Carolina ingresa a la agencia dispuesta a encontrar a Ariel para ultimar los detalles del evento de esa noche, quiere asegurarse de que todo esté perfecto, tal y como le gusta. Ya ha conseguido el vestido con el que piensa impresionarlo, esperando que finalmente deje de verla solo como una mujer de negocios y pueda considerarla como su posible futura pareja. Pero al ingresar a la oficina se extraña de no encontrarlo allí., estaba segura de encontrarlo allí, sobre todo al saber que ella llegaría tarde por estar ocupada en los preparativos de vestuario ya que tiene que estar a la altura de lo que ese evento exige. Y más aun al estar trabajando en la publicidad de una marca de alta costura, ya que los ojos de todos estarán sobre ellos independientemente del trabajo de publicidad que estén realizando.
—¿Dónde podrás estar? —murmura apretando los labios con cierta molestia, pensaba hablarle de su vestido, y del traje que había visto para él.Al husmear en los pa—¿Y qué te parece? ¿Crees que será suficiente? —pregunta Carolina bajando por los escalones de la entrada de su casa con una gran sonrisa en su rostro casi sin maquillaje.—Sé ve bien —responde Ariel parado junto a su auto contemplando el hermoso vestido que marca sutilmente las curvas de la mujer, y que parece ser la combinación perfecta para su piel trigueña que parece brillar a la luz de los faroles de la calle.—¿Eso es todo lo que vas a decir? —reclama la mujer que lleva horas preparándose para impresionarlo.—De seguro serás de las mujeres mejor vestidas de la fiesta —acota el empresario a quien hacerle un cumplido le resulta extremadamente difícil.—Supongo que eso es el mayor halago que podría recibir de ti, tú también estás muy apuesto, solo espero que no las cazadoras de fortunas no hagan fila para intentar ligar a uno de los solteros más codiciados —replica Carolina con una sonrisa divertida en sus labios pintados de rojo.
Al levantar la vista, Julieta se sorprende de ver a su Jefe con la vista clavada en ella, una mirada que no puede descifrar, pero que al menos por unos segundos no parece ser la mirada fría que parece ser la única que tiene para todo el mundo. Por un momento intenta descifrar la razón de que la esté mirando de esa manera, pero al ver que él voltea el rostro al notar que ella la ha descubierto, el desprecio que siente por él vuelve a surgir con aún más fuerza. Probablemente la única razón por la que la ha mirado de esa manera es porque no considera que una simple modelo deba estar en ese evento donde los ricachones se cojean, lo cual sólo provoca en ella la decisión de ir hacia él y dejarle en claro que ella es tan digna de estar en ese lugar como cualquier otra persona.—Buenas noches señor Steinberg, al verlo he sentido la obligación de saludarlo, aunque tal vez sea una sorpresa verme en un lugar como este —consulta la modelo parándose firme delante del empresario que al
—¿Y bien, fuiste capaz de hallar algo interesante sobre esa modelo de cuarta? —pregunta Carolina al ver entrar a su asistente en la oficina.—Verifique cada una de sus referencias y todos hablando maravillas de ella, incluso miré cada uno de esos trabajos, videos, fotos, revistas, y realmente ha hecho un gran trabajo —anuncia la joven asistente acomodándose con nerviosismo sus gafas al saber que su jefa estará muy contenta de recibir esa noticia.—¿Así que solo has venido a decirme que no has sido capaz de cumplir con el trabajo que te encargué? —reclama la empresaria apretando los labios con disgusto, le encargó a la muchacha encontrar información que comprometida a Julieta, y así poder idear una manera de sacársela de encima. No solo por atreverse a desafiarla, sino por haber echado a perder su estrategia para comenzar su conquista de Ariel.—Hay algo… aunque no sé si sea lo que busca —comenta la asistente desesperada por complacer a su Jefa.
—La verdad es que creo que estás mucho mejor sin él, amiga. ¿Quién necesita de un hombre que ni siquiera es capaz de serte fiel? —afirma una mujer de corte carré tomando un sorbo de su capuchino.—Sé que ahora estoy mejor, bueno al menos en haber descubierto como era antes de haberme casado, pero aún así sigo algo dolida, volver a estar sola al despertar, al cenar. La verdad es que me había acostumbrado mucho a tener a alguien a mi lado —murmura Julieta soltando un suspiro de pesar por la decepción de su fallida relación.—¡No necesitas de un hombre, ni de ninguna otra persona para ser feliz! Solo tienes que empezar a valorarte y a pensar que en ti está todo lo que necesitas para sentirte plena —afirma la mujer que ha viajado horas para poder estar acompañando a su amiga en ese difícil momento.—¡No digas idioteces, Malena! ¡Justamente porque me valoro no me quedé en donde no soy amada, estoy harta de escuchar que una tiene que ser autosuficiente,
—¿Entonces le ha gustado el trabajo que hemos hecho? —pregunta el fotógrafo a su Jefe quien aún no levadizo ni una sola palabra sobre el trabajo.—Estoy conforme, has sido capaz de capturar la esencia de Julieta, aunque claro que ella tiene mucho que ver en él resultado —responde Ariel contemplando las fotos que están dispersas sobre una de las mesas del estudio.—Lo sé, le dije a esa chica que tiene luz propia. Uno al verla en esas fotografías es como si ella te estuviese hablando, su mirada, su expresión, todo parece ser capaz de transmitirte un sinfín de sentimientos —afirma el fotógrafo con una enorme sonrisa de satisfacción, no sólo por el cumplido de su Jefe sino por poder contar con esa impresionante modelo.—Sí, tiene un gran talento, habiéndola puesto a prueba con esa primera sesión, ahora ya podemos comenzar con la campaña, Gabriel —señala el Jefe con cierto entusiasmo al haber recibido mejores resultados de los que esperaba.—Por su
—¡Ya han pasado dos horas! ¡Dime qué sabes de tu amigo! —exige Carolina entrando como una tempestad a la oficina de Daniel.—Sé muchas cosas sobre él, pero no estoy seguro de a cual te refieres —responde el hombre con una sonrisa divertida si levantar la vista d ellos papeles que tiene sobre su escritorio.—No te hagas el idiota, me refiero a que por dramático llevó a esa modelo a la clínica, siendo él lo debieron haber atendido de inmediato. Así que no justifico por qué razón aún no ha vuelto —reclama la mujer golpeando el escritorio con furia.—¿Has intentado llamarlo? —pregunta Daniel disfrutando de que esa mujer sepa lo que es que las cosas no estén bajo su control.—Por supuesto que lo he llamado, le he dejado más de dieciocho mensaje, pero por alguna razón sea empecinado en no dar señales de vida —reclama la mujer mirando al gerente como si fuese a asesinarlo.—No puedo culparlo, yo tampoco respondería las llamadas de una
—¿Y bien? ¿Qué es lo que tienes pensado hacer con tu hijo? —cuestiona Alicia Steiberg sentándose a la mesa del amplio comedor en el que su marido está almorzando carne de res con papas a la crema.—No sabía que tuviera que hacer algo —murmura el hombre sin mucho interés en el tema.—Debe ser porque no has visto esto —reclama la mujer extendiendo su teléfono en el que se reproduce el video de la nota sobre la modelo escaladora—. Tienes que hacer algo urgente, Fernando.—Es una linda mujer, de todas formas solo están hablando, y aunque haya habido un poco de coqueteo no nos incumbe. Ariel no es un niño, y lo ha demostrado —reclama el padre mirando a su esposa con reproche ya que como siempre está exagerando las cosas.—¿Es todo lo que dirás? Quizás Ariel ya no sea un niño, pero aun así es nuestro deber protegerlo de las mujeres de esa calaña. ¿Acaso no te preocupa que tu único heredero se case con una vividora que luego al divorciarse se lleve e
Al escuchar que alguien golpea la puerta de su apartamento, Ariel levanta la vista por un segundo de su Laptop en la que está tecleando rápidamente, aunque vuelve a bajarla ya que no desea ser interrumpido. Pero al repetirse los golpes de una manera insistente, se levanta del sillón y se dirige a la puerta al reconocer de quién se trata.—¿Acaso pensabas ignorarme? —pregunta Daniel ingresando al interior del departamento sin siquiera esperar una invitación.—No encuentro una razón por la que tuvieses que venir hasta aquí —resopla el empresario cerrando la puerta y volviendo a su tarea en la computadora.—Luego que te fuiste con Julieta no volviste a la Agencia, así que he venido para enterarme de cada detalle de lo que has hecho toda la tarde con ella. Pues no creo que te haya tomado todo ese tiempo en la clínica, a pesar de que a Carolina le hice creer eso, esa mujer estaba hecha una furia —indica el amigo sirviendo un par de vasos con whisky y pasándo