—¿Quieres un poco de agua? —Teresa me miraba con ojos brillantes mientras asentía y se sentaba en la cama. Hacía pocos minutos que había despertado y daba la casualidad de que me encontraba en su habitación guardando una ropa que Micaela había lavado. Entre los tres nos habíamos dividido las tareas del hogar para poder terminar temprano.Qué bueno que vine, o si no, Micaela y Alex habrían pasado demasiado tiempo juntos.—Toma.¿Qué? ¿Tienes celos?—Gracias, cariño. —Apenas prueba un sorbo, pero deja el vaso de vidrio a un lado y luego me hace una seña para que me siente a su lado, cosa que hago de inmediato. Su cálida mano atrapando la mía— Me alegra mucho verte.¿En serio?—Quería saber cómo estaba. —Es lo único que respondo porque, después de descubrir su situación, era un poco difícil para mí actuar como si nada estuviera pasando.Mi corazón se partía cada vez más con cada segundo que pasaba.—Eso ya lo sabes. —Suspiro al ver esa mirada brillante llena de melancolía. Esto no es ju
—¿Sería descabellado si contrato a alguien para que me secuestre hoy en la noche? —Pregunté como si no pasara nada a la chica que me estaba haciendo las uñas. Tanto ella, como Mónica y Amara me estaban mirando como si fuera una lunática. Casi— No me miren así, realmente no quiero ir a la gala. Tendré que soportar toda la noche a Jared pidiéndome que volvamos a intentarlo y eso sin mencionar la denigrante subasta que seguramente ganará él.Habían sido unos días realmente estresantes para mí. No había tenido tiempo para nada, ni siquiera para solucionar el enorme problema en el que me había metido con Alex, ya que justo el día de mi presentación de gimnasia rítmica, después de haber hecho un gran trabajo y de celebrar con mi familia tanto tiempo de dedicación, recibí un fuerte mensaje de su parte que me rompió el corazón.Mucho.Ese día, Alex tuvo su día libre y su madre decidió que era el momento ideal para decirle toda la verdad; ella tampoco quería seguirle mintiendo. Sin embargo, aq
—¿Qué pasó, princesa? Estaba preocupado. —Papá nos intercepta apenas llegamos a la entrada de la enorme mansión Walker. Tan imponente como siempre— No contestaban ninguno de los dos.No tenía ninguna expresión en el rostro, aún estaba furiosa por la discusión que había tenido con Alex minutos atrás. El castaño sí que estaba más tenso; él debía haberle respondido la llamada a papá.—Señor Walker, le explicaré. Yo...—Le pedí que detuviera el auto en medio de la carretera... No. Le grité que se detuviera. —Miraba a mi padre, exaltada, sintiendo la adrenalina recorrer todo mi cuerpo.Mis palabras tenían un tono lleno de desdén. Estaba tan molesta que no me interesaba controlar ni mantener mis modales.A la mierda eso.—¿Qué?—Tenía que decirle un par de cosas. —Miro hacia un lado y Alex estaba mirando hacia el frente, preparado para cualquier cosa que fuera a salir de mi boca. Él tenía razón. No tenía filtro— Y ahora que todo quedó claro, puedes pedirle que se vaya.Aquello toma por sorp
—Y ahora, damas y caballeros, —la voz del presentador resonaba por el salón. Todos estaban alrededor de sus mesas, mirando todo el espectáculo— llegamos al momento más esperado de la noche. Estas hermosas señoritas serán subastadas esta noche para que tengan una cita con algún afortunado caballero del lugar.Mi corazón dio un vuelco. No quería estar aquí, no quería ser subastada como un trofeo. Sentía asco de todos los jóvenes que estaban frente a nosotras, pero la mirada insistente de mi abuela desde la primera fila me recordaba por qué lo hacía. No podía negarme; si lo hacía habría problemas en casa, y yo no quería eso. Suficiente con los que ya tenía.Respiro hondo y me preparo para lo que viene.Las primeras chicas van pasando, siendo reclamadas por jóvenes contemporáneos a nosotras; de eso sí se había encargado la abuela. Papá jamás dejaría que un viejo verde me llevara a cenar. Ojalá tampoco permitiera esta humillación.—Y la última en la lista, la encantadora Olivia Walker. —Pe
—Olivia, tenemos que informarle esto al señor Walker. No puedes dejar que... —me separo del cuerpo de Alex en cuanto escucho sus palabras.¿Decirle a papá que intentaron forzarme de nuevo?¿Ver a mamá culparse por no estar ahí cuando más la necesitaba?¿Revivir esos terribles momentos otra vez?No, gracias.Jared seguía tirado en el suelo, aún con sus manos cubriendo su nariz llena de sangre. El idiota daba asco, pero no podía permitir que sus acciones y mis traumas acabaran con la tranquilidad de mi familia.Sin nada de delicadeza, me limpio las lágrimas del rostro, sin importarme mi maquillaje, y camino hacia el rubio en el suelo. Este intenta sentarse en cuanto me ve caminar hacia él, pero uno de mis tacones pisando con fuerza su pierna hace que se eche para atrás, soltando un alarido de dolor.Maldito.Alex se coloca a mi lado, supongo que para tener la oportunidad de atacar en caso de ser necesario.—¡¿Qué mierda haces?! ¡Aghh! —grita una vez más cuando hago presión con mi fuerte
—Este no es el camino al gimnasio. —murmuro en completa seriedad cuando despego la vista de mi teléfono y la fijo en la ventanilla de mi asiento— Llévame ahora.Habían pasado tres días desde el incidente con Jared en la gala de beneficencia de la abuela. Él incluso no había ido a clases y suponía que era para ocultar los golpes que Alex le había dado.Al menos había cumplido su promesa y no se había acercado a nosotros.Me causó mucha gracia escuchar a la abuela decir que el rubio había bebido tanto que se había golpeado el rostro con el filo de un mueble antiguo de la abuela. Ella había fingido estar apenadísima e incluso se había ofrecido a pagar el tratamiento de Jared, pero este se había negado y simplemente se marchó.Afortunadamente, mientras todo eso pasaba, yo estaba atiborrándome de pizza, sonriendo y disfrutando con mi familia. No iba a negar que aún seguía un poco afectada por lo que había pasado tanto con Jared como con Alex, pero ver a mis padres y a mi hermano sonriendo
—Acabas de arruinar mi vida social, ¿lo sabes? —con los brazos cruzados y un puchero en los labios, miraba enojada al castaño que conducía a mi hogar.Hogar donde me esperaba un padre histérico que ya había alertado a todo su equipo de seguridad para que investigaran quién había sido la persona que intentó atropellarme en la gasolinera.Genial, otra época de encierro. Gracias, Alex.—En otras culturas, cuando una persona salva a otra de un intento de asesinato inminente, por lo general se le da las gracias. —comenta el castaño con tono burlón mientras tomaba el camino hacia la residencia donde vivíamos.¡Idiota!—¿Gracias? ¡No voy a agradecerte por arruinarme la vida! —exclamo furiosa, viendo cómo el castaño me miraba a través del retrovisor con una ceja arqueada— No sabes lo que acabas de hacer.—Le notifiqué a mi jefe que estuvieron a punto de arrollar a su queridísima princesa. Eso forma parte de mi trabajo. —explica, ignorando todo lo que le acababa de decir— Aún sigo debatiéndom
—Dilo otra vez. —Alex me tenía acorralada en mi cama, debajo de su cuerpo.Su rostro oculto en el hueco de mi cuello, haciéndome cosquillas cada vez que se reía o resoplaba divertido.—Ya me estoy arrepintiendo de haberte dicho todo. —me quejo a medias, pero totalmente divertida por su cambio tan abrupto de actitud.Una vez más tenía al Alexander divertido y sexy. Había vuelto a mi lado y ahora mejor que nunca.—Solo una vez más.Niego con la cabeza, aguantando la risa y empujándolo lejos de mí cada vez que sus labios se presionaban en mi sensible cuello. Mi piel ardía con cada toque.Lo necesitaba tanto, pero no. Hoy no podíamos hacer nada y él lo sabía.—Tienes que irte, te pueden ir a buscar y crearnos problemas por no estar en tu puesto. —le recuerdo, haciendo que me mirara fijamente a los ojos.Me era imposible no soltar una pequeña carcajada cuando lo veo poner un pequeño puchero en los labios.Desde que le había dicho que estaba enamorada de él, había cambiado por completo su