesitaba liberarse de esa rabia.Destrozó entre sus dientes al Alfa, desgarró su garganta hasta verlo morir desangrado sobre la hierba.Se abalanzó a ayudar a su hembra, que para el caso, ya estaba finiquitando al último guerrero.En medio de cadáveres y el líquido carmesí goteando de sus caninos, Aztoria y Khalum se restregaron y rodearon.Se acariciaron como una escena apasionante y sanguinaria.Cuando los
VALERIA — ¿Estás… estás segura Esther? – le pregunto con la voz quebrada. Mi corazón late apresurado, lleno de felicidad. — Muy segura Luna. Está embarazada. — ¿Por qué no he podido olerlo o su padre? – le pregunto preocupada. — Es muy reciente, quizás por eso, dele más días y debería percibir sus feromonas. Me responde y asiento, con los ojos nublados por las lágrimas. Soy la Luna de manada “Bosque de Otoño”. Hace tres años me casé con el hombre que amo con locura, a pesar de no ser mates destinados, mi Alfa Dorian. He dado todo por ser la Luna perfecta, el pilar al que pueda apoyarse, sin embargo, una sombra opaca mi matrimonio y era el tema del heredero. Nunca había podido salir embarazada y admito que no comparto mucho la cama con Dorian, pero sé que sus obligaciones de Alfa lo tienes demasiado ocupado y estresado. — Por favor, no le digas a nadie en la manada. Deseo sorprender a mi esposo. — Pierda cuidado Luna, no diré nada. ¡Felicidades! – me sonríe y le devuelvo la