Entré en la habitación privada de la clínica casi sin aliento; mi corazón latía con fuerza en el pecho. No podía creer la coincidencia que me había llevado hasta aquí, pero cuando vi a Teresa, supe que no podía dejarla sola. Sin perder tiempo, me acerqué a la cama y tomé su mano, tratando de ofrecerle un poco de consuelo mientras los médicos trabajaban a su alrededor.Pude notar su cara de asombro al verme allí; no se lo esperaba en absoluto. También noté que el doctor que la estaba atendiendo me miraba en varias ocasiones, seguramente sin reconocerme. Creo que este era su médico de cabecera.Rayos.En un tiempo récord lograron estabilizar a la señora Teresa; ya solo quedaba una enfermera revisando sus signos vitales. La madre de Alex ya estaba despierta y solo miraba en silencio a la enfermera hacer su trabajo, de vez en cuando me miraba a mí.De pronto, mi teléfono comienza a sonar y rápidamente sospecho que se trataba de mis amigas o de Roger, pero antes de que pudiera mirar el apa
Estuve tres días sin saber de Alex después de la recaída de su madre.Papá había decidido que lo mejor para él era que permaneciera unos días cuidando a su mamá hasta que estuviera lo suficientemente bien como para concentrarse de nuevo en el trabajo. Mientras tanto, yo estaría bajo el cuidado de Roger.No pude negarme a aquella orden de papá.¿Cómo hacerlo?Yo también estaba de acuerdo en que lo mejor para Alex era pasar todo el tiempo que pudiera al lado de su madre, y ahora más que nunca.No había podido dormir bien.No podía. No después de prácticamente prometerle a Teresa que guardaría su triste secreto.¿Cómo podía ocultarle algo así a Alex?¿Después de todo lo que hemos hecho?Lo único bueno de su inesperado descanso es que no lo había visto, porque si lo hubiera hecho, estaba completamente segura de que no sería capaz de guardar silencio por más de cinco minutos.Apenas me mirara fijo, cantaría como un ruiseñor.Diablos.Ahora tampoco podía ser tan obvia, ya que había sido bas
—¿Te escapaste? —Aún seguía abrazada a Alex; no sabía muy bien cuánto tiempo había pasado, pero él tampoco había tenido ningún interés en separarse de mí.Sí, lo pude notar.—Mis padres creen que estoy en casa de Mónica. —Respondo en voz baja, separándome lentamente de su cuerpo.Ni siquiera quería levantar la mirada; sabía que estaría viéndome con desaprobación.Estaba arriesgando mucho aquí.—Liv...—Quería verte. —Mis palabras lo paralizan por unos pocos segundos, que para mí fueron eternos. No sabía por qué había dicho eso— ¿Estás bien?Solo necesito saber eso.—Lo estoy. —Sonríe con un poco de ternura. Sus espectaculares ojos grises se hicieron pequeñitos— ¿Te escapaste solo para saber si estaba bien?Si lo dices así, suena un poco...¿Estúpido?Te lo dije.—Quería saber cómo estaba tu madre.—Pudiste haber respondido mi mensaje. —Me dice. Los dos seguíamos fuera de su casa.—No quería estorbarte.Aquello hace reír a Alex, pero al ver mi rostro enrojecido, vuelve a ponerse serio.
—¿Quieres un poco de agua? —Teresa me miraba con ojos brillantes mientras asentía y se sentaba en la cama. Hacía pocos minutos que había despertado y daba la casualidad de que me encontraba en su habitación guardando una ropa que Micaela había lavado. Entre los tres nos habíamos dividido las tareas del hogar para poder terminar temprano.Qué bueno que vine, o si no, Micaela y Alex habrían pasado demasiado tiempo juntos.—Toma.¿Qué? ¿Tienes celos?—Gracias, cariño. —Apenas prueba un sorbo, pero deja el vaso de vidrio a un lado y luego me hace una seña para que me siente a su lado, cosa que hago de inmediato. Su cálida mano atrapando la mía— Me alegra mucho verte.¿En serio?—Quería saber cómo estaba. —Es lo único que respondo porque, después de descubrir su situación, era un poco difícil para mí actuar como si nada estuviera pasando.Mi corazón se partía cada vez más con cada segundo que pasaba.—Eso ya lo sabes. —Suspiro al ver esa mirada brillante llena de melancolía. Esto no es ju
—¿Sería descabellado si contrato a alguien para que me secuestre hoy en la noche? —Pregunté como si no pasara nada a la chica que me estaba haciendo las uñas. Tanto ella, como Mónica y Amara me estaban mirando como si fuera una lunática. Casi— No me miren así, realmente no quiero ir a la gala. Tendré que soportar toda la noche a Jared pidiéndome que volvamos a intentarlo y eso sin mencionar la denigrante subasta que seguramente ganará él.Habían sido unos días realmente estresantes para mí. No había tenido tiempo para nada, ni siquiera para solucionar el enorme problema en el que me había metido con Alex, ya que justo el día de mi presentación de gimnasia rítmica, después de haber hecho un gran trabajo y de celebrar con mi familia tanto tiempo de dedicación, recibí un fuerte mensaje de su parte que me rompió el corazón.Mucho.Ese día, Alex tuvo su día libre y su madre decidió que era el momento ideal para decirle toda la verdad; ella tampoco quería seguirle mintiendo. Sin embargo, aq
—¿Qué pasó, princesa? Estaba preocupado. —Papá nos intercepta apenas llegamos a la entrada de la enorme mansión Walker. Tan imponente como siempre— No contestaban ninguno de los dos.No tenía ninguna expresión en el rostro, aún estaba furiosa por la discusión que había tenido con Alex minutos atrás. El castaño sí que estaba más tenso; él debía haberle respondido la llamada a papá.—Señor Walker, le explicaré. Yo...—Le pedí que detuviera el auto en medio de la carretera... No. Le grité que se detuviera. —Miraba a mi padre, exaltada, sintiendo la adrenalina recorrer todo mi cuerpo.Mis palabras tenían un tono lleno de desdén. Estaba tan molesta que no me interesaba controlar ni mantener mis modales.A la mierda eso.—¿Qué?—Tenía que decirle un par de cosas. —Miro hacia un lado y Alex estaba mirando hacia el frente, preparado para cualquier cosa que fuera a salir de mi boca. Él tenía razón. No tenía filtro— Y ahora que todo quedó claro, puedes pedirle que se vaya.Aquello toma por sorp
—Y ahora, damas y caballeros, —la voz del presentador resonaba por el salón. Todos estaban alrededor de sus mesas, mirando todo el espectáculo— llegamos al momento más esperado de la noche. Estas hermosas señoritas serán subastadas esta noche para que tengan una cita con algún afortunado caballero del lugar.Mi corazón dio un vuelco. No quería estar aquí, no quería ser subastada como un trofeo. Sentía asco de todos los jóvenes que estaban frente a nosotras, pero la mirada insistente de mi abuela desde la primera fila me recordaba por qué lo hacía. No podía negarme; si lo hacía habría problemas en casa, y yo no quería eso. Suficiente con los que ya tenía.Respiro hondo y me preparo para lo que viene.Las primeras chicas van pasando, siendo reclamadas por jóvenes contemporáneos a nosotras; de eso sí se había encargado la abuela. Papá jamás dejaría que un viejo verde me llevara a cenar. Ojalá tampoco permitiera esta humillación.—Y la última en la lista, la encantadora Olivia Walker. —Pe
El sonido monótono del monitor junto a la cama de mi madre resonaba en mis oídos. Era un ruido que odiaba, que me atravesaba y me quemaba por dentro.Cada vez que nos encontrábamos en esta situación, mi corazón se desbocaba al imaginar o pensar en todo lo que podría estar sucediendo. A veces solo eran recaídas normales por las quimioterapias; otras, porque el tratamiento no estaba funcionando; y otras veces... porque la situación estaba empeorando.Mamá... Cuánto daría por ser yo quien estuviera acostado en esa maldita cama.No mereces esto.¡Nadie merece sufrir con esta maldita enfermedad!Estábamos en el hospital una vez más. Mamá se había desmayado mientras preparaba un postre que se le había antojado. Sin importar cuántas veces le dije que no lo hiciera, ella no me hizo caso, agotó sus fuerzas y se desvaneció. Como pude, le pedí prestado el auto al vecino —que seguro me cobraría por el favor— y la traje para que la examinaran. Ahora estaba esperando el diagnóstico del doctor.Ella