Me levanté, su mirada sobre mi proyectaba fuego, quise huir, solo fue solo un momento, En seguida su rostro se llenó de asombro yo sería clara y marcar un límite, él se puso de pie y me tomo la mano de nuevo, pero no lo sentí violento, al contrario fue compasivo.
—¡Nunca imagine que aceptaras tan fácil!
¡cielos deseo no sentir esto que siento! Me estremezco con su toque como la primera veces que me hizo el amor, me pide cargar a Peter y no tengo más remedio que aceptar que lo haga, lo coloco en sus brazos con cuidado para no despertarlo.
Me estiro ya estaba cansada de cargarlo, le sonrió por que se ha dado cuenta. No puedo dejar de notar que es más sereno y no tan impulsivo y arrebatado. No me ha levantado la voz ni me insultado o mirado de alguna forma desagradable.
—A esto me refiero con que no quiero malos términos. No seas tan arrebatada, entiende que yo también tengo derechos, sabes que tengo el poder de quitarte la custodia completamente así que hazme el favor y no me hagas tomar esas medidas. —
Oculte a su hijo, es una razón de peso, abandone el hogar, ese es otra razón de peso, el me maltrataba pero no tengo pruebas, y casi lo mato así que ¡maldición!
Me está mirando como si me reconociera de algún lado, como si seis meses no hubiéramos compartido casa y cama. Como si me observara por primera vez, me encojo un poco cohibida, volvió a tomar mi mano, mi lengua se paraliza al igual que mi cuerpo se estremece.
No sé si es por miedo o por qué aún siento algo por el.
— Te recuerdo, cuando tenías quince años, en la empresa de tu padre ahí te vi por primera vez, eras muy angelical.—Elevo su mano para acariciar mi rostro — Con esa sonrisa con ese lindo cabello ondulado…
Ahora lo usaba menos rizado, y era una niña, en ese momento en que lo vi por primera vez no imagine que terminaría siendo mi esposo. Recapacito y recuerdo todo el infierno. Lanzó un manotazo alejándolo.
—¿Que te pasa?, por Dios no vuelvas a jugar este juego, el mostraste atento y cariñoso no va contigo. Vamos saca ese monstruo que me insultaba, que me decía que era una mujer horrible, que me dejaba sola y llorando en casa mientras tu salías a cocteles y fiestas de la empresa. O que te revolcabas con alguna tipa, dime era Cristal ¿tu amante desde entonces? —Se mantiene en silencio, solo me observa —Vamos vuelve a mostrarme ese monstruo que me hizo salir huyendo, que me destrozo, que me hacía tener esperanzas que volviera el Vicenzo cariñoso que me enamoro, demuéstrame que eres es hombre enajenado que no sabe hablar y solo se comportaba como cavernícola. Qué me hería, que me lastimaba, pero no te atrevas a jugar con mi corazón otra vez. No soy ingenua nunca lo fui y siempre fui muy valiente y fuerte y te lo demostré y te lo demostrare cuantas veces sean necesarias. Así que suéltame.
Obedece a mi orden de inmediato.
—Jamás imagine que tuvieras ese carácter. —dice serenamente, es que este hombre es otro, como si no me conociera, ¡Maldición! Coloca su mano sobre mi mejilla, lo esquivo como una niña asustada, sus ojos se clavan en mí, es tan atractivo, se inclina y creo que piensa en besarme, un segundo mi mente reacciona y lo aparto, no quiero que me bese.
—Entonces creo que jamás me conociste —tome al niño, casi arrebatándoselo, despierta brincando por él furor, lo acomodo en mi pecho y hago que vuelva a dormir. Lo tranquilizo hablándole quedo y besando sus frente, me siento inferior y contengo mis deseos de llorar.
—Vamos te llevare a la habitación del niño, despertara adolorido y luego a la tuya estas ojerosa, necesitas descansar —me negué, su preocupación me desconcierta.
—No volveré a estar a solas contigo en un habitación cerrada —el mira a su alrededor el comedor tiene las puertas abiertas, ahí no había nadie, bueno estaba Peter.—Solo avísame cuando estén los papeles del divorcio los firmaré de inmediato.
—Tomaran tiempo, debemos llegar a un acuerdo. Quiero estar cerca de Peter tengo derecho, y una custodia compartida me parece más justo.
Asiento.
—Por favor no demores. Me quiero ir de está casa
—Recuerda que las puertas están abiertas para ti, pero si te llevas al niño me obligaras a tomar medidas.
Me di la vuelta y salí del comedor, me temblaba todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, no podía creer que era verdad que aún me provocaba algo, y me sentía fatal de ver que ya está con otra mujer, que con ella fuera un hombre amoroso y conmigo solo la basura de ser que cargaba dentro. Me cubro la cara para esconder mis gestos de llanto.
—¡Hey! ¿Puedo ayudarte en algo? —un hombre de cabello rubio se me acerca al verme llorando esta vestido con un traje de chofer —¿te sucede algo, necesitas que le llama al jefe, al señor Sanlúcar?
Tenía un sobre en sus manos, Me niego y me voy del lugar, es muy lindo y tiene una sonrisa muy fresca, encuentro un muy ligero casi imperceptible parecido con los Sanlúcar, pero acabo justamente de huir de Vicenzo no quiero saber del amor.
Una sirvienta me mira, al fin una de ellas me presta atención, empezaba asentirme extraña en esta casa como un fantasma
—Señora Sanlúca su padre la está esperando en la sala—Me informan, todos me tratan como si fuera realmente la señora de esta casa
Camino con prisa, es el único en que puedo confiar aún después de saber que me entrego a mi verdugo, debe tener una muy buena explicación para haber echo eso.
Al llegar a la sala él tiene esa cara de cachorro arrepentido que siempre usaba cuando a mí nunca me cumplía una promesa.
—¡Oh no!, no uses esa cara conmigo esto no es una travesura papá, esto es muy serio —siempre era lo mismo en casa, papá todo lo tomaba a juego y muy a la ligera.
—Helen, por favor ese niño es un Sanlúcar deberías dejar que Vicenzo se acerque a tu hijo.
—Es que él quiere quitármelo, que no comprendes, dime por qué lo hiciste, siempre me cuidaste, de pronto lo olvidaste ¿por qué?
Al fin deja los juegos y se pone serio. Me invita a sentarme, me siento cansada creo que si necesito dormir, cuidar a Peter de día y de noche con este temor de que me lo quite me tiene desquiciada.
—Era lo mejor, alejaste a Peter de su padre, la vida que le estaba dando tampoco es la más correcta, ni la más feliz siempre escondiéndose, tu hijo crecería, no esperas que te obedezca hasta que sea mayor de edad o sí.
—Ya lo tenía pensado papá, estaba juntando dinero para irme al extranjero, y tal vez cuando sea un adulto podría entenderme porque hice esto.
—Estar junto a Vicenzo es lo mejor, entiende que lo hice por ti bien. —trata de convencerme. Pero no resulta, no confió en Vicenzo
—No, te conozco ¿qué es lo que sucede, que es lo que vas a ganar de todo esto?
—Nada—Conozco a ese hombre más de lo que el mismo se conoce —, tienes que creerme no ganaré nada, ni tú tampoco si sigues en esa actitud.
No le creí a mi padre, la confianza con que respondió la llamada me dejaba muy intranquila a mí. Cargo a Peter en sus brazos, la última vez que lo vio apenas tenía un mes de haber nacido. Ahora estaba más grande y regordete, lo estaba alimentando bien, si eso le preocupaba era evidente que no lo descuide, tenía un buen color un buen tamaño, y que decir de lo hermoso que era mi hijo.
—Me alegro mucho de que volvieras —piensa que he cedido. —Yo te extrañaba cariño.
—Creí que me ayudarías a salir de aquí
Negó varias veces con la cabeza;
—No puedo hacerlo — me dice con franqueza, y demasiada frescura. Cómo si fuera obvio que me debía quedar aquí.
—¿Que me ocultas? ¿Dime qué está pasando? te conozco y sé que no me estás diciendo toda la verdad.
Me observa de nuevo, está seguro de que si no me lo dice ahora lo descubriré tarde o temprano, no me quedaré quieta, el me conoce bien y que lo que calle ahora era peor para él. Mis ojos son una advertencia.
—El banco está pasando por dificultades Vicenzo me va a salvará de la quiebra, tú sabes que siempre mantuvimos una buena relación, él conoce todo sobre mí y me ofreció inyección de capital. Puedo ir a parar a la cárcel por estafador, las inversiones se deplomaron.
—¿Te soborno? Me entregaste al hombre que me convirtió la vida en un infierno.
—No lo veas así—intenté irme, —Lo que te dije era real, no era justa la vida que tú pretendías darle. ¿Y que si yo pierdo todo? mi fortuna es lo que tengo para ofrecerte, no tenía opción las inversiones no están saliendo como deben, mis amigos me dieron la espalda, tu esposo fue el único que me tendió la mano, no podía rechazarlo. Pero el juro que no te haría daño, además es el hombre más poderoso de Chicago.
—Ojalá no te equivoques papá, y que esto no sea una trampa. Juro que si pierdo a mi hijo no volveré a dirigirte la palabra.
Regrese a buscarlo en el comedor pero él se había retirado de ahí, pregunté a unas jóvenes del servicio, me informaron que se tomaría la tarde con su prometida Cristal.
Me hierve la sangre cuando escucho la palabra prometida.
Esperé hasta tarde, ni siquiera estaba segura de por qué me quedé en casa de Vicenzo teniendo toda la oportunidad de marcharme. Pero algo me ataca a esta mansión, el sentimiento dentro de mí que aún me hace sentir viva, la necesidad que tengo de él, todo esto me hace seguir esperando que el cambien y sea el hombre maravillo del que me enamore. A Peter lo recosté junto a mí en la misma cama que dispusieron para mí, era enorme, no había necesidad que el durmiera en una habitación aparte, y estaba bajo mi cuidado ante cualquier movimiento estaré alerta.
Dormí tan solo un instante, sin abrir mis ojos con mis manos busco a mi pequeño angelito, al no encontrarlo abro los ojos rápido y veo que la cama está vacía, siento un golpe en la boca del estómago salgo de inmediato a buscarlo.
No se en dónde estoy me siento perdida en esta mansión, mi mente se aclara rápido recorro el pasillo.
Entro en la habitación donde está la cuna, que desagradable fue encontrarla vacía, bajo a buscarlo en el comedor, habitación por habitación y no encuentro rastro de mi hijos, las mucamas y sirvientas me observan con rareza hasta que me encuentro con Aurora y con Cristal, están riendo, conversando con familiaridad y como si fueran unas muy buenas amigas.
—Donde está mi hijo, —ambas me miran pero siguen sonriendo —¿Dónde está mi hijo, donde esta Vicenzo?— Cristal me ignora pero Aurora se acerca mí, me habla con dulzura y con mucha amabilidad. Quiere calmarme en realidad.
—Tranquilícese señora el señor Sanlúcar se llevó al niño, pero puedo asegurarle que él estará bien. —respondió Aurora condescendiente.
—Mucho mejor de lo que pudiera estar contigo—. Asegura la bruja de cabellos rubios— Espero te hayas despedido de él porque no volverás a verlo, ni nosotros, déjame decirte que eso es un alivio para mí.
No sé a donde tengo que ir, pero no dejare que él se quede con mi hijo, no dejare que el me lo arrebate, si tengo que ir a la policía lo hare, si tengo que enfrentarme al maldito hombre más poderoso de Chicago, lo hare.Corro fuera de la mansión, me tropiezo bajando los escalones de la entrada y un hombre se acerca a mí. Siento sus manos cálidas y volteo enseguida a mirarlo, nuestros rostros quedan tan cerca pero me siento perdida no puedo distinguir de quien se trata, solo veo una mirada trasparente y divertidos.Algo en el me parece familiar.—¡Wow!, ¿Estas estas bien?—es el mismo hombre que ayer se ofreció ayudarme, afuera del comedor —Soy Achille el chofer de la familia. No soy una mujer grosera pero no estoy en un momento para hacer presentaciones, ni hacer nuevos amigos aunque en estar lugar seria de aliciente, me ayudo a levantarme y camino hacia la salida de la mansión, hay una reja a unos metros, está cerrada. Espero no estar prisionera en este lugar. Archie me alcanza e in
La puerta se abre tempestiva, el agitado viento que entra se lleva mi libido en segundos. Me abrocho la blusa y corro a tomar a Peter, ¿que estoy haciendo? me siento una demente, una cualquiera, como puedo caer tan fácil en los brazos de un monstruo como Vicenzo. El hombre que entro sigue sujetando el pomo de la puerta y nos observa con suficiente imaginación. Puedo sentir mis mejillas llenas de fuego, tanto como el resto de mí que arden por estar en los brazos de Vicenzo. Maldigo que hayan interrumpido. Porque no fui yo quien lo detuvo demostrándole que ya no me importa, por supuesto. —Lo lamento, no sabía que estaba en la oficina Vicenzo, creí que estaba en una junta…—es una voz gruesa, me siento avergonzada, Por su tono burló, imagino lo que debe estar pensando. “soy una conquista más”—¡Aun así debes tocar la maldita puerta¡—resoplo con bastante enfado.Yo me mantengo más tranquila y tomo las cosas con mejor humor, fue perfecto que alguien interrumpiera lo que estaba por suceder
Vicenzo sale de inmediato con una gafas de sol y lleva puesta su chaqueta. —Acabo de hablar con el medico conseguí adelantar la cita, vamos. Asiento, entre a buscar si acaso traía la pañalera, al menos es responsable, y también recojo una cobija que estaba en la alfombra donde jugaba. Subimos a su coche, Archie se despide y vuelve a casa solo, Vicenzo le asegura que me llevara él. Fue mi impresión o a Archie no le agrado dejarme, le agradezco todas sus atenciones y el solo sonríe y se despide con la mano en el aire. Todo el camino el solo mira por la ventanilla, siento que no desea estar aquí conmigo y que está arrepentido de lo que sucedió en la oficina, seguro se siente culpable por que ha traicionad a Cristal, será que la ama de verdad, acaso la ama a ella y a mí ya no. Peter toce, Vicenzo gira para ver qué le pasa, me mira o eso creo a través de esas gafas, me es difícil notar sus iris, se da cuenta que al niño no le sucede nada grave y voltea nuevamente a la ventilla, mis l
—Miren quien volvió, la lunática de Helen, —Cristal bebía una copa, los hielos se agitaban vigorosos en las paredes del vidrio grueso. Ella sonreía con la cabeza inclinada a un lado y para mí era mejor evitarla y seguir adelante. Se paró de en medio del sofá en que se encontraba sentada y se puso justo delante de la escalera. Estaba un poco ebria, tenía intenciones de lastimar a mi hijo.—Déjeme en paz, yo no fui quien decidió venir aquí, si me hubieran preguntado mil veces hubiera dicho que no. Sus ojos tristes se mantienen sobre mi, una sonrisa curva tus labios Y veo sus ojos aguados. —Eso me alegra saber, me agrada escucharte con los pies en la tierra consciente de que junto a Vicenzo tu no tienes nada que hacer. —me menosprecio con su mirada.—De verdad que no tengo nada en tu contra ni intento arrebatarte el amor o el lugar que tienes en estas casa, he vivido los últimos meses lejos de esto, si quieres reclamarle algo es a él, pero si te metes con mi hijo entonces me vas a cono
Notaba como buscaba que Aurora le acercara al niño para pasar tiempo con él. Lo observe un par de veces en el jardín jugando con Peter, note la conexión entre ambos, la tranquilidad de mi hijo al estar cerca de Vicenzo, era lógico era su padre. Le sonreía como si lo conociera desde el primer día.Era tan perfecto, su rostro era angelical y a la vez el de un demonio, su barbilla siempre marcaba una dureza y sus mirada una frialdad, no recordaba que así fuera durante nuestro matrimonio, siempre su mirada fue relajada, como si la vida fuera un juego. Solo su actitud era esa que me dañaba.**Una semana había trascurrido, pero los acuerdos no ni una sentencia de divorcio. Me pregunté muchas veces si era correcto que yo buscará asesoría, pero quería confiar en Vicenzo.—¿Cómo se ha sentido en la casa señora Sanlúcar?—Archi se acercó a nosotros en el jardín, mientras jugaba con Peter. Debajo de un árbol de frondosas ramas, me encojo de hombros y no le respondo, no quiero ser grosera pero es
Me espera bajando la escalera, me observa y sus ojos recorren mi cuerpo, ese simple detalle me hace estremecer, puedo imaginar lo que en su mente se cruza.—Estas hermosa.— exclama con un suspiro—Realmente lo crees.— Llego hasta él y me toma la mano, asiente.—Me llamas mentiroso —sonrió como adolescente y niego con la cabeza. pero intento ser lo más consciente y sensata. con los pies en el piso.—No se enojará Cristal por esta invitación, hace días que no la veo. Y no quiero problema con ella—Hace un par de días que le pedí que se tomara unas vacaciones, le sugerí que fuera a buscar su vestido de novia a parís…Me costó ocultar mi insatisfacción. A esto em refieren con tener los pies en él piso—Toma —me extiende una cajita cuadrada, —Combinara perfecto contigo…Dijo para romper el momento denso que se formó. era de unos diez centímetros. Aterciopelada de color rojo. Y con un lindo moñito decorando, la abrí con dificultad, y me encontré con una gargantilla de un solo diamante blanc
—¿Próxima vez?, porque no te acompaña tu prometida, la prensa la conoce a ella, porque no simplemente omites lo del matrimonio, fuimos una historia de amor sin papeles ni firmas — y era más real la firma y los papeles que la historia de amor—dime algo, ¿a dónde dijiste que se fue Cristal?, ¿cuándo volverá?, por eso me trajiste como tu nana para cuidarte, imagino que prefiere que te vean conmigo que termines saliendo de aquí con cualquiera de esa mujeres que no dejan de desnudarte con la mirada.Se sonríe.—Yo soy quien te está cuidando ahora— se inclina y acerca su rostro al mío, su nariz casi toca la mía, estoy furiosa y divertida al mismo tiempo, y la intriga también entra en este remolino de sensaciones. —Dime algo tú, Helen, ¿no disfrutas ser el centro de atención? Tienes la posibilidad de conquistar a cualquiera de estos hombres, sujetos con mucho más dinero que yo. ¡Porque a quien desnudan con la mirada es a ti!Una doce de hombres me miran algunos me sonríen, otros alzan su cop
Por Consentimiento—¿Que estamos celebrando el divorcio? —escucho que se cierra la puerta detrás de mí y al verlo me doy cuenta que esta sin camisa, me quedo con la boca abierta y comienzo a balbucear, debo huir de ahí. —Creo... que llegue en mal momento espero a que te vistas, y no interrumpiré tu cena con tu prometida, la verdad es que yo vine por … —pone un brazo sobre la pared deteniéndome, me mira con un brillo malicioso, me tenso, empiezo a respirar con dificultad, camino atrás y eso hace que me introduzca en la habitación, es una alcoba muy amplia. —Vine a firmar el divorcio…—Te hice una pregunta en la oficina el otro día, no he dejó de pensar en la posibilidad que tú y yo…Camino de espaldas.—Nos reconciliemos… no digas tonterías—me burlo, tiemblo y deseo que me tome entre sus brazos, yo al igual que el no he dejado de pensar en ese beso, me ahoga cada vez que lo recuerdo —, Cristal tiene llaves de tu casa, incluso es posible que entre en cualquier momento y te encuentre aqu