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Cap. 4: Nueva oportunidad

Julieta estaciona su auto frente al café en el que su agente la ha citado, mirándose en el retrovisor se asegura de que el poco maquillaje que lleva puesto no necesite un retoque. Fijándose puntualmente en el que ha usado para tapar sus ojeras, pues aunque la noche anterior volvió a su casa temprano, no fue capaz de dormirse hasta muy tarde al pensar en el cretino que había conocido en la galería. Probablemente debería haberlo olvidado desde el momento en el que salió de ese lugar, pero por alguna razón no ha podido quitárselo de la mente, esa frialdad e indiferencia con que la trató simplemente le resulta inaceptable, humillante, y ella no es de las personas que permiten que alguien la pase por arriba. Por lo que hasta desea ser capaz de volver a encontrarlo para poder decirle un par de cosas que esa noche no se atrevió para no armar un escándalo.

—¡Julieta, eres tú! —exclaman emocionadas un par de muchachas al ver a la modelo bajar del vehículo.

—Sí, soy yo, chicas —responde la mujer con una sonrisa cordial en sus labios pintados de rosa.

—Lamento mucho lo que sucedió con Pablo, he seguido su pareja desde que comenzaron. Fue un poco triste saber que se separaban, pero él ha demostrado no merecer una mujer tan increíble como tú —asegura una de las muchachas vestida con una camiseta negra y unos jeans rasgados.

—Sí, ha sido algo duro, pero hay que seguir adelante, una siempre debe levantarse y no darse por vencida —afirma Julieta manteniendo la sonrisa en sus labios.

—¡Te lo dije, te dije que Julieta no se iba a echar a llorar solo porque un hombre la dejó! —reclama la muchacha castaña mirando con triunfo a su amiga.

—Ojalá yo pudiera ser así, cuando sufro una separación siente que el mundo se me viene abajo, me lleva mucho tiempo recuperarme. Te vimos en la nota que diste y tú te mantienes tan impetuosa como siempre, es como si nada fuera capaz de afectarte, sin duda tengo que ser más como tú —anuncia la muchacha de camiseta negra con brillo en los ojos por la admiración.

—Por favor, chicas. Me ha afectado y me ha dolido de la misma manera que lo haría a cualquier otro mortal, pero eso no significa que sea el fin del mundo, solo ha sido el fin de una relación que no cumplió con las expectativas. Una tiene que aprender de las decepciones de la vida y utilizarlas como oportunidades para seguir creciendo y fortaleciéndose —aconseja la modelo con sinceridad.

—Eres increíble, Julieta. Estoy segura de que ya llegará el hombre capaz de hacerte la mujer más feliz del mundo —anuncia la muchacha castaña con una gran sonrisa soñadora.

—Sé que llegará cuando sea tiempo, así que chicas espero que siempre se valoren y que sean fuertes para enfrentar todo lo que la vida les ponga por delante —desea la modelo deseando ya poner fin a la conversación, ya que a Héctor no le gusta la impuntualidad.

—Claro que sí, ¿Podríamos sacarnos una selfie? ¡Quiero tener el recuerdo de haber conocido a una mujer tan maravillosa! —pide la muchacha castaña con los ojos empañados por las palabras recibidas.

—Por supuesto que sí, solo no olviden etiquetarme cuando la suban —acepta Julieta con una gran sonrisa poniéndose entra las muchachas para secarse la foto.

—¡No puedo creerlo! ¡Gracias, eres lo máximo! —festeja la muchacha de camiseta negra radiante de felicidad.

—¡Cuídense, muchachas! —se despide la modelo saludándolas con la mano, siguiéndolas con la vista borra su sonrisa al pensar que la entrevista que dio ya se ha publicado. Se siente conforme que haya sido capaz de transmitir que se mantiene fuerte, que es solo otra diversidad que superar, un capítulo de su vida que cerrar. Aunque a la vez no puede evitar preguntarse qué efecto podría provocar en Pablo, ya que a pesar de todo aún queda en su corazón rastros del amor que le tenía.

—¡Al fin llegas, Julieta! Estaba por marcarte —recibe Héctor parándose de su silla para abrazar a la mujer que lo estrecha con una sonrisa cariñosa en los labios.

—Es que me encontré con un par de admiradoras afuera, sabes que no me gusta hacerte esperar —se excusa la modelo sentándose frente al agente que se pasa la mano por su cabello canoso peinado hacia atrás.

—¿Comentaron algo sobre la entrevista que tuviste? —pregunta el hombre con una mirada interrogante.

—Sí, se compadecían un poco de mí, peor dijeron que admiraban que siguiera siendo una mujer fuerte que seguía adelante —responde Julieta sintiendo un calor en las mejillas por la vergüenza.

—¡Es perfecto! Eso quiere decir que nuestro plan ha funcionado como queríamos, esta separación no ha afectado la manera en que la gente te percibe. Aunque de todas formas debemos esperar la reacción de Pablo, pero no podrá ser agresiva al menos, hablar mal de ti cuando tú te referirte a él con respeto solo le jugaría en contra —determina el anciano analizando los posibles futuros escenarios para su clienta.

—Me pareció que lo más maduro era enfrentar la separación como adultos, no quería volverme parte de ese mundo mediático en el que nos estuviéramos atacando a través de los medios. Sólo quiero cerrar esa parte de mi vida, además que Pablo probablemente no se arriesgar a seguir manchando su imagen, ese pase a Europa lo es todo para él —sostiene la modelo bebiendo el té helado que Héctor le ha pedido con anticipación.

—Es una ventaja para nosotros, y de hecho he conseguido la oportunidad perfecta para borrar este episodio lo más rápido posible de la mente de la gente —comenta el agente con una expresión de triunfo.

—¿En serio me has conseguido un trabajo en medio de toda esta situación? —interroga Julieta con asombro, aunque sabe que en realidad sería de esperar de su agente, ese hombre es capaz de lograr cualquier cosa que se proponga por más adversas que sean las cosas.

—Y no cualquier trabajo, esta podría ser la oportunidad perfecta para darle un nuevo impulso a tu carrera —anuncia Héctor alargando el momento de anunciar su logro sólo por diversión.

—¡Ya dímelo, por favor, vas a matarme de curiosidad! —ruega la mujer con ansiedad apretando el vaso de té helado entre sus manos.

 —¿Has oído de la línea Juager y de la Agencia de Publicidad MarchetMax? —pregunta el agente con una sonrisa juguetona en los labios.

—Por supuesto, han llamado a Juager la Versace argentina, y MarchetMax viene haciendo todas las publicidades importantes desde los últimos dos años —comenta Julieta preguntándose si el trabajo puede llegar a tener que ver con ellos.

—Me sorprende que estés tan bien informada —exclama Héctor con una sonrisa divertida.

—Sabes que no soy solo una cara bonita y un par de piernas largas —replica Julieta provocando que su compañero suelte una carcajada divertida.

—Eres de las pocas personas que logra hacerme reír de esa manera, sé que eres mucho más que eso, y es la razón por la que eres mi consentida. Probablemente más de una me saltará al cuello cuando se sepa que te volverás la figura de Juager, pero creo que solo tú puedes ocupar ese lugar —anuncia el agente esperando la reacción de la mujer ante tremenda noticia.

Julieta es asaltada por un ataque de tos al atragantarse con el sorbo de té, tapándose la boca con una servilleta mira con los ojos lagrimosos a su agente que la observa con una mirada divertida. ¿Acaso ha escuchado lo que cree? ¿Realmente le ha dicho que será la figura de Juager? Habiéndose recuperado de la tos abre la boca para decir algo, pero simplemente no salen palabras, aunque si su emocionado corazón golpeteando contra su pecho pudiera hablar, probablemente gritaría de emoción sin importarle que la gente a su alrededor la mirara.

—¿Es en serio? —pregunta finalmente sintiendo un temblor en las piernas por una mezcla de emoción y nerviosismo.

—¿Alguna vez te he mentido? —cuestiona el hombre con los ojos brillosos al recibir la reacción que esperaba.

—Es es… es… ¡Fantástico! ¿Estás seguro? ¿Crees que soy la adecuada? —comienza a interrogar Julieta preocupándose de que sea algo demasiado grande para ella.

—¿Estás dudando de ti misma? No parece algo propio de ti —reclama Héctor con una mirada de sorpresa en los ojos.

—Sí, lo sé. ¡Pero es algo grande, es el trabajo más grande de toda mi carrera, podría… podría llegar a París, a Milán, esto podría llegar a abrirme miles de puertas! —exclama la modelo dándose aire agitando la mano frente a su rostro al sentir que la emoción inunda cada fibra de su cuerpo.

—Es exactamente lo que mereces, has estado trabajando duro por mucho tiempo, así que tienes que tomarlo como mérito tuyo —alienta el agente con cordialidad al ver los ojos lagrimosos de la mujer.

—Eres el mejor agente del mundo, Héctor. Te debo la vida, sé que si no fuera por ti no habría logrado ni la mitad de mi carrera —reconoce Julieta con la voz empañada extendiendo la mano hacia el hombre que la estrecha con cariño.

—Sabes que eres como una hija para mí, y creo que esta oportunidad ha llegado en el momento justo. No solo serás capaz de crecer profesionalmente, sino que demostrarán una vez más lo mucho que vales, para que a nadie le quede dudas de la maravillosa mujer que eres —afirma Héctor apretando la mano suave de la modelo que parece estar a punto de romper a llorar.

—Sí, la verdad es que ha llegado en el momento justo, porque aunque me obligo a ser fuerte, en el fondo me siento muy frágil, teniendo el riesgo de que si alguien aplicara la presión necesaria podría quebrarme. Pero con esto, con esta enorme oportunidad que me has brindado estoy segura que podré terminar de superar todo esto —confiesa Julieta tomando una larga bocanada de aire para forzarse a no dejarse desbordar por sus sentimientos en presencia de tantas personas.

—Eres una mujer fuerte, lo vi desde el momento mismo en el que entraste a mi agencia. Aunque debo advertirte que deberás ser cautelosa con Ariel Steinberg, el dueño de MarchetMax, me han dicho que un poco difícil de complacer, supongo que por algo lo deben llamar el Ceo de hielo —advierte el agente provocando una mirada de curiosidad en la mujer ante tal descripción de su futuro jefe.

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