El ambiente en la empresa The Brown’s Company era frío y tenso, como todos los días. Era una costumbre. Cuando el reloj marcó las ocho de la mañana, un coche de lujo se detuvo frente a la entrada, un hombre que parecía ser mayordomo bajó corriendo del asiento del copiloto y abrió la puerta trasera.
Con expresión fría, Paul salió del coche para dirigirse a la entrada de la empresa. Su rostro era apático y arrogante, y su aura era tan dominante que todos los que le rodeaban apenas podían mirarle a los ojos.El hombre miró al frente y empezó a subir los escalones.—¡Papá!Una voz tierna e infantil rompió el silencio sepulcral que se había formado en el ambiente, y todos levantaron inmediatamente la vista para mirar en su dirección. Una niña que parecía haber aparecido de la nada subía torpemente las escaleras. Llevaba un bonito vestido morado y una muñeca abrazada a su cuerpo. Aunque no se le veía la cara, irradiaba un aire noble y dulce.
Terminó de subir las escaleras y se agarró a la pierna de Paul, que era un gigante comparado con la pequeña estatura de Amelia.Amelia hizo un mohín mientras le llamaba "papá" una y otra vez.Paul bajó la cabeza molesto y disgustado, mirando el pelo rubio de la niña.—¡Niña, suéltame!Amelia levantó la cara y Paul la miró boquiabierto, había dejado completamente al descubierto los rasgos tan parecidos que tenían las dos.—Papi, un abrazo... — le tendió los brazos mientras sus ojos marrones claros miraban a Paul.—¡No soy tu papá! — exclamó con dureza y luego se arrepintió al ver como los ojos de la pequeña se enrojecieron un poco pero ella aun así, se aferró a él.Le parecía una niña fastidiosa, pero por alguna extraña razón que no lograba entender, quería tener a aquella niña entre sus brazos y devolverle el abrazo. Solo que su orgullo no se lo permitía.Tras dudar un momento, Paul se arrodilló para cogerla en brazos y llevarla al interior del edificio. Mientras la tenía en sus brazos, sintió como si hubiera encontrado lo que necesitaba para sentirse vivo. Una sensación tan extraña que no podía comprender. Su actitud despectiva había desaparecido, miró a los ojos de la chica y se dio cuenta del increíble parecido con Alessia.¿Podría ser...?Miró su cabello color castaño, igual al de Alessia, todo de ella, le recordaba a su amada.La extrañaba. A pesar de haberla defraudado todavía la amaba. Y quería recuperarla, pero era demasiado tarde, o eso creía él…—Bloqueen la zona y empiecen a investigar— ordenó Paul a sus guardias.Una niña tan pequeña no podía haber llegado hasta allí sola. (...)Paul tamborileaba los dedos en el escritorio con ansias. Surgieron muchas dudas dentro de si, y aunque parecía algo precipitado, quiso una prueba de ADN, solo para sacarse la duda.—Sr. Brown, los resultados de ADN están listos.En la última planta del edificio, en la oficina del CEO Paul Brown, su ayudante le entregó nervioso un informe, que Paul le arrebató de las manos y le pidió que abandonara el despacho.Con dedos temblorosos abrió el sobre que tenía en las manos y se dio cuenta de que la chica era, en efecto, su hija biológica.Se le heló la cara, se le puso rígido todo el cuerpo y empezó a sudar frío. Aparte de Alessia y Haley, no recordaba haberse acostado con ninguna otra mujer. Ni siquiera se había acostado con Haley de nuevo desde aquella última vez cuando le fue infiel a Alessia, solo estaba con ella por conveniencia.Y el resultado de esa infidelidad, fue una hermosa niña... pero, aquello solo le traía más remordimiento por la muerte de su otro bebé.
Pero esa bebé jamás falleció, ¡está frente a sus ojos!
Entonces levantó la vista para mirar a la niña sentada en el sofá, jugando con un osito de peluche mientras mordisqueaba un caramelo de fruta, con una tierna sonrisita en la cara.Se levantó rígido y se acercó, se arrodilló a la misma altura que ella y suspiró. Amelia ladeó la cabeza.—¿Cómo te llamas? — Preguntó Paul.—Soy la princesa Amelia— exclamó feliz.—¿Cuántos años tienes, pequeña?Amelia estiró cinco dedos y soltó una risita.—Tengo seis.A Paul se le aceleraron los latidos del corazón y se le secó la boca.Seis años...
Paul tenía la sospecha de que Alessia estaba viva, pero ¡esto lo confirma!Haley lo había amenazado diciéndole que si no se comprometía con ella le quitaría la empresa, que tenía pruebas falsas de que estaba haciendo cosas ilegales y que lo detendrían si no hacía lo que ella decía.
Así que no tuvo más remedio que aceptar sus acuerdos y condiciones. Pero a pesar de eso, nunca se rindió, contrató en secreto a investigadores privados para buscar a Alessia durante todo un mes, pero nadie había sido capaz de encontrarla. Y ahora, de repente, había una niña que tenía un parecido increíble con Alessia y que también tenía lazos de sangre con él, ¡y tenía seis años!—¿Dónde está tu madre?—No lo sé…—¿Cómo qué no sabes?—Paul le preguntó a Amelia con disimulada desesperación, pero Amelia pudo notar su rostro emocionado. —No lo sé, papi... —Pequeña, es muy malo mentir. —No estoy mintiendo, ¡no sé dónde está! Amelia comenzaba a entrar en pánico, sus manos temblaban de terror. Su mayor anhelo es que su padre la ame, pero su mirada es tan fría y distante... es imposible saber con exactitud lo que está pensando. Paul soltó un largo suspiro y se arrodilló de inmediato frente a Amelia, le tomó de las manos con los ojos llenos de lágrimas y el corazón cargado de esperanza. Si Alessia estaba cerca, no la dejaría ir otra vez. Además, nunca es tarde para las segundas oportunidades, ¿verdad? —Amelia... por favor—comenzó suplicante—. Dime dónde está ella. —¿Qué te diga dónde está quién? La voz maliciosa de Haley resuena con fuerza en la oficina, el sonido de sus tacones es intimidamente para Amelia, quien se esconde detrás de Paul y sostiene con fuerza una de sus piernas. —Haley... ¿
Alex observó confundido a su madre por la elección de sus padres. "Es hora de contarte la verdad" —¿Qué verdad, mamá? Alessia tomó su mano y se preparó para hablar pero un toque muy fuerte en la puerta del apartamento la interrumpió. Ella mira a Annie con extrañeza. —¿Esperas a alguien?Annie negó, y se aproximó para abrir la puerta pero antes de que pudiera hacerlo una hoja se deslizó debajo de la puerta. Annie saltó en su sitio al ver la hoja y miró de vuelta a Alessia. —¿Qué es eso?—preguntó y se agachó para tomar la hoja, que estaba doblada a la mitad. La abrió y se quedó perpleja al leer lo que decía. ¡Es la carta de aceptación para trabajar como niñera en la villa de Paul! Esto hubiera resultado en buenas noticias antes si no fuese porque Amelia está perdida. Alessia en ese instante ni siquiera se inmutó, solo quería saber si su hija estaba bien. —Oh, ¿te aceptaron? Alessia asintió suspirando. —Creo que ahora tengo un nuevo plan—afirmó insegura y miró a Alex un par de
Haley y Alessia crecieron juntas, pero no las une ningún lazo de sangre. Ambas son del mismo padre pero de madres diferentes.Cuando Alessia cumplió 6 años, su madre engañó a su padre con un hombre que conoció en un bar cualquiera. Su padre quedó destrozado y permaneció solo un tiempo, pero Alessia anhelaba verlo feliz, así que siempre lo animó a encontrar a su media naranja. Lo registró en una app de citas y consiguió que saliera con una mujer hermosa, que tenía una hija de la misma edad de Alessia. Esa chica era Haley...Al inicio, ambas se llevaban muy bien, sus padres decidieron formalizar y al final, en menos de lo que canta un gallo todos vivían en la misma casa. Alessia debía compartir habitación con Haley, pero no le molestaba. Siempre fue una chica muy generosa. Sin embargo, Haley era todo lo contrario. Transcurridos los 2 meses de convivir, Alessia comenzó a notar que algunas de sus cosas de repente desaparecían. Ella era muy ordenada así que no entienda porque pasaba eso,
—Hola, linda. Soy Mariah—saludó gentilmente Alessia a la hija de Paul con una media sonrisa. Aunque el dolor en su corazón se acentuó al saber que ellos dos habían tenido una hija, pudo disimularlo. Esa pequeña no es culpable de la escoria que tiene como padres. Así que la trata con ternura. —Soy Hannah—saluda la niña con una voz angelical y sonríe. En definitiva, su madre no ha inyectado su veneno en ella. No todavía. A pesar de que Alessia se mantiene con su rostro tranquilo, por dentro muere de la preocupación. Ya lleva más de dos horas dentro de la casa y aún no veía a su hija. Y en ese momento un terror abrumador inunda su corazón, ¿y si su pequeña niña no está ahí? ¿Y si en verdad se perdió? ¿La habrán secuestrado? Tantas preguntas y ni una sola respuesta que pueda apaciguar su corazón. Pero cuando estaba a punto de perder cualquier ilusión, la voz de Amelia llena el vacío de la habitación. —¡Hannah, ven a jugar conmigo!–Amelia entra saltando con una muñeca de trapo en sus
Haley comienza a sospechar de Alessia, sabe que algo anda mal, no logró escuchar por completo la conversación con Annie pero lo que su pudo escuchar es que nombraban a Amelia. Está en el balcón de su habitación, mirando el paisaje y preguntándose la razón por la que la niñera nombró tanto a Amelia. En eso, una llamada telefónica interrumpe sus pensamientos y ella contesta apresuradamente.–¿Lo conseguiste?—cuestiona mordiendo sus uñas ansiosa. —No—una voz varonil le responde con seriedad—. Aún no doy con su paradero. Es como si en verdad hubiera muerto. —Encuentrala. Debemos hacer esto lo más rápido posible.—Como usted ordene, mi princesa...a Haley se le escapa una sonrisa coqueta ante el apodo y susurra con sensualidad lo mucho que extraña a ese hombre. Su amante. —¿Nos vemos ésta noche?—él pregunta ansioso. —Claro que si. Nos vemos, mi amor—termina de hablar y cuelga la llamada para sonreír otra vez e inhalar profundamente. "No importa donde estés, querida.... te encontraré
Ante la confesión de Paul, Alessia sólo puede sentir como el nudo en su garganta se acentúa cada vez más y le es imposible emitir algún sonido. Pero debe disimular, así que hace lo que su corazón le dicta en ese momento y toma con delicadeza la mano de Paul para darle pequeños ánimos pero la suelta con rapidez. —¡Lo siento! No debí hacer eso, está mal—comienza a disculparse con nerviosismo y miedo de que él haya notado su rostro conmocionado y las lágrimas acumuladas en sus ojos. Él medio sonríe.—No te disculpes, está bien—admite y se levanta sacudiendo su fino traje italiano—. Debo irme, y tú deberías trabajar. Y es así como la deja sola, sentada en aquella fuente con sus pensamientos revueltos. ¿Cómo es que puede ser tan dulce y tan frío al mismo tiempo? Por un momento, Alessia creía que la había reconocido y que le estaba hablando. Pero todo fue producto de su imaginación. Ella debe controlar sus sentimientos, pero es como dicen, el corazón quiere lo que quiere. Sin embargo, s
—¿Tan pronto quieres hablar del plan?—James resopla con disgusto. Haley frunce el ceño y se relame los labios con interés. —¿De que querías hablar entonces?—pregunta tocando su pierna debajo de la mesa. Nadie puede verlos porque tiene un mantel que cubre la mesa hasta el suelo. James da un respingo en su asiento y suspira al sentir su toque, así que coloca su mano en la pierna de Haley y la acaricia con deseo pero también con ternura. Él si está muy enamorado de ella aunque él no sepa que no es tan correspondido. —Sobre nosotros. Nuestra relación...—susurra sin dejar de mirarla a los ojos con intensidad—. Te amo, Haley. Ella suspira y pone los ojos en blanco aprovechando que él miró hacia otro lado por unos segundos. Le toma de la mano y la aprieta suavemente. —Lo sé. Y estamos bien así, ¿no crees?—él la mira de vuelta con un rostro serio—. Congeniamos a la perfección. Somos como el Yin y Yang. Haley suelta una risita y él medio sonríe, pero no parece muy convencido todavía. Es
—¿Cómo...?—¡No preguntes como!—exclama Haley y avienta su celular en la mesa con rabia—. Lo único que se hasta ahora es que esa niña llegó al trabajo de Paul, ¿cómo? ¡Ni idea! Tiene 6 años, no pudo hacerlo sola. —Espera, espera. ¿Cómo sabes que es su hija? ¿Él te lo dijo?—James le pregunta lleno de curiosidad pero ella niega de inmediato confundiendolo—. Ahora si que me perdí, Haley... —Entré a su oficina y ahí estaba con esa niña. Y encontré los exámenes de ADN y es 100% compatible. Quizás el tenia dudas o ella le dijo algo y él decidió hacerse un examen.—Vaya, no me esperaba esto. Pero bueno, ¿cuál es tu plan?—junta ambas manos y entrelaza sus dedos acercándose más a ella para poder escucharla. —Escucha con atención... nadie puede saber nuestro secreto, ¿okay?—Te lo prometo. (...) 3:00 AM de la madrugada. Alessia no ha podido pegar un ojo en toda la noche, solo puede observar el techo de la habitación y pensar en su hija. Necesita idear algún plan para sacarla de aquí, ella