Alessia Kent estaba embarazada.Se dirigió a casa feliz con el resultado en sus manos, mientras pensaba en cómo decírselo a su marido, Paul Brown, pensó en su reacción con cierto nerviosismo, pero era una sorpresa. Su marido había estado fuera por negocios durante dos meses y por fin volvía a casa al día siguiente.Sin embargo, nada más entrar en su casa, Alessia se fijó en un par de zapatos de mujer que no le pertenecían. Y unas bragas de encaje tiradas en las escaleras.Frunció el ceño, desconcertada y asustada por lo que podría encontrar…Fue entonces cuando oyó la voz de su hermana y una voz masculina procedente de la habitación.Alessia se mordió el labio, nerviosa.Comenzó a caminar hacia la habitación y al acercarse podía oír los gemidos y susurros que ambos soltaban con jadeos.—¿Qué vamos a hacer cuando vuelva más tarde? —, susurró Haley entre gemidos.Alessia se tapó la boca para no hacer ruido, las lágrimas caían libremente y los espasmos del llanto sacuden su cuerpo.—¿Cre
— ¡Su pulso es débil! ¡Llévenla a urgencias rápido, pero ya!Voces de gente desesperada es todo lo que Alessia consigue oír, pitidos de extrañas máquinas y siente cómo su cuerpo se agita de un lado a otro.Dolor, sufrimiento, decepción, estas son las emociones que acompañan a su corazón. Ya no llora, ya no se retuerce, sólo está ahí, existiendo. Con los ojos entreabiertos y la respiración entrecortada. Ahora sólo puede pensar en una cosa: su bebé.Después de haber pasado mucho tiempo sola en una habitación extraña, donde le habían inyectado anestesia, se despierta y abre mucho los ojos y empieza a mirar con desconfianza alrededor de la habitación, pero entonces un hombre alto, vestido con una bata blanca, de tez pálida y ojos verdosos entra en la habitación con unos papeles en las manos, echándoles un vistazo y tachando algunas cosas con un bolígrafo.El hombre la mira y le dedica una leve sonrisa que hace que su ansioso corazón se calme un poco.—Señorita, Alessia. Es un placer, soy
SIETE AÑOS DESPUÉS...Un vuelo internacional procedente de Europa, específicamente de Paris, aterrizó en la Ciudad de Florida.Alessia arrastró su equipaje tras de sí y pasó por el control de seguridad.Hace siete años, se llamaba Alessia Brown. Pero después de sobrevivir a aquella terrible experiencia y a las amenazas de Haley, decidió llamarse simplemente Alessia Kent.Su pelo rubio caía descuidadamente sobre sus hombros. Llevaba un precioso vestido de flores que le llegaba unos centímetros por encima de las rodillas, con una chaqueta vaquera y zapatillas blancas. Su aspecto era cálido y agradable.La seguían dos niños, un chico y una chica, que llevaban las mismas chaquetas y arrastraban las mismas maletas, pero más pequeñas. Eran sus hijos. A juzgar por las apariencias, no parecían mayores de seis años.—¡Alessia!Annie Wick, que les había estado esperando en la entrada del aeropuerto, se apresuró a saludarla alegremente. Annie era una cirujana plástica muy famosa en la Ciudad de
El piso que Annie encontró para Alessia y los niños pertenecía a un pariente y estaba vacío todo el año. No estaba lejos del centro de la ciudad y era muy espacioso, con tres dormitorios, dos cuartos de baño, salón y cocina.Alessia y sus dos hijos entraron en el apartamento y pasaron medio día limpiando y ordenando.—Alex, cuida de tu hermanita. Voy a salir a hacer unas compras, ahora vuelvo.—De acuerdo, mamá— Alessia les dio a cada uno un dulce beso en la mejilla y salió del apartamento.Después de que la puerta se cerrara tras ella, los dos niños se apresuraron a encender el portátil, mientras en la pantalla se reproducía la entrevista de Paul para un canal de internet.—Alex, ¿es papá? — Amelia abrazó dulcemente a su osito contra el pecho y sonrió —. Tienes razón, de los tres, me parezco mucho más a él.Alex levantó la vista y miró al hombre de la pantalla.—¿Recuerdas lo que te enseñé?—¡Sí, actuaré lo mejor que pueda! — Amelia asintió emocionada.(...)Después de salir del barr
El ambiente en la empresa The Brown’s Company era frío y tenso, como todos los días. Era una costumbre. Cuando el reloj marcó las ocho de la mañana, un coche de lujo se detuvo frente a la entrada, un hombre que parecía ser mayordomo bajó corriendo del asiento del copiloto y abrió la puerta trasera.Con expresión fría, Paul salió del coche para dirigirse a la entrada de la empresa. Su rostro era apático y arrogante, y su aura era tan dominante que todos los que le rodeaban apenas podían mirarle a los ojos.El hombre miró al frente y empezó a subir los escalones. —¡Papá! Una voz tierna e infantil rompió el silencio sepulcral que se había formado en el ambiente, y todos levantaron inmediatamente la vista para mirar en su dirección. Una niña que parecía haber aparecido de la nada subía torpemente las escaleras. Llevaba un bonito vestido morado y una muñeca abrazada a su cuerpo. Aunque no se le veía la cara, irradiaba un aire noble y dulce. Terminó de subir las escaleras y se agarró a l
—¿Cómo qué no sabes?—Paul le preguntó a Amelia con disimulada desesperación, pero Amelia pudo notar su rostro emocionado. —No lo sé, papi... —Pequeña, es muy malo mentir. —No estoy mintiendo, ¡no sé dónde está! Amelia comenzaba a entrar en pánico, sus manos temblaban de terror. Su mayor anhelo es que su padre la ame, pero su mirada es tan fría y distante... es imposible saber con exactitud lo que está pensando. Paul soltó un largo suspiro y se arrodilló de inmediato frente a Amelia, le tomó de las manos con los ojos llenos de lágrimas y el corazón cargado de esperanza. Si Alessia estaba cerca, no la dejaría ir otra vez. Además, nunca es tarde para las segundas oportunidades, ¿verdad? —Amelia... por favor—comenzó suplicante—. Dime dónde está ella. —¿Qué te diga dónde está quién? La voz maliciosa de Haley resuena con fuerza en la oficina, el sonido de sus tacones es intimidamente para Amelia, quien se esconde detrás de Paul y sostiene con fuerza una de sus piernas. —Haley... ¿
Alex observó confundido a su madre por la elección de sus padres. "Es hora de contarte la verdad" —¿Qué verdad, mamá? Alessia tomó su mano y se preparó para hablar pero un toque muy fuerte en la puerta del apartamento la interrumpió. Ella mira a Annie con extrañeza. —¿Esperas a alguien?Annie negó, y se aproximó para abrir la puerta pero antes de que pudiera hacerlo una hoja se deslizó debajo de la puerta. Annie saltó en su sitio al ver la hoja y miró de vuelta a Alessia. —¿Qué es eso?—preguntó y se agachó para tomar la hoja, que estaba doblada a la mitad. La abrió y se quedó perpleja al leer lo que decía. ¡Es la carta de aceptación para trabajar como niñera en la villa de Paul! Esto hubiera resultado en buenas noticias antes si no fuese porque Amelia está perdida. Alessia en ese instante ni siquiera se inmutó, solo quería saber si su hija estaba bien. —Oh, ¿te aceptaron? Alessia asintió suspirando. —Creo que ahora tengo un nuevo plan—afirmó insegura y miró a Alex un par de
Haley y Alessia crecieron juntas, pero no las une ningún lazo de sangre. Ambas son del mismo padre pero de madres diferentes.Cuando Alessia cumplió 6 años, su madre engañó a su padre con un hombre que conoció en un bar cualquiera. Su padre quedó destrozado y permaneció solo un tiempo, pero Alessia anhelaba verlo feliz, así que siempre lo animó a encontrar a su media naranja. Lo registró en una app de citas y consiguió que saliera con una mujer hermosa, que tenía una hija de la misma edad de Alessia. Esa chica era Haley...Al inicio, ambas se llevaban muy bien, sus padres decidieron formalizar y al final, en menos de lo que canta un gallo todos vivían en la misma casa. Alessia debía compartir habitación con Haley, pero no le molestaba. Siempre fue una chica muy generosa. Sin embargo, Haley era todo lo contrario. Transcurridos los 2 meses de convivir, Alessia comenzó a notar que algunas de sus cosas de repente desaparecían. Ella era muy ordenada así que no entienda porque pasaba eso,