Matías y Loraine seguían analizando el reloj, detrás de ella estaba Drago observándola de arriba abajo. Ambos me observaron y aseguraron que no habia peligro.Tome el reloj para observarlo, la maquinaria suiza y bronces españoles. Observe la esfera en porcelana de buen calidad a simple vista, mostraba una escena campestre en el centro detrás de las manecillas, la numeración era de estilo romana, debajo un péndulo de varilla con lenteja regulable. En el frente cristal con adornos arabescos y amorcillos en color dorado, eran como guías de flores. En la parte superior de la madera sostenía una pequeña escultura en bronce de un ángel tocando instrumento de cuerdaVicenzo me abrazo, me tomo de la barbilla y levanto mi rostro para que lo mirara los ojos.—Al fin todo acabo. —él estaba confiado en eso. y me trasmita es confianza.Recordaba la actitud de Stefano, no daba la pinta de ser realmente un hombre malo. Ni siquiera pudo dispararme cuando tuvo la oportunidad.—Eso creo.—Tomemos un t
Loraine pido que pusiera música de verdad así que se salió con la suya. La fiesta se animó bastante, Amery bailo toda la tarde con ella mientras que Drago se quedó observando a su esposa sentad en una mesa solo, me provocaba pena, pero por algún motivo él estaba completamente renuente a dar su brazo a torcer con la mujer que amaba.La noche cubrió nuestro hogar, los invitados se habían marchado ya, solo quedamos Vicenzo y yo. Mi padre dormía en la habitación de Peter, ese pequeño guerrero no descansaba nunca, tenía una energía inagotable, cuando la noche nos cubría ese pequeño caía rendido. Era tan hermoso verlo dormir, lo lleve a su cuna, cerré la ventana para que el frio no le provocara un resfriado. Observe abajo, la vigilancia, más hombres que custodiaban la casa de Vicenzo.—vamos papá ve a descansar— con lentitud se levantó del sofá, pedí que le prepararan la habitación de huéspedes, esa noche dormiría y era muy probable que eso sucediera muy seguido.Al menos las mucamas ya m
Disfrutó de un amanecer sentada en esta banca en un parque, como hace tiempo no lo hacía, el confinamiento no es bueno para mí, menos para Peter, la razón de mi vida, hace un año que me instale en esta pequeña ciudad lejos de las grandes urbes, solo Dios sabe cuán difícil me fue empezar desde cero sola sin un centavo en la bolsa y llena de miedo. Hasta que el medico me dijo que no estaba realmente sola y que tenía aproximadamente seis semanas de embarazo. Esa fue la mejor noticia que pude recibir.Mientras tengo ese recuerdo veo venir un auto lujoso, corre por mi cuerpo un nerviosismo que me provoca una taquicardia. Agacho la cabeza, cubro mis ojos con unas gafas y mi cabello con una pañoleta. Luzco como una mujer demente que se ha escapado de prisión o que se ha robado a un niño, me siento como si hubiera hecho lo segundo. El auto pasa de largo, me levanto tomo mi bolsa y me marcho de la tranquilidad que me provoca ese lugar, sé que Peter necesita salir de vez en cuando del pequeño a
Prepare la comida, sabía que ese día estaría pronto en casa porque su jefe tendría un coctel al que no tendría que ir y al que me aseguro que no desea asistir así que imagine que llegara para pasar la tarde juntos. Él tenía fuertes problemas de carácter así que como su esposa debía ayudarlo. Esperándolo me quedé dormida cuando desperté era oscuro casi las doce y el juego de llaves sonaba con fuerza en la puerta. No podía abrir, fui quite los cerrojos y abrí la puerta, arrastraba su saco y la camisa llena de besos y mojada de licor. No sé si me rompí por que aun sentía algo por el o solo porque me pateo el orgullo. —¿Qué? —me pregunto con brutalidad cuando vio mi rostro de enfado. —tengo el derecho de divertirme … Pero ya estaba rayando en el límite, no estaba lista para soportar más, a menos que el me asegurara que intentaría cambiar, el amor que tenia se había acabo. —Creo que debemos hablar esto no está funcionando —se detuvo en el tercer escalón antes de seguir su camino a la h
Camino por toda la casa, me ha dejado sola y he podido recorrerla sin ninguna dificultad, he encontrado a unas mucamas pero nadie se ha atrevido a detenerme, nadie me preguntaba quién era o que hacía ahí, llego al segundo piso y escucho en una habitación que tiene la puerta abierta a mi bebe llorando, está dentro de una tina, es claro tiene miedo una extraña lo está bañando.—¿Qué le estás haciendo? —me acerco y le quito las manos de encima, lo saco de la tina y lo protejo con mi cuerpo tomo una toalla y lo cubro. —juro que si lo lastimaste me las pagaras. Ya está mi amor aquí esta mami... —de inmediato se calma al escuchar mi voz. Juro que esta mujer no me da nada de buena espina. —Señora soy una profesional no me atrevería…—Si, yo no sé quién rayos eres tú. —busco su ropa pero no la veo en ningún lado —¿Dónde está su ropa?—El señor Sanlúcar ha ordenado que la botemos a la basura. —me hace enfurecer con esa sonrisa de prepotencia, me mira por encima de los hombros ¡Dios esa ropa m
¿Dónde está?Me levanté, su mirada sobre mi proyectaba fuego, quise huir, solo fue solo un momento, En seguida su rostro se llenó de asombro yo sería clara y marcar un límite, él se puso de pie y me tomo la mano de nuevo, pero no lo sentí violento, al contrario fue compasivo.—¡Nunca imagine que aceptaras tan fácil! ¡cielos deseo no sentir esto que siento! Me estremezco con su toque como la primera veces que me hizo el amor, me pide cargar a Peter y no tengo más remedio que aceptar que lo haga, lo coloco en sus brazos con cuidado para no despertarlo. Me estiro ya estaba cansada de cargarlo, le sonrió por que se ha dado cuenta. No puedo dejar de notar que es más sereno y no tan impulsivo y arrebatado. No me ha levantado la voz ni me insultado o mirado de alguna forma desagradable. —A esto me refiero con que no quiero malos términos. No seas tan arrebatada, entiende que yo también tengo derechos, sabes que tengo el poder de quitarte la custodia completamente así que hazme el favor
No sé a donde tengo que ir, pero no dejare que él se quede con mi hijo, no dejare que el me lo arrebate, si tengo que ir a la policía lo hare, si tengo que enfrentarme al maldito hombre más poderoso de Chicago, lo hare.Corro fuera de la mansión, me tropiezo bajando los escalones de la entrada y un hombre se acerca a mí. Siento sus manos cálidas y volteo enseguida a mirarlo, nuestros rostros quedan tan cerca pero me siento perdida no puedo distinguir de quien se trata, solo veo una mirada trasparente y divertidos.Algo en el me parece familiar.—¡Wow!, ¿Estas estas bien?—es el mismo hombre que ayer se ofreció ayudarme, afuera del comedor —Soy Achille el chofer de la familia. No soy una mujer grosera pero no estoy en un momento para hacer presentaciones, ni hacer nuevos amigos aunque en estar lugar seria de aliciente, me ayudo a levantarme y camino hacia la salida de la mansión, hay una reja a unos metros, está cerrada. Espero no estar prisionera en este lugar. Archie me alcanza e in
La puerta se abre tempestiva, el agitado viento que entra se lleva mi libido en segundos. Me abrocho la blusa y corro a tomar a Peter, ¿que estoy haciendo? me siento una demente, una cualquiera, como puedo caer tan fácil en los brazos de un monstruo como Vicenzo. El hombre que entro sigue sujetando el pomo de la puerta y nos observa con suficiente imaginación. Puedo sentir mis mejillas llenas de fuego, tanto como el resto de mí que arden por estar en los brazos de Vicenzo. Maldigo que hayan interrumpido. Porque no fui yo quien lo detuvo demostrándole que ya no me importa, por supuesto. —Lo lamento, no sabía que estaba en la oficina Vicenzo, creí que estaba en una junta…—es una voz gruesa, me siento avergonzada, Por su tono burló, imagino lo que debe estar pensando. “soy una conquista más”—¡Aun así debes tocar la maldita puerta¡—resoplo con bastante enfado.Yo me mantengo más tranquila y tomo las cosas con mejor humor, fue perfecto que alguien interrumpiera lo que estaba por suceder