31.Lazos.

Rhett mueve una de las paredes de su habitación, enciende un quinqué, entramos por los pasadizos, me pego a su cuerpo abrazándolo por la cintura.

—Erys, relájate, si me abrazas así no podré avanzar.

—No quiero perderme —Lo aprieto con más fuerza.

—No lo harás, te lo prometo, dame la mano.

Lo hago y entrelaza nuestros dedos.

—Necesito que te aprendas el camino, es el recorrido que harás.

Caminamos un poco el quinqué alumbra muy poco, escucho un crujido extraño y vuelvo a pegarme al cuerpo de Rhett, se ríe.

—Creo que eso fue una rata.

—Dijiste que no había ratas en el castillo.

—Dentro de este, Erys necesito que dejes de estar pegada a mi, no estas poniendo atención al camino.

Suelta mi agarre, cambia nuestras posiciones, quedando él a mi espalda, me pasa el quinqué y me abraza por los hombros.

—Hubieras hecho esto desde el principio.

—Te guiare.

—No me pierdas y tampoco me sueltes.

—No lo haré.

Me indica el camino, presto toda la atención en espec
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