El sonido del agua de la ducha corriendo no hacía nada para opacar los gemidos de las dos personas dentro del baño. Vincet sabía lo bueno que era el sexo para despejar la mente y hacer dormir de una forma relajada, así que ahora, enterrado dentro del cuerpo de Alicia estaba más enfocado en el placer de ella y agotarla que en el mismo.

Las manos de la mujer se aferraron a sus hombros con fuerza y sus piernas envueltas alrededor de la dura cintura, mientras las de él apretaban sus muslos. Su cuerpo masculino se movía contra el de ella pegado a la pared de la ducha, y el agua caía sobre los músculos tensos por el movimiento.

Alicia mordió el hombro de él ante las sensaciones de sentirlo tan profundo. No importaba cuántas veces lo hubieran hecho en el pasado, cada experiencia era diferente. Vincet sabía moverse dentro de ella estimulando partes de ella que la hacían olvidar todo. No había parte de ella que no temblara en ese momento.

Y lo más importante, su mente estaba en blanco.

Vincet l